EL GRAN CONFLICTO (CONCLUSIÓN) LA SOLUCIÓN.

 LA SOLUCION AL GRAN CONFLICTO ENTRE DIOS Y EL HOMBRE.

Como habíamos dicho en la primera entrega, el gran conflicto no es un mero conflicto entre el bien y el mal, sino entre Dios y el hombre. Dios puso el árbol del conocimiento del bien y el mal en el Edén intencionalmente, con el propósito explícito de que el hombre adquiriera un conocimiento de ambos, de lo bueno y de lo malo, a fin de que recibiera una educación. No que Dios creara la maldad, no, la maldad o su posibilidad ya estaba implantada en el el corazón del hombre creado...El hombre estaba habilitado para escoger entre la obediencia y la desobediencia, entre hacer el bien o hacer el mal, pero aún no lo sabía. El "árbol del conocimiento del bien y el mal" estaba allí, la advertencia amorosa del Creador de no tocarlo ni comer de él estaba allí, era una prueba,  y la primera pareja humana, a causa de la prohibición, escogió el camino de la desobediencia y de la experiencia de adquirir conocimiento para comprender la diferencia entre lo bueno (Obediencia) y lo malo (la desobediencia). ¡Ambas cosas son importantes! ¡Por eso existen los contrastes! ¡Por eso existe el positivo y el negativo! ¡La luz y la Oscuridad! ¡La ley de causa y efecto! ¡El saber y la ignorancia! ¡El mal y el bien! El Eterno, no solo quería probar la lealtad del ser humano, sino que el ser humano llegara a experimentar las consecuencias de sus propias decisiones, una experiencia necesaria para que quedara claro en el universo que Dios es Dios, y que es un Padre compasivo, no un tirano que exige obediencia siega...¡De ahí la importancia de colocar en el huerto aquel "árbol del conocimiento del bien y del mal", sino, ¿para qué ponerlo en la ecuación?

La cosa es que, al desobedecer, el ser humano abrió una senda de para caminar, y ahora ya habían dos senderos, dos caminos, un conflicto entre el Creador y la Criatura. Todo acto tiene consecuencias...y la advertencia divina lo había dejado bien en claro (¡No hay injusticia en Dios!). "«Puedes comer de todo árbol del huerto, pero no debes comer del árbol del conocimiento del bien y del mal, porque el día que comas de él ciertamente morirás.» (Génesis 2:16-17). Entonces, los sentidos de Habá (Eva) fueron extraviados por la "serpiente" alegórica, que no era otra cosa que la misma mente y deseo carnal de conocer, de saber, de experimentar una cosa prohibida...Eva talvez pensó: "Porqué tal prohibición"? "¿De qué nos estará cohibiendo el Creador"? "Tengo que experimentar a ver qué sucede".

A un niño pequeño usted le dice: No metas nada en el receptor de corriente (enchufe)". El niño le pregunta: "¿Porqué no?". Usted le advierte: "Porque te va a dar un corrientazo y eso es muy malo". ¿Sabe usted lo que hará el niño muy probablemente? Meterá una cuchara o algo en el receptáculo y experimentará el corrientazo...¡Y aprenderá! Ya no lo volverá a hacer! Por lo menos no conscientemente. Una advertencia sin la experiencia crea la necesidad y el desafío de experimentar para saber, para estar seguro.

De todos modos, Eva fue engañada por su propio deseo de saber, de experimentar, todo esto fue una batalla en su propia mente carnal. Lo de la conversación con la "serpiente" solo es una alegoría, una forma poética, una metáfora para explicar la lucha interior de Eva. En Génesis 3:15, se encuentra la primera promesa mesiánica. Se promete que alguien vendría al rescate de la humanidad. ¡No podía ser ni Dios ni un ángel, tenía que ser un ser humano, como bien lo puso el apóstol Pablo:

"Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un HOMBRE, y por medio del pecado entró la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron...Así que, como por la transgresión de uno solo vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno solo vino la justificación de vida a todos los hombres. Porque así como por la desobediencia de un solo hombre muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno solo muchos serán constituidos justos" (Romanos 5:12,18,19).

Así como por el primer Adam (hombre) vino la desobediencia y la condena, así por mediación de un segundo Adam (otro hombre) vendría la liberación del pecado y de la muerte. ¡No podía ser un ángel ni un dios el que rescataría al hombre de esa situación de desobediencia y muerte, sino que tenía que ser otro Adam, otro hombre, otro "hijo de Dios" como lo fue el primer Adam (Lucas 3:38).

El Mesías debía ser un verdadero hombre, un ser humano ungido por Dios, pero con las mismas debilidades de todos los hombres, de otra manera, ¿qué méritos tendría? No fue un ángel ni fue un dios los que pecaron, fue un hombre, el precio correspondiente debía ser pagado por otro hombre.

" Porque no tenemos un sumo sacerdote [Intercesor Mediador] que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo, como nosotros, aunque sin pecado. Por tanto, acerquémonos confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para cuando necesitemos ayuda" (Hebreos 4:15,16). 

Fíjese que el Mediador e Intercesor tenía que ser HUMANO, sujeto a toda tentación, como lo somos todos, de otra manera no tendría ningún mérito. Recordemos que no fue ni un dios, ni un ser angelical quien pecó, fue u hombre, de modo que el Redentor tenía que ser también un hombre. EL PECADO ES UN ASUNTO HUMANO, LA MUERTE AFECTA AL SER HUMANO, NO A LOS ÁNGELES ni a otros seres celestiales.

"Ciertamente él no vino para ayudar a los ángeles [los ángeles no pecaron, ni pueden morir], sino a los descendientes de Abraham. Por eso le era necesario ser semajante a sus hermanos en todo: para que llegara a ser un sumo sacerdote misericordioso y fiel en lo que a Dios se refiere, y expiara los pecados del pueblo. Puesto que él mismo sufrió la tentación, es poderoso para ayudar a los que son tentados" (Hebreos 2:16-18).

El antídoto estaba ya pensado de antemano, antes de que viniera la enfermedad. Leemos en 1 Pedro 1:18-20:

"Ustedes saben que fueron rescatados de una vida sin sentido, la cual heredaron de sus padres; y que ese rescate no se pagó con cosas corruptibles, como el oro y la plata, sino con la sangre preciosa del Cristo, sin mancha y sin contaminación, como la de un cordero, que ya había sido destinado desde antes de que Dios creara el mundo, pero que se manifestó en estos últimos tiempos por amor a ustedes.

[que ya había sido designado desde antes de que DIOS creara el mundo, pero manifestado en estos últimos tiempos por amor a ustedes]". 

¡Puede captarlo usted? ¡Ya el rescate estaba pensado y el antídoto preparado en la mente y planes del ETERNO (Bendito es), aún desde antes de que el ser humano pusiera un pie sobre la tierra, antes de que llegara a existir! Pero solo era un plan, todavía el Cristo no existía literalmente, era solo una idea en la mente del Creador. Entonces leemos en Hebreos 2:14-15:

"Así como los hijos eran de carne y hueso, también él era de carne y hueso, para que por medio de la muerte destruyera al que tenía el dominio sobre la muerte, es decir, al diablo, y de esa manera librara a todos los que, por temor a la muerte, toda su vida habían estado sometidos a esclavitud".

¡Que maravilloso! El que nos rescataría del dominio del pecado y de la muerte tenía que ser "de carne y huesos", es decir, un ser humano, no un dios, ni un ángel ni un "avatar". 

Aún después de ser resucitado de la muerte, el Mesías sigue siendo de carne y huesos, es decir, un ser humano, aunque ya glorificado, hecho inmortal y que viene para siempre. Veamos los siguientes dos versículos bíblicos:


"Todavía estaban ellos hablando de estas cosas, cuando Jesús se puso en medio de ellos y les dijo: «¡La paz sea con ustedes! [Shalom Alejem]»

Ellos se espantaron y se atemorizaron, pues creían estar viendo un espíritu;  pero Jesús les dijo: «¿Por qué se asustan? ¿Por qué dan cabida a esos pensamientos en su corazón? ¡Miren mis manos y mis pies! ¡Soy yo! Tóquenme y véanme: un espíritu no tiene carne ni huesos, como pueden ver que los tengo yo Y al decir esto, les mostró las manos y los pies. Y como ellos, por el gozo y la sorpresa que tenían, no le creían, Jesús les dijo: «¿Tienen aquí algo de comer?» — Lucas 24:36-41.

¡LOS SERES ESPIRITUALES NO SE COMPONEN DE CARNE Y HUESOS, SOLO LOS SERES HUMANOS SON "CARNE Y HUESOS"!

¡ASÍ QUE JESÚS ERA Y ES UN SER HUMANO, DE CARNE Y HUESOS, NO UN UN SER CELESTIAL HECHO DE ESPÍRITU, NI UN SEMI DIOS, Y MUCHO MENOS DIOS TODOPODEROSO!

"Estuve muerto, pero ahora vivo para siempre. Amén" (Apoc. 1:18).

Para poder morir, Jesús tenía que ser HUMANO, un ser de carne y huesos. Y eso es lo que precisamente era, y lo que será para siempre, ya que nació humano y está conectado con la raza humana para siempre. DIOS NO ES HUMANO, NO ES HOMBRE, NI PODRÁ SER UN HOMBRE JAMÁS. 

"Pero ¿acaso es verdad que tú, mi Dios, puedes vivir en la tierra con el hombre? Si ni siquiera los cielos, ni los cielos de los cielos, te pueden contener, ¡mucho menos podría contenerte esta casa que he edificado!" (2 Crónicas 6:18).

"¿En verdad, Señor, quieres vivir en este mundo? Si ni la gran expansión de los cielos es capaz de contenerte, ¡mucho menos este templo que he edificado en tu honor!" (1 Reyes 8:27).

"Pero cuando se cumplió el tiempo señalado, Dios envió a su Hijo, que nació de una mujer y sujeto a la ley, para que redimiera a los que estaban sujetos a la ley, a fin de que recibiéramos la adopción de hijos" (Gálatas 4:4,5).

¡Si nació de una mujer, como nacemos todos nosotros, era un ser humano! Y, como tal, sujeta a pasiones y también sujeto a morir. ¡Y de hecho murió y tuvo que ser resucitado por Dios!

"Cuando Cristo vivía en este mundo, con gran clamor y lágrimas ofreció ruegos y súplicas al que lo podía librar de la muerte, y fue escuchado por su temor reverente.

Aunque era Hijo, aprendió a obedecer mediante el sufrimiento; y una vez que alcanzó la perfección, llegó a ser el autor de la salvación eterna para todos los que le obedecen" (Hebreos 5:7-9).

Noten aquí varias cosas interesantes:

1.Cristo "ofreció con gran clamor y lágrimas ruegos y súplicas al que lo podía librar de la muerte". 

Se fue un poco más adelante y, postrándose en tierra, oró que, de ser posible, no tuviera que pasar por ese momento. Decía: «¡Abba, Padre! Para ti, todo es posible. ¡Aparta de mí esta copa! Pero que no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú.»- Marcos 14:35-36) Véase también Mateo 26:36-45.

Entonces les dijo: «Quédense aquí, y velen conmigo, porque siento en el alma una tristeza de muerte

¡Típico ser humano que siente en su alma una tristeza de muerte y ora al Creador por auxilio, pero sometiéndose a Su soberana voluntad!

¡PORQUE TENÍA QUE SER EN TODO SEMEJANTE A SUS HERMANOS ISRAELITAS...HUMANOS 100%!


LA SOLUCIÓN FINAL AL CONFLICTO.

El Mesías o Cristo fue elegido, ungido y enviado de parte de Dios para solucionar el gran conflicto. El segundo o postrer Adam (hombre) tendría sobre sus hombros soportar toda la tentación y las terribles consecuencias del pecado de su Pueblo. Al igual que sucedió con Eva, Jesús tuvo que enfrentar una batalla mental con una "serpiente", sus propios deseos carnales. Solo que no permitió que sus sentidos fueran extraviados, como sucedió con Eva. ¡Él logró mantenerse fiel!

a) Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo (Mateo 4:1). Fíjese que fue el espíritu de Dios el que llevó al desierto para ser tentado por el "diablo" (siempre con "d" minúscula)...sus propios deseos carnales y su predisposición a pecar. ¡Pero él venció cada vez!

b) El deseo de comer (sentido del gusto).

Después de 40 días y 40 noches de ayuno, Jesús sintió un hambre intenso...y le vino a la mente una duda y una sugerencia: "«Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan.» (Mateo 4:3). 

¡Con que facilidad pudo Jesús saciar su necesidad apremiante de comer! Pero eso implicaría desobediencia...así que recordó y se citó la Torá, en Deuteronomio 8:3:

"El Señor te afligió, y te hizo sentir hambre, pero te sustentó con maná, comida que ni tú ni tus padres habían conocido, para hacerte saber que no solo de pan vive el hombre, sino que vive de todo lo que sale de la boca del Señor".

Cuando nos viene cualquier tentación, preguntémos: ¿qué habría hecho Jesús en mi lugar?  ¡Hubiera recurrido a la Torá por auxilio y respuesta!


c) «Si eres Hijo de Dios, lánzate hacia abajo; porque escrito está: »“A sus ángeles mandará alrededor de ti”, y también: »“En sus manos te sostendrán, »Para que no tropieces con piedra alguna.”»  Jesús le dijo: «También está escrito: “No tentarás al Señor tu Dios”.» «Si eres Hijo de Dios, lánzate hacia abajo; porque escrito está: »“A sus ángeles mandará alrededor de ti”, y también: »“En sus manos te sostendrán, »Para que no tropieces con piedra alguna.”» Jesús le dijo: «También está escrito: “No tentarás al Señor tu Dios”.» Mateo 4:6-7).

Jesús contempla el suicido. Se ve alto en el "piáculo" o en la azotea del templo en Jerusalem (imaginariamente, pues, él continuaba en el desierto de Judea). Arrojarse esperando ser rescatado por ángeles, probablemente resultaría en el suicidio, aparte de que sería poner a prueba al Eterno...enseguida Jesús reaccionó y volvió a encontrar refugio en la Torá, allí está el mandamiento: "No tentarás al Eterno tu Dios" (Deuteronomio 6:16). Los que tientan al SEÑOR no terminan bien, porque Dios no puede ser tentado ni Él tienta a nadie (Jacobo 1:13).


d) La tentación de las riquezas y el poder mundano.

Jesús, al igual que nosotros fue presentado con la oportunidad de obtener riquezas y poderío...ese deseo de prominencia, de fama y de poder. Pero de inmediato lo rechazó como un acto de pura idolatría. ¡La fama, el poder y la riqueza son símbolos de idolatría, y no se puede servir a dos señores.

"De nuevo el diablo lo llevó a un monte muy alto. Allí le mostró todos los reinos del mundo y sus riquezas, y le dijo: «Todo esto te daré, si te arrodillas delante de mí y me adoras.» Entonces Jesús le dijo: «Vete, Satanás, porque escrito está: “Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás.”» (Mateo 4:8-10).

¡NO SE PUEDE SERVIR A DIOS Y LAS RIQUEZAS Y EL PODER MUNDANOS! ¡Es idolatría! Jesús se volvió a refugiar en la Torá: "Al Señor tu Dios temerás, y solo a él servirás, y por su nombre jurarás" (Deuteronomio 6:13). 

¡Recordemos, en la Torá está nuestro refugio, nuestro auxilio! Ya que "Toda la Escritura inspirada divinamente es útil para enseñar, para redarguir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que todo hombre sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra" (1 Timoteo 3:16-17). Por el contexto entendemos que Pablo se estaba refiriendo al Tanak, a las Escrituras Hebreas, y en específico, a la Torá.

Entónces vemos a Jesús triunfando sobre la tentación "siendo tentado en todo, como nosotros lo somos, pero no sucumbiendo a las tentaciones, sino venciéndolas cada vez por su apego a la Torá, como estaba escrito de él en el Salmo 40:7-8:

"Por eso dije: «Aquí vengo ya.» En el pergamino se habla de mí. Hacer tu voluntad, Dios mío, me agrada; tu Torá la llevo dentro de mí. He proclamado tu justicia ante la gran multitud, y tú, Señor, lo sabes muy bien. No he refrenado mis labios".

"Santifícalos en Tu verdad, Tu Palabra es verdad" (Juan 17:17) 

"Yo soy insignificante y nada valgo, pero no me he olvidado de Tus mandamientos. Tu justicia es eterna, y tu Torá es la verdad" (Salmo 119:141-142).

Jesús, por su apego a la Torá y por su fidelidad, no solo es el "Testigo fiel y verdadero", sino que, al consagrar su vida totalmente a Dios, pudo ofrecerla como una ofrenda voluntaria por el pecado de todos nosotros. 

"«Aquí estoy, para hacer tu voluntad», quita lo primero para establecer esto último.

Por esa voluntad somos santificados, mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo, hecha una sola vez y para siempre" (Hebreos 10:9,10).

"Mi vida nadie me la quita, sino que yo la pongo voluntariamente" (Juan 10:18).

La muerte de Jesús no fue un suicidio, ni un sacrificio obligatorio ni forzado, sino una ofrenda voluntaria a Dios por el pecado de Su pueblo,  tampoco fue un asesinato al azar.

"Él, por medio de una sola ofrenda, hizo perfectos para siempre a los santificados" (Hebreos 10:14).

Así, Jesús, como el "Ben Yosef", el hijo de José, como el "siervo sufriente" de Isaías 53, se hizo Fiador de una Nueva Alianza entre Dios y la humanidad..y fue hecho "Señor y Mesías" (Hechos 2:36)...También recibió como premio la inmortalidad, y la sacó a la luz también para nosotros (2 Timoteo 1;9-10).

"aprendió a obedecer mediante el sufrimiento; y una vez que alcanzó la perfección, llegó a ser el autor de la salvación eterna para todos los que le obedecen" (Hebreos 5:8-9).

Note que Jesús "aprendió a obedecer mediante el sufrimiento" y que por eso "alcanzó la perfección", por lo que llegó a ser "autor de la salvación eterna para todos los que le obedecen". Él no nació perfecto, no nació obediente, se hizo esas cosas. ¡Fiel representante de la raza humana! Así puso fin a los sacrificios constantes del pasado de Israel y le abrió un camino nuevo y viviente.

Usted y yo, como israelitas verdaderos, creyentes verdaderos, que andamos por fe y no por vista, que andamos no en la carne, sino en el espíritu, somos el verdadero "Israel de Dios". Jesús es nuestro señor y nuestro Mesías, el rey ungido verdadero, el cual "reinará sobre la Casa de Jacob (Israel) por tiempo indefinido" (Lucas 1:31-33).

Él es ahora el "único Mediador entre el Dios verdadero y los hombres", por cuanto es "el hombre, Jesús el Mesías (Ungido o Cristo)".  En él y por medio de él fuimos reconciliados con Dios, ya que Dios estaba reconciliando al mundo con sigo mismo por medio de él. LA RECONCILIACIÓN NO ES OTRA COSA QUE LA SOLUCIÓN FINAL DEL GRAN CONFLICTO INICIADO EN EL EDÉN POR LA REBELIÓN DEL HOMBRE...EL SEGUNDO HOMBRE ES EL AGENTE CONCILIADOR ENTRE DIOS  Y LA RAZA HUMANA. ¡ALABEMOS AL SANTO Y BENDITO POR TAN MARAVILLOSO PLAN DE REDENCIÓN!

Así concluimos esta segunda entrega...aunque pudiéramos extendernos muchísimo más, lo dejamos hasta aquí, ya que hemos cubierto lo básico para el entendimiento correcto de quién es Jesús y cuál es su gran papel en la solución del gran conflicto.

Agradeceremos cualquier comentario, pregunta o si hubiere alguna duda o alguna pregunta, que, por favor nos las dejen en los comentarios. 

¡Shalom a Todos!







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