«Nadie Os Engañe Con Palabras Vanas» (Efesios 5:6)
El siglo IV de la era cristiana marcó una nueva época en la historia del pensamiento cristiano. Fueron siempre los obispos de la iglesia quienes tomaban la iniciativa de reunirse pero la situación cambió radicalmente a partir del 312 d.C., año en que Constantino se hizo del poder en Occidente. Por la consideración que el emperador Constantino tenía hacia los cristianos, en vez de ser perseguidos, llegaron a ser tolerados bajo la protección imperial. El siglo IV señaló el principio de los grandes concilios de obispos que se reunían para determinar puntos de doctrina planteados por los pensadores eclesiásticos. En este capítulo, estudiaremos en más detalle las circunstancias y el contenido del símbolo de fe expresado durante el Concilio que tuvo lugar en Nicea , en el 325 d.C. Este concilio fue convocado con el propósito de unir al Imperio y poner fin a las hostilidades doctrinales impulsadas por las ideas de Arrio sobre la relación personal del Hijo con el Padre. Siendo el Imperio Ro