LOS JUSTOS HEREDARAÁN LA TIERRA, NO EL CIELO...

 



Sal.37:29. Los justos heredarán la tierra y vivirán para siempre sobre ella.

Este es el tema del salmo 37: Esto ocurre 7 veces, y enfatiza el punto que Lo que se promete a los justos no es el cielo, sino la herencia de la tierra. La Biblia muestra que el propósito de Dios para el hombre se centra en ciertas promesas que le hizo a Abraham y a su descendencia, que se definen como "el Evangelio" (Gálatas 3:8). Algunas de estas promesas también incluyen la entrega de tierras: “...toda la tierra que ves, te la daré a ti y a tu descendencia para siempre... Levántate, recorre la tierra a lo largo de ella y a su anchura, porque a ti te la daré” (Gén. 13:14-17).
Esta “descendencia” singular de Abraham es Cristo (Gálatas 3:16), pero también incluye a quienes son bautizados en él: “Porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos... y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa” (Gálatas 3:27, 29).
Se nos dice que “los justos heredarán la tierra y habitarán en ella para siempre”. Esto refleja la promesa hecha a Abraham de que él y su descendencia heredarán esa misma tierra “para siempre”. Y esto implica una resurrección y la concesión de la inmortalidad. Abraham nunca recibió el cumplimiento de la promesa, por lo tanto, debe ser resucitado de entre los muertos y debe vivir eternamente para heredar la tierra para siempre.
Solamente los justos heredarán la tierra. “Los injustos no heredarán el reino de Dios” (1 Cor. 6:9), solamente aquellos que tienen la fe de Abraham (Gal. 3:9). Por lo tanto, estas grandes y preciosas promesas son hechas también a los fieles (1 Ped. 1:4). Por lo tanto, no debemos confiar en las fábulas de los hombres acerca de ir al cielo, sino tener fe en las promesas que Dios ha hecho acerca de una herencia eterna en la tierra, porque esa es la única esperanza bíblica.

Ciertamente que las fábulas acerca de ir al cielo al momento de fallecer ha sido plasmada profundamente en las mentes y en los corazones de los hombres, y, estas fábulas alimentadas por la élite Hollywoodense, se ha convertido en una "verdad" para la inmensa mayoría de la humanidad, no solo entre "Cristianos", sino con muchas variantes entre los musulmanes y otras religiones del mundo. Pero, Dios no ha prometido el cielo a los seres humanos, sino la tierra. Dice la Escritura:

"Los cielos de los cielos son de Jehovah; pero él ha dado la tierra a los hijos del hombre"  (Sal 115:16).
Y el santo Maestro dijo: "Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad" (Mat 5:5). Ese es el testimonio de la Escritura, pero la fábula cristiana de que el cielo o un "infierno de tormentos eternos" sea el destino final después de la muerte echa por tierra y elimina o invalida la necesidad de la resurrección, pues, si ya se tiene vida eterna en el cielo, ¿para qué una resurrección?    Pero tanto el santo Maestro Yeshua (Jesús) como Pablo enseñan que la resurrección es la única esperanza de vida futura (Juan 5:28-29; 1 Tes. 4:13-14; Ap. 20:12-14). ¡En esto pensad!             

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