YESHUA (JESÚS) ¿100% HOMBRE O 100% DIOS?.
¿Cómo pudo su muerte hacer expiación por nuestros pecados?
Muchos creen que la divinidad de Yeshua es necesaria para que su muerte tenga eficacia expiatoria ante la Presencia del Todopoderoso. Sin embargo, creo que es importante analizar el contexto bíblico de Isaías 53, ya que este pasaje profético se cumplió en la muerte de Yeshua y es ampliamente citado en los escritos de los discípulos (N.T) [Mt.8:16-17; Lc.22:37; Hch.8:26-35; Ro.4:25; 1 P.2:22-25].
En este capítulo, el profeta Isaías describe a un "siervo" o "esclavo" de YEHOVAH que sufre y es herido por nuestros pecados. En ningún momento se sugiere que este siervo sea "divino". De hecho, en Isaías 53:3, se describe al siervo como un "hombre de quebranto", o "varón de dolores" lo que sugiere que se trata de un ser humano, no divino.
- Despreciado y desechado entre los hombres, Varón de dolores, experimentado en quebranto, Escondimos de Él el rostro, fue menospreciado, y lo tuvimos por nada (Isaías 53:3).
En el versículo 11, se dice que el siervo "justificará a muchos" porque es un Tzadik, es decir, un justo. Su justicia y su inocencia son las que hacen que su muerte tenga eficacia para expiar nuestros pecados delante de YEHOVAH.
- Gracias a la aflicción de su alma, verá la luz y quedará satisfecho. Por su conocimiento, mi Siervo, el Justo, justificará a muchos, Y cargará con los pecados de ellos (Isaías 53:11).
En el versículo 5, se dice que "fue herido por nuestras transgresiones" y que "fue aplastado por nuestras iniquidades". Esto indica que la muerte del siervo es un acto de expiación, no porque sea divino, sino porque es un Tzadik (justo, inocente) que se ofrece como expiación por nuestros pecados.
- Pero Él fue traspasado por nuestras transgresiones, Molido por nuestros pecados. El precio de nuestra paz cayó sobre Él, Y por su herida fuimos sanados (Isaías 53:5).
Además, es interesante notar que el autor de la Carta a los Hebreos hace una "comparación" entre la sangre de Abel, que era un ser humano justo, y la sangre del Mesías (Heb. 12:24).
- Y a Yeshua, mediador del nuevo pacto, y a la sangre de rociamiento que habla mejor que la de Abel (Hebreos 12:24).
La sangre de Abel clamaba por justicia (Gn.4:10), mientras que la sangre del Mesías clama por misericordia y perdón. Esta comparación indica que la eficacia de la muerte del Mesías se debe a su "justicia y su inocencia", y no a su divinidad. De hecho, si el Mesías fuera divino, no habría sentido en comparar su sangre con la de Abel, que era un ser humano.
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