DE LA SERIE "CONOZCA SU IDENTIDAD"....¿QUE PASÓ CON JUDÁ?
Ya vimos como el pueblo de Israel se dividió en Dos Casas: la Casa de Israel (las 10 tribus del norte, conocido también como Efraín) y la Casa de Judá (las 2 tribus del sur). A los israelitas del norte se los llevaron cautivos los asirios, cuando Tigalt Pilsger III, rey de Asiria, conquistó Samaria, capital de Israel (Reino del Norte). En el año 722 a.C. fueron llevados al exilio y dispersados. Dado que para entonces ya habían perdido su identidad hebrea, fueron asimilados a donde fueron llevados.
En contraste, la Casa de Judá permaneció fiel a Dios…por un tiempo. Aproximadamente 100 años después, también ellos se desviaron de los caminos de Dios. Recibieron advertencias, y se arrepintieron temporalmente, para volver a caer.
IMITÓ A SU HERMANA
Jeremías y Ezequiel fueron la voz profética en esos tiempos. Les advirtieron que no imitaran a sus hermanos del norte, porque pararían igual que ellos. El llamado de atención fue fuerte, porque se comparaba la idolatría en que habían caído con adulterio espiritual.
(Jeremías 3:6-10) Y el SEÑOR me dijo en días del rey Josías: ¿Has visto lo que hizo la infiel Israel? Ella andaba sobre todo monte alto y bajo todo árbol frondoso, y allí fornicaba. (7) Y me dije: "Después que ella haya hecho todas estas cosas, volverá a mí"; mas no regresó, y lo vio su pérfida hermana Judá. (8) Y vio que a causa de todos los adulterios de la infiel Israel, yo la había despedido, dándole carta de divorcio; con todo, su pérfida hermana Judá no tuvo temor, sino que ella también fue y se hizo ramera. (9) Y sucedió que por la liviandad con que fornicó, profanó la tierra, y cometió adulterio con la piedra y con el leño. (10) A pesar de todo esto, su pérfida hermana Judá tampoco se volvió a mí de todo corazón, sino con engaño--declara el SEÑOR.Israel cayó primero, y luego le siguió Judá.
(II Reyes 17:13-20) Y el SEÑOR amonestaba a Israel y a Judá por medio de todos sus profetas y de todo vidente, diciendo: Volveos de vuestros malos caminos y guardad mis mandamientos, mis estatutos conforme a toda la ley que ordené a vuestros padres y que os envié por medio de mis siervos los profetas. (14) Sin embargo, ellos no escucharon, sino que endurecieron su cerviz como sus padres, que no creyeron en el SEÑOR su Dios. (15) Desecharon sus estatutos y el pacto que El había hecho con sus padres, y sus advertencias con las cuales los había amonestado. Y siguieron la vanidad y se hicieron vanos, y fueron en pos de las naciones que los rodeaban, respecto de las cuales el SEÑOR les había ordenado que no hicieran como ellas. (16) Y abandonaron todos los mandamientos del SEÑOR su Dios, y se hicieron imágenes fundidas de dos becerros; hicieron una Asera, adoraron a todo el ejército de los cielos y sirvieron a Baal. (17) Hicieron pasar por el fuego a sus hijos y a sus hijas, practicaron la adivinación y los augurios, y se entregaron a hacer lo malo ante los ojos del SEÑOR, provocándole. (18) Y el SEÑOR se airó en gran manera contra Israel y los quitó de su presencia; no quedó sino sólo la tribu de Judá. (19) Tampoco Judá guardó los mandamientos del SEÑOR su Dios, sino que anduvieron en las costumbres que Israel había introducido. (20) Y el SEÑOR desechó a toda la descendencia de Israel, y los afligió y los entregó en mano de saqueadores, hasta que los echó de su presencia.CAUTIVERIO
Como consecuencia de su pecado y falta de arrepentimiento, la Casa de Judá también fue conquistada. Todos ellos fueron llevados al cautiverio, pero no por los asirios, sino que fueron conquistados por Babilonia. A diferencia de sus hermanos israelitas, La Casa de Judá sí guardó su identidad. Aunque estaban cautivos en Babilonia, ellos se mantuvieron unidos. Establecieron sinagogas y continuaron con una vida religiosa hasta donde les era posible. Sin duda, algunos se asimilaron, pero muchos continuaron guardando la ley y costumbres de sus padres. A ellos hoy se les conoce como el pueblo judío.
Como consecuencia de su pecado y falta de arrepentimiento, la Casa de Judá también fue conquistada. Todos ellos fueron llevados al cautiverio, pero no por los asirios, sino que fueron conquistados por Babilonia. A diferencia de sus hermanos israelitas, La Casa de Judá sí guardó su identidad. Aunque estaban cautivos en Babilonia, ellos se mantuvieron unidos. Establecieron sinagogas y continuaron con una vida religiosa hasta donde les era posible. Sin duda, algunos se asimilaron, pero muchos continuaron guardando la ley y costumbres de sus padres. A ellos hoy se les conoce como el pueblo judío.
Luego de 70 años de cautiverio, Dios cambió la historia. En un día, Babilonia cayó y los medo-persas tomaron su lugar de hegemonía (Daniel 5). El Señor movió esas piezas políticas para permitir que los judíos pudieran regresar a Jerusalén.
(Esdras 1:1-4) En el primer año de Ciro, rey de Persia, para que se cumpliera la palabra del SEÑOR por boca de Jeremías, el SEÑOR movió el espíritu de Ciro, rey de Persia, y éste hizo proclamar por todo su reino y también por escrito, diciendo: (2) Así dice Ciro, rey de Persia: "El SEÑOR, el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra, y El me ha designado para que le edifique una casa en Jerusalén, que está en Judá. (3) "El que de entre todos vosotros pertenezca a su pueblo, sea su Dios con él. Que suba a Jerusalén, que está en Judá, y edifique la casa del SEÑOR, Dios de Israel; El es el Dios que está en Jerusalén. (4) "Y a todo sobreviviente, en cualquier lugar que habite, que los hombres de aquel lugar lo ayuden con plata y oro, con bienes y ganado, junto con una ofrenda voluntaria para la casa de Dios que está en Jerusalén."
No obstante, la Biblia nos indica que no todos los judíos regresaron a Jerusalén. Sólo un remanente regresó (aprox. 5%), y el resto se quedó en Babilonia. El remanente luchó por reconstruir la Ciudad Santa y reedificar el Templo. Sin embargo, la Tierra Santa ya no fue completamente libre de la opresión extranjera. Luego de los persas, llegaron los griegos y luego los romanos tomaron control de la región.
En el año 70 d.C., los romanos destruyeron de nuevo la ciudad de Jerusalén y el Templo. Los judíos fueron expulsados de la Tierra de Israel y fueron dispersados por todas partes del mundo, en lo que hoy se conoce como la Diáspora.
¿Quiere decir esto que Dios ya no tiene nada que ver con el remanente de Su Pueblo, Judá (los judíos)? ¿Acaso Él se olvidó para siempre de la Casa de Israel, que fue dispersada y asimilada entre los pueblos paganos? En las próximas lecciones veremos lo que los profetas dicen al respecto, y allí encontraremos respuestas muy reveladoras…
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