LAS TENTACIONES DE JESÚS — UNA EXPLICACIÓN BÍBLICA RACIONAL
Mateo 4:1-11: “Entonces Jesús fue llevado por el espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo. Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches; tuvo hambre. Y vino a él el tentador, y le
dijo: Si eres hijo de Dios, dí que estas piedras se conviertan en pan. Él respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, y, en sus manos te sostendrán, para que no tropieces con tu pie en piedra. Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios.
Otra vez lo llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares. Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás. El diablo entonces le dejó; y he aquí vinieron ángeles y le servían”.
INTERPRETACIÓN POPULAR:
Este pasaje se lee con el significado de que un ser llamado el “diablo” tentó a Jesús para que pecara sugiriéndole ciertas cosas y poniéndole en situaciones de tentación.
COMENTARIO:
1. Jesús “fue tentado en todo según nuestra semejanza” (He.4:15), y “cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido” (Stg. 1:14). Nosotros somos tentados por el “diablo” de nuestras propias pasiones o malos deseos, y así también lo fue Jesús.
A nosotros no nos tienta un ser maligno que de repente se pone junto a nosotros y nos impulsa a pecar –el pecado y la tentación viene “de dentro, del corazón de los hombres” (Mr. 7:21).
2. Evidentemente las tentaciones no pueden tomarse literalmente.
- Mateo 4:8 implica que Jesús fue llevado a una alta montaña para ver a todos los reinos del mundo en la futura gloria de ellos “en un momento” (Lc. 4:5). No hay montaña suficientemente alta para ver todo el mundo.
¿Y por qué la altura de la montaña permitiría que Jesús viera cómo sería el mundo en el futuro? Como la tierra es una esfera, no hay ningún punto en su superficie desde el cual uno pueda ver todas las partes del mundo en ningún momento.
- Una comparación de Mateo 4 con Lucas 4 muestra que las tentaciones se describen en un orden diferente. Marcos 1:13 dice que Jesús estuvo “en el desierto cuarenta días, y era tentado por Satanás”, mientras que Mateo 4:2,3 dice que “después de haber ayunado cuarenta días… vino a él el tentador [Satanás]”. Lucas 4:13 dice que el diablo dejó a Jesús después de la tentación a saltar desde el templo. Como la Escritura no puede contradecirse a sí misma, podemos concluir que estas mismas tentaciones seguían repitiéndose en diferente orden. La tentación de convertir piedras en pan es un ejemplo obvio. Esto encajaría perfectamente si estas tentaciones ocurrieron dentro de la mente de Jesús. Siendo de nuestra naturaleza, la falta de alimento le habría afectado mentalmente así como físicamente, y de este modo su mente habría fácilmente empezado a imaginar cosas. Tan sólo pasar unos pocos días sin alimento puede llevar a algunos al delirio (compárese con 1 S. 30:12). En Mateo 7:9 Jesús menciona la similitud entre las hogazas de pan y piedras, y sin duda esas imágenes a menudo surgían en su torturada mente –aunque siempre eran sujetas a un rápido control debido al recuerdo que tenía de la palabra.
- Parece improbable que el diablo llevara a Jesús por el desierto y por las calles de Jerusalén y luego hayan escalado juntos un pináculo del templo, todo a la vista de los inquisitivos judíos. Sus tentaciones ocurrieron todas en el desierto –estuvo allí durante cuarenta días, tentado todo el tiempo por el diablo (que sólo se fue al final –Mt. 4:11). Si Jesús fue tentado por el diablo cada día, y las tentaciones ocurrieron sólo en el desierto, entonces se desprende que Jesús no podría haber salido del desierto para ir a Jerusalén o viajar a una alta montaña. Por lo tanto, estas cosas no pudieron haber sucedido literalmente.
- Si el diablo es una persona física que no tiene respeto por la palabra de Dios y está interesado en hacer que la gente peque, entonces ¿por qué Jesús le citaría la Escritura para vencerlo? De acuerdo con la creencia popular, esto no habría conseguido que el diablo se retirara. Note que Jesús citaba un pasaje de la Biblia cada vez. Si el diablo era los malos deseos que brotaban dentro del corazón de Jesús, entonces es comprensible que teniendo la palabra en su corazón, y recordándola, él haya podido vencer esos malos deseos. El Salmo 119:11 es tan apropiado que quizás está específicamente profetizando acerca de las experiencias de Cristo en el desierto.
“En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti”. Mateo 4:1 dice que Jesús fue “llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo”. Este era el Espíritu de Dios que recién le había sido conferido (Mt. 3:16). Sería algo extraordinario que el Espíritu de Dios llevara a Jesús al desierto para que pudiera ser tentado por un ser sobrehumano que existe en oposición a Dios.
EXPLICACIONES SUGERIDAS
1. Cuando Jesús fue bautizado en el Jordán por Juan, él recibió el poder del Espíritu Santo (Mt. 3:16). Apenas salió del agua, fue llevado al desierto para ser tentado. Sabiendo que él tenía el poder del espíritu para convertir las piedras en pan, saltar de edificios sin sufrir daño, etc., estas tentaciones deben haber rugido en su mente. Si una persona le estaba sugiriendo estas cosas a Jesús, y Jesús sabía que esa persona era pecadora, entonces las tentaciones eran mucho menos sutiles que si vinieran de dentro de la mente de Jesús.
2. La tentación de tomar los reinos para sí mismo habría sido mucho más poderosa si viniera de dentro de Cristo. La mente de Jesús habría estado llena de pasajes de las Escrituras, y en su afligido estado mental, causado por su ayuno, sería tentador tergiversar pasajes que le permitieran usarlos para justificar que él tomara el camino fácil para salir de la situación en que estaba.
El estar parado en una elevada montaña trae a la memoria cuando a Ezequiel se le mostró desde una elevada montaña cómo sería el Reino (Ez. 40:2), y Juan vio “la ciudad de Jerusalén” desde “un monte grande y alto” (Ap. 21:10). Jesús vio los reinos del mundo como serían en el futuro (Lc. 4:5), es decir, en el Reino, cuando “los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo” (Ap.11:15). Talvez él habría pensado en Moisés al término de 40 años de vagar por el desierto (compárese con sus 40 días) mirando a la tierra Prometida (el Reino) desde el monte Nebo. En Daniel (4:17,25,32; 5:21) se recalca que “el Altísimo gobierna el reino de los hombres, y que a quien él quiere lo da”; Jesús habría sabido que sólo Dios, nadie más, podía darle el Reino. Por lo tanto, no habría sido una verdadera tentación si un monstruo maligno afirmaba poder dar a Jesús el Reino, cuando él sabía que sólo Dios tenía ese poder.
Sin embargo, Jesús sabía que sería del agrado de su Padre darle el Reino, y el ‘diablo’ dentro de Jesús debe haberle sugerido que él podía tomar ese Reino inmediatamente. Después de todo, él podía haber razonado, Dios me ha delegado toda autoridad para más adelante (Jn. 5:26,27), al grado que él tenía poder tanto para dar su vida como para volver a tomarla (Jn. 10:18), aunque finalmente todo poder le fue dado sólo después de su muerte y resurrección (Mt. 28:18).
3. Con su conocimiento de la Escritura, Cristo había visto las similitudes entre él y Elías, cuya entereza colapsó después de 40 días en el desierto (1 R. 19:8) y Moisés, quien perdió el derecho a su inmediata herencia de la tierra al término de 40 años en el desierto. Al término de 40 días, Jesús estaba en una situación similar a la de ellos –enfrentado a una verdadera posibilidad de fracaso. Moisés y Elías fracasaron debido a la debilidad humana –no por causa de una persona llamada “el diablo”.
Fue esta misma debilidad humana, el “satanás” o adversario, lo que estaba tentando a Jesús.
4. “Entonces el diablo le dijo: Si eres hijo de Dios… ” (Lc. 4:3). Debe haber sido una constante tentación en la mente de Cristo preguntarse si él realmente era el Hijo de Dios, en vista de que todos los demás pensaban que él era hijo de José (Lc. 3:23; Jn. 6:42) o hijo ilegítimo (así se implica en Jn. 9:29), y que los anales oficiales del templo lo describían como el hijo de José (Mt. 1:1,16; Lc. 3:23, donde la expresión “se creía”, significa ‘reconocido por la ley’).
5. Los pasajes que citó Jesús para fortalecerse contra sus malos deseos (“el diablo”) son todos de la misma parte de Deuteronomio, y se referían a las experiencias de Israel en el desierto. Jesús vio claramente un paralelo entre sus experiencias y las de ellos:
DEUTERONOMIO 8 MATEO 4 / LUCAS 4
“Y te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos 40 años en el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos [palabras] (v.2) “Jesús… fue llevado por el Espíritu al desierto por cuarenta días”. Jesús fue probado por medio de las tentaciones.
Jesús venció citando las Escrituras que estaban en su corazón (Salmos 119:11). “Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná… para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, más de todo lo que sale de la boca de Jehová” (v. 3).
“Y después… tuvo hambre”. En Juan 6 Jesús interpretó el maná como una representación de la palabra de Dios – por la cual Jesús vivió en el desierto. Jesús aprendió que espiritualmente él vivía por la palabra de Dios. “El respondió…
Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios.
“Reconoce asimismo en tu corazón, que como castiga el hombre a su hijo, así Jehová tu Dios te castiga” (v. 5) Sin duda Jesús reflexionó acerca de sus experiencias. Dios castigó a su hijo Jesús –2 S. 7:14; Sal. 89:32. De este modo Jesús nos mostró cómo leer y estudiar la palabra – él se puso en la posición de Israel en el desierto, y por lo tanto tomó las lecciones que se pueden aprender de las experiencias de ellos y las aplicó a sí mismo en sus tribulaciones en el desierto.
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