REFLEXIONES
¡Saludos!
Yo no puedo afirmar categóricamente que esta plaga que nos azota en estos días sea un castigo divino por la maldad y las injusticias humanas, sin embargo, la Escritura nos dice:
"Porque la ira de Dios está siendo manifestada desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad.Porque lo que de Dios es conocido, es evidente para ellos, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de Él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, entendiéndose por medio de las cosas hechas, de modo que son inexcusables. Porque habiendo conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se entregaron a vanas
especulaciones, y su necio corazón fue entenebrecido" (Romanos 1:19-21).
Es más que evidente que la humanidad se ha olvidado de Dios, no le han reconocido Su majestuosidad y su soberanía sobre todos los asuntos humanos. En sus currículum no esta conemplada la existencia y la mejestad de Dios. En las escuelas y universidades han precindido de Dios y han abrazado la teoría Darwinista que solo tiene unos pocos siglos. Ya sin Dios en sus corazones se
ha pervertido y han pervertido el concepto de santidad, de moralidad y de respeto a las enseñanzas claras de las Santas Escrituras. Ese desorden ha permeado todos los ámbitos del que hacer humano.
Esto hace lógico y factible que "la ira de Dios se manifieste desde el cielo" contra todas esas injusticias y toda esa maldad de los hombres contra los hombres y de su rebelión contra todo lo que Dios dice que es santo, justo y bueno, su Santa Ley y sus Mandamientos justos y buenos. De ahí que este registrado en el libro de Revelación, tambien conocido como Apocalipsis, lo siguiente:
"Y en la visión vi a los caballos y a los que los montaban, que tenían corazas de fuego, de jacinto° y de azufre; y las cabezas de los caballos eran como cabezas de leones, y de sus bocas salía fuego, humo y azufre. Por efecto de estas tres plagas fueron muertos la tercera parte de los hombres: por el fuego, por el humo y por el azufre que salía de la boca de ellos. Pues el poder° de los caballos está en sus bocas y en sus colas, porque sus colas son semejantes a serpientes, que tienen cabezas, y con ellas dañan. Y el resto de los hombres, los que no fueron muertos por estas plagas, tampoco se arrepintieron de las obras de sus manos, para dejar de adorar° a los demonios, a los ídolos de oro y de plata, y de bronce y de piedra y de madera, los cuales no pueden ver, ni oír, ni andar. Tampoco se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni de su fornicación, ni de sus hurtos" (Revelación 9:17-21).
Así como sucedió en Egipto cuando fue azotado con las diez plagas, el Faraón y su gente no se arrepintieron para dejar salir al Pueblo de Dios de la esclavitud a la que lo habian sometido, asi la gente en este "egipto", que es el mundo, no se arrepiente, no busca a Dios, y peor aún, blasfeman al Todopoderoso culpándolo de las plagas que los azota, diciendo: "¿Dónde está Dios que no hace nada?" Culpan a Dios de las calamidades que ellos mismos se han atraido sobre si mismos. Se olvidan de un hecho fundamental: Dios no necesita de nosotros para ser Dios, nosotros lo necesitamos a Él para ser, como bien dijera un
poeta griego: "Porque en Él vivimos, nos movemos y existimos, Porque linaje suyo somos". Él es el Creador y nosotros somos sus criaturas, Él no necesita
de nosotros, nosotros necesitamos de Él. La actitud rebelde de este mundo es la descrita en el libro de Revelación 16: 8-11:
"El cuarto derramó su copa sobre el sol, y le fue dado quemar a los hombres con fuego. Y los hombres se abrasaron con el intenso calor, y blasfemaron el nombre de Dios, que tiene el poder sobre estas plagas,
y no se arrepintieron para darle gloria. El quinto derramó su copa sobre el trono de la bestia, y su reino fue° entenebrecido,° y se mordían de dolor la lengua; y blasfemaron al Dios del cielo por sus dolores y por sus llagas, y no se arrepintieron de sus obras".
Esto no es bajo ningún concepto "terrorismo religioso", es solo un mensaje de reflexión, cada cual saque sus propias conclusiones. ¡Que Dios nos socorra en medio de esta pandemia mundial! Pero sobre todo, que podamos reflexionar cada uno en su intimidad y busquemos a Dios mientras pueda ser hallado, que clamemos a Él entre tanto que esté cercano, y Él será amplio en perdonar y en borrar nuestras insuficiencias.
"Porque la ira de Dios está siendo manifestada desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad.Porque lo que de Dios es conocido, es evidente para ellos, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de Él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, entendiéndose por medio de las cosas hechas, de modo que son inexcusables. Porque habiendo conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se entregaron a vanas
especulaciones, y su necio corazón fue entenebrecido" (Romanos 1:19-21).
Es más que evidente que la humanidad se ha olvidado de Dios, no le han reconocido Su majestuosidad y su soberanía sobre todos los asuntos humanos. En sus currículum no esta conemplada la existencia y la mejestad de Dios. En las escuelas y universidades han precindido de Dios y han abrazado la teoría Darwinista que solo tiene unos pocos siglos. Ya sin Dios en sus corazones se
ha pervertido y han pervertido el concepto de santidad, de moralidad y de respeto a las enseñanzas claras de las Santas Escrituras. Ese desorden ha permeado todos los ámbitos del que hacer humano.
Esto hace lógico y factible que "la ira de Dios se manifieste desde el cielo" contra todas esas injusticias y toda esa maldad de los hombres contra los hombres y de su rebelión contra todo lo que Dios dice que es santo, justo y bueno, su Santa Ley y sus Mandamientos justos y buenos. De ahí que este registrado en el libro de Revelación, tambien conocido como Apocalipsis, lo siguiente:
"Y en la visión vi a los caballos y a los que los montaban, que tenían corazas de fuego, de jacinto° y de azufre; y las cabezas de los caballos eran como cabezas de leones, y de sus bocas salía fuego, humo y azufre. Por efecto de estas tres plagas fueron muertos la tercera parte de los hombres: por el fuego, por el humo y por el azufre que salía de la boca de ellos. Pues el poder° de los caballos está en sus bocas y en sus colas, porque sus colas son semejantes a serpientes, que tienen cabezas, y con ellas dañan. Y el resto de los hombres, los que no fueron muertos por estas plagas, tampoco se arrepintieron de las obras de sus manos, para dejar de adorar° a los demonios, a los ídolos de oro y de plata, y de bronce y de piedra y de madera, los cuales no pueden ver, ni oír, ni andar. Tampoco se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni de su fornicación, ni de sus hurtos" (Revelación 9:17-21).
Así como sucedió en Egipto cuando fue azotado con las diez plagas, el Faraón y su gente no se arrepintieron para dejar salir al Pueblo de Dios de la esclavitud a la que lo habian sometido, asi la gente en este "egipto", que es el mundo, no se arrepiente, no busca a Dios, y peor aún, blasfeman al Todopoderoso culpándolo de las plagas que los azota, diciendo: "¿Dónde está Dios que no hace nada?" Culpan a Dios de las calamidades que ellos mismos se han atraido sobre si mismos. Se olvidan de un hecho fundamental: Dios no necesita de nosotros para ser Dios, nosotros lo necesitamos a Él para ser, como bien dijera un
poeta griego: "Porque en Él vivimos, nos movemos y existimos, Porque linaje suyo somos". Él es el Creador y nosotros somos sus criaturas, Él no necesita
de nosotros, nosotros necesitamos de Él. La actitud rebelde de este mundo es la descrita en el libro de Revelación 16: 8-11:
"El cuarto derramó su copa sobre el sol, y le fue dado quemar a los hombres con fuego. Y los hombres se abrasaron con el intenso calor, y blasfemaron el nombre de Dios, que tiene el poder sobre estas plagas,
y no se arrepintieron para darle gloria. El quinto derramó su copa sobre el trono de la bestia, y su reino fue° entenebrecido,° y se mordían de dolor la lengua; y blasfemaron al Dios del cielo por sus dolores y por sus llagas, y no se arrepintieron de sus obras".
Esto no es bajo ningún concepto "terrorismo religioso", es solo un mensaje de reflexión, cada cual saque sus propias conclusiones. ¡Que Dios nos socorra en medio de esta pandemia mundial! Pero sobre todo, que podamos reflexionar cada uno en su intimidad y busquemos a Dios mientras pueda ser hallado, que clamemos a Él entre tanto que esté cercano, y Él será amplio en perdonar y en borrar nuestras insuficiencias.
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