EL LLAMADO DE DIOS



Samuel Barruecos

No has llegado a estas páginas en forma fortuita sino porque respondiste al Llamado que Dios ahora mismo está haciendo a todo su pueblo (Jeremías 31:20-21).

Ese Llamado que tú has recibido en tu corazón es el mismo que El Señor ha puesto en la Biblia.

La Biblia fue escrita con el propósito de hacer llegar hasta ti un Mensaje de la mayor trascendencia, ¿pero cuál es ese Mensaje tan importante? Lee bien esto: Que regreses a dónde alguna vez perteneciste.

A través de cada página de la Escritura El Señor hace a todas sus hijas e hijos dispersos por el mundo el mismo Llamado amoroso:

“REGRESA A MÍ”

En eso consiste el Mensaje de la Biblia, en un Llamado urgente y bondadoso para que regreses al Padre Celestial.

Pero, ¿cómo fue que algún día perteneciste al Señor?, ¿y cómo fue que te extraviaste de Él?, ¿y por qué no sabías de ello?, ¿o cuándo ocurrió todo eso?

Esa ha sido precisamente mi labor a lo largo de estos años, informar a personas como tú lo más detenida y detalladamente posible acerca de todo ello a fin de que recuperen lo que les pertenece: su memoria ancestral.

Una vez ya fuera de Egipto, El Señor –por medio de Moisés– advirtió al pueblo de las consecuencias de quebrantar su Pacto:

“Si después de haber engendrado hijos y nietos, y de haber pasado su vida en la tierra, llegan ustedes a corromperse y hacerse esculturas o imágenes de alguna cosa, y hacen enojar al Señor su Dios por hacer lo malo delante de sus ojos, pongo hoy por testigos al cielo y a la tierra de que muy pronto ustedes serán totalmente borrados de la tierra por la cual cruzan el Jordán para tomar posesión de ella. No estarán en ella mucho tiempo sin que sean destruidos. EL SEÑOR LOS ESPARCIRÁ ENTRE LOS PUEBLOS, Y UN REDUCIDO NÚMERO DE USTEDES QUEDARÁ ENTRE LAS NACIONES A LAS CUALES EL SEÑOR LOS LLEVA. Allí ustedes servirán a dioses de madera y piedra, hechos por manos humanas, incapaces de ver, oír, comer ni oler”. Deuteronomio:4:25-28 RVC

El llamado urgente es a regresar a la Casa del Padre, en la parábola del "Hijo Pródigo", el Pastor del Israel presenta a dos hijos...Uno que tomó su herencia y se fue lejos y la malgastó, mientras que el otro se quedó con el Padre, Estos dos hijos son las dos Casas de Israel. Siendo el "Hijo pródigo representante de la Casa de Israel que fue esparcida por las naciones desperdiciando su herencia y su identidad hebrea. Ha vivido como si estuviera muerta, "sin esperanza y sin Dios en el mundo" (Efesios 2:12). Dios ha estado llamando a su corazón, para que vuelvan en sí y regresen con arrepentimiento a la Casa del Padre para ser recibidos con amor, con un anillo (que indica propiedad) con ropas limpias y con un gran banquete, una fiesta. 

Queda, pues, en nustro corazón atender al llamado que por medio de Jesucristo nos hace el Padre amoroso. "Arrepentimiento" (en Hebreo Teshuvá") significa volverse, dar la vuelta y volverse al Eterno que nos espera con brazos abiertos, con un anillo, con ropas limpias y nuevas y con gran fiesta. "Por habrá mas gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no tienen necesidad de arrepentimiento" (Lucas 15:7). Somos las ovejas perdidas de la Casa de Israel, y el llamado de Dios es a volver a Casa, a ser "conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios (ISRAEL)" (Efesios 2:19).
¿Responderás al llamado? ¿Quieres ser parte del Pueblo Santo? ¿Quieres pertenecer al Israel de Dios? ¿Aceptarás el llamado amoroso que el Eterno te está haciendo para volver a Casa?

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