EL CONCEPTO BÍBLICO DE SALVACIÓN VS. EL CONCEPTO CRISTIANO...

 El concepto de salvación dentro de la religión cristiana institucional es muy confuso (como casi todos sus dogmas y doctrinas), reducen todo a cielo e infierno, a gracia sin obras, a arrepentimiento y perdón sin volverse a la Torá. El verdadero arrepentimiento es e incluye un regreso a la Torá, ya que el pecado es transgresión de la Torá....Pero ellos rechazan la Torá...para ellos, la Torá es irrelevante, ya no tiene validez ni vigencia. AHORA bien, si el pecado es transgredir la Torá y el arrepentimiento es retornar a la Torá, ¿porqué la cristiandad no puede cumplir con los requisitos básicos?


El problema de fondo.

El Eterno puso delante de Su Pueblo la vida y la muerte, la bendición y la maldición, la obediencia y la desobediencia, el Pueblo debía escoger.

"Hoy mismo hago testificar contra vosotros a los cielos y a la tierra, de que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge pues la vida, para que vivas tú y tu descendencia,
amando a YHVH tu Dios, obedeciendo su voz y siéndole fiel. Porque Él es tu vida y prolongación de tus días, para habitar en la tierra que YHVH juró dar a tus padres, Abraham, Isaac y Jacob." (Deuteronomio 30:19-20).

Pero aquí vamos a examinar el problema de fondo de la cristiandad. ¡NO FUE A ELLOS (A LOS GENTILES PAGANOS) A QUIENES LES PUSO DELANTE LA VIDA Y LA MUERTE, LA BENDICIÓN Y LA MALDICIÓN, SINO A SU PUEBLO ISRAEL.
Los pactos y las promesas eran para ellos, para los Israelitas! Sin embargo, ellos no permanecieron en le pacto, lo desecharon y lo anularon....¡Rompieron el pacto!

¡Por eso, el Eterno les prometió hacer con ellos UN NUEVO PACTO, UNA NUEVA ALIANZA!

"He aquí que vienen días, dice YHVH, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá.
No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto, pues ellos invalidaron mi pacto, aunque fui Yo un marido para ellos, dice YHVH.
Pero éste es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice YHVH: Daré mi Ley en su mente y la escribiré en su corazón, Y Yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo" (Jeremías 31:31-33).

¡NO ERA UN PACTO RENOVADO! ¡DIOS NO IBA A RENOVAR EL PRIMER PACTO, SINO QUE HARÍA UNO TOTALMENTE NUEVO!

En ese Nuevo pacto o nueva alianza, el Eterno no pretendía abolir la Torá (mal traducida como "Ley" en las biblias cristianas)...La Torá del Eterno es perfecta (Salmo 19:7-10)...¡no necesita ni se puede mejorar algo que es perfecto! La Torá del Eterno estaría presente en el Nuevo Pacto, no sería desechada ni mucho menos abolida.

Pero, nótese bien, el Nuevo Pacto o nueva alianza no sería hecho ni con gentiles ni con paganos, sino con "la Casa de Israel y con la Casa de Judá (Yehudáh). NADA HAY AQUÍ QUE INSINUE UNA ENTIDAD RELIGIOSA GENTIL LLAMADA "IGLESIA UNIVERSAL".
¡Eso no está en el texto! ¡No están incluidos los gentiles ni los paganos! ¿Porqué?
¡Porque Dios no tiene pactos con los gentiles, sino con la Casa de Israel y con la Casa de Judá!

"Ellos son israelitas, adoptados como hijos de Dios, tienen su presencia, las alianzas, la ley, el culto, las promesas, los patriarcas; de su linaje carnal desciende el Mesías. ¡Sea por siempre bendito el Dios que está sobre todo! Amén" (Romanos 9:4-5).

AHORA BIEN, ¿dónde y cómo entramos nosotros que no somos Israelitas por descendencia sanguínea o geneológica?
La respuesta nos la da el apóstol Pablo:

" Porque si su exclusión es la reconciliación del mundo, ¿qué será su readmisión, sino vida entre los muertos?
Y si la primera porción es santa, también la masa; y si la raíz es santa, también las ramas. Pero si algunas de las ramas fueron desgajadas, y tú, siendo olivo silvestre, fuiste injertado entre ellas, y llegaste a ser copartícipe de la raíz, de la rica savia del olivo" (Romanos 11:15-17).

Pablo se lamenta por el tropiezo temporal de los Judíos de su tiempo, que también son israelitas (Aunque ellos -los Judíos- son los de la tribu de Judá, Benjamin y Leví) son también israelitas. Pablo se lamenta por su incredulidad, pero nos recuerda que esa incredulidad, ese tropiezo temporal de Judá, es beneficioso para el resto de Israel, para todos los que estaban lejos, expatriados, en la diáspora, y para los justos de entre los gentiles que decidieran seguir al Mesías. Todos estos, considerados como "gentiles según la carne", serían injertados entre las ramas naturales del Olivo, y sabemos que el olivo es una referencia a Israel.

Hay que hacer la diferencia entre los Israelitas que menciona Pablo y los Israelíes de la nación de Israel actual en Medio Oriente. Aunque estos son Judíos, y son parte de Israel, no son los Israeltas a los que Pablo se refiere cuando escribe:

"Porque no todos los que descienden de Israel son israelitas;
ni todos los descendientes de Abrahán son verdaderamente sus hijos; sino que Dios había dicho: De Isaac nacerá tu descendencia.
Es decir, que los hijos de Dios no son los hijos carnales, sino la verdadera descendencia son los hijos de la promesa.
La promesa dice así: Para esta misma fecha volveré y Sara tendrá un hijo. Más aún, también Rebeca concibió dos hijos de un solo hombre, de Isaac nuestro patriarca.
Antes de que nacieran, antes que hicieran nada bueno o malo -para que el designio elegido por Dios se cumpliera, no por las obras, sino por la elección-, recibió Rebeca un oráculo: el mayor servirá al menor" (Romanos 9:6-12).

NOTE, "No todos los que descienden de Israel son Israelitas, ni todos los descendientes de Abraham son verdaderamente sus hijos"...¡Los hijos de Dios no son carnales! Jacob (Israel) nació según la promesa, según el espíritu, Esaú nació según la carne, carnal. Por lo que entendemos que el "Israel de Dios" es espiritual, no carnal. Si uno es Judío carnalmente hablando, o Israelita carnalmente hablando, eso no garantiza que es un Israelita verdadero, un Israelita espiritual.

Veamos el encuentro de Yeshua con Natan-el en Juan 1:

"Felipe halla a Natan-el y le dice: Hemos hallado a aquél de quien escribió Moisés en la Torá y los profetas: a Yeshua, hijo de José, el de Nazaret. Natan-el le dijo: ¿De Nazaret puede salir algo bueno? Felipe le dice: Ven y ve. Yeshua ve a Natan-el que viene, y dice acerca de él: ¡He aquí un verdadero israelita, en quien no hay engaño!" (Juan 1:45-47).
Yeshua vio en Natan-el a un "verdadero israelita", ¿porqué? ¡Porque en su corazón no hay engaño! ¿Cómo sabía Yeshua que no había engaño en el corazón de Natan-el? Ya lo había visto estudiando Torá "debajo de la higuera".
Esta expresión "debajo de la higuera", tenía que ver con la costumbre de los Judíos nacionalistas y o patriotas, de retirarse a estudiar Torá para ver como o cuando Israel podría recuperar su independencia nacional de sus opresores políticos extranjeros. A esa actitud se le llamaba "sentarse bajo la higuera" (Habacuc 3:17; Hageo 2:19).
Natan-el era un hombre piadoso, dedicado a estudiar Torá y a indagar en favor de Israel, su pueblo.

Así, los Israelitas espirituales son personas piadosas, justas, amadoras de la Torá, la cual, está en sus mentes y en sus corazones impresa para su obediencia.
"Daré mi torá en su mente y la escribiré en su corazón, Y Yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo" (Jeremías 31:33; Hebreos 8:8-10).

LA SALVACIÓN:
¿De qué salva Dios a Su pueblo? ¿Será de algún "infierno de tormentos eternos"? ¿Los salvará llevándolos para el cielo? ¡ABSOLUTAMENTE NO! Primero, porque no existe ningún "infierno de fuego y tormentos eternos". Segundo: Porque nunca se las prometió ir a vivir al cielo.
El pueblo de Dios, primero será libertado del pecado, mediante la sangre del pacto derramada. Mediante el arrepentimiento genuino que inclye darse la vuelta y volver a la Torá del Eterno. Luego, entra en en el pacto mediente la obediencia, ya no infringirá la Torá, sino que en ella meditará de día y de noche, cumpliendo los Mandamientos.

"Aquí está la perseverancia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Yeshua" (Apoc 14:12).

¡Los Mandamientos van mano a mano con la fe de Yeshua! ¡Claro que no podremos obedecer todos los mandamientos de la Torá por circunstancias diversas, pero sí podemos sintetizar esa obediencia obedeciendo los 10 Mandamientos del decálogo, que son un resumen de todos los mandamientos de la Torá. Los primeros cuatro mandamientos resumen nuestro deber con la relación al Eterno, los otros séis resumen nuestro deber hacia el prójimo.
De esa manera entramos en el pacto, mediante la fe, sabiendo que si perseveramos en fidelidad hasta el fin, tendremos entrada a la vida eterna (inmortalidad) en el MUNDO VENIDERO.

Para concluir:
¡No hay salvación sin obediencia a los Mandamientos!
¡Es necesario guardar la fe del Mesías Yeshua, la genuina fe hebrea!
¡Entender que somo parte del Olivo natural, del Israel de Dios! Que no debemos jactarnos ante y en contra de los israelitas naturales.
¡Que no es el temor a un "tormento eterno" lo que debe influenciar nuestra fe y obediencia, sino el amor a y de nuestro Dios, YHVH!
¡Debemos quitarnos la falsa teología de que Yeshua cumplió los mandamientos por nosotros, ya que que nosotros debemos andar como él anduvo, en sujeción y en temor reverente delante de nuestro Padre Celestial. Tenemos que entender que si bien "tenemos la redención en su sangre, el perdón de todas nuestras transgresiones" (Efesios 1:7), ese no es fin de la asunto, sino que es lo que nos abre el camino y la puerta de entrada a la redención final, vida eterna en el MUNDO VENIDERO.
He resumido en este breve espacio lo concerniente al concepto de la Salvación. También hemos dejado claro que somos parte de Israel, que ya no somos "extraños", ni "gentiles e incircunsisos según la carne", ni estamos alejados de la ciudadanía de ISRAEL, sino que somos "conciudadanos con los santos (apartados) y iembros de la Familia de Elohim (la Casa de Israel)."

"Por tanto, acordaos de que anteriormente vosotros, los gentiles en la carne (los llamados incircuncisión por la llamada circuncisión, hecha por manos en la carne), en aquel tiempo estabais sin el Mesías, apartados de la ciudadanía de Israel, y extraños a los pactos de la promesa, no teniendo esperanza, y sin Dios en el mundo.
Pero ahora en Yeshua el Mesías, vosotros, que en un tiempo estabais lejos, fuisteis hechos cercanos por la sangre del Mesías.
Porque Él es nuestra paz, que de ambos° hizo uno, y derribó la pared intermedia de separación, es decir, la enemistad;...Así pues ya no sois extranjeros ni forasteros, sino que sois conciudadanos con los santos y miembros de la *familia de Dios".

*La "Familia de Dios" es la Casa de Israel, vése Amos 3:2:

" Oh hijos de Israel, escuchad la palabra que YHVH habla contra vosotros, Contra toda la familia que saqué de la tierra de Egipto:
A vosotros solamente he conocido° de todas las familias de la tierra. Por eso os pediré cuentas de todas vuestras iniquidades".

Agradecería sus comentarios y sugerencias.

¡Shalom a todos!

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