¿CUÁNDO RECIBIÓ EL HIJO DEL PADRE ETERNO GLORIA Y HONRA?

 





¿CUÁNDO RECIBIÓ EL HIJO DEL PADRE ETERNO GLORIA Y HONRA?

Uno diría esto:
El cual pagará a cada uno conforme a sus obras: vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad, pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia; tribulación y angustia sobre todo ser humano que hace lo malo, el judío primeramente y también el griego, pero GLORIA y HONRA y PAZ a todo el que hace lo BUENO, al judío primeramente y también al griego” (2:6-10).
Los falsos maestros como usted enseñan que Juan 17:5 no habla de la preexistencia divina del Mesías Jesús. Veamos la falsedad de esa doctrina unitaria y judaizante. Ese pasaje de Juan 17:5 dice bien claro lo siguiente:
«Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese.»
Veamos ahora como lo dicen otras versiones bíblicas:
(BAD) Y ahora, Padre, glorifícame en tu presencia con la gloria que tuve contigo antes de que el mundo existiera.
(BLS) Y ahora, Padre, dame el poder y la grandeza que tenía cuando estaba contigo, antes de que existiera el mundo.
(CST-IBS) Ahora pues, Padre, glorifícame junto a ti, con aquella misma gloria que yo tenía estando contigo desde antes de la fundación del mundo.
(DHH) Ahora, pues, Padre, dame en tu presencia la misma gloria que yo tenía contigo desde antes que existiera el mundo.
(JER) Ahora, Padre, glorifícame tú, junto a ti, con la gloria que tenía a tu lado antes que el mundo fuese.
(LBLA) Y ahora, glorifícame tú, Padre, junto a ti, con la gloria que tenía contigo antes que el mundo existiera.
(N-C) Ahora tú, Padre, glorifícame cerca de ti mismo con la gloria que tuve cerca de ti antes que el mundo existiese.
(NBLH) «Y ahora, glorifícame Tú, Padre, junto a Ti, con la gloria que tenía contigo antes que el mundo existiera.
(NVI) Y ahora, Padre, glorifícame en tu presencia con la gloria que tuve contigo antes de que el mundo existiera.
(PDT) Ahora dame honra en tu presencia, Padre. Dame la gloria que yo tenía junto a ti antes de que existiera el mundo.
(RV1865) Ahora pues, Padre, glorifícame tú en tí mismo con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese.
(Scío) Ahora, pues, Padre, glorifícame tú en ti mismo con aquella gloria, que tuve en ti, antes que fuese el mundo.
(SRV) Ahora pues, Padre, glorifícame tú cerca de ti mismo con aquella gloria que tuve cerca de ti antes que el mundo fuese.
(VM) Ahora pues, ¡oh Padre! glorifícame tú contigo mismo, con la gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese.
Las palabras de Jesús en Juan 17:5 son bien claras. Jesús pidió al Dios Padre que le glorificara con aquella misma gloria que tenía juntamente con el Padre antes de que el mundo existiera. Es decir, ¡Jesús ya existía como ser divino ANTES de la creación del Universo!, pues Jesús pidió tener esa misma gloria que ya tenía con el Dios Padre antes de la creación de todas las cosas.
Mi Respuesta
Lo que usted debe saber,
Amada/o ,es que :
La gloria y la honra se reciben como Retribución
Una de las cosas que debemos comprender es que la gloria y la honra se ganan por hechos concretos. A los romanos Pablo les dice: “
Según Pablo, los que perseveran en hacer el bien, recibirán de Dios la gloria y la honra. Por lo tanto necesitamos trabajar y hacer el bien para merecer nuestra glorificación y honra cuando el Señor regrese a la tierra.
Jesús el Mesías recibió su gloria por sus méritos
Una de las cosas que el creyente debe entender es que Cristo, como el Hijo de Dios, también fue merecedor de gloria y honra por haber sido obediente hasta la muerte. Jesús mismo se ganó su puesto de primacía y de gloria por sus padecimientos, y esto debe entenderse perfectamente, porque él también como hombre hizo lo suyo para ser honrado y glorificado.
Dice las Escrituras sobre Jesucristo, así: “…a Jesús, coronado de …” gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte(Hebreos 2:9). Tome nota que Cristo no fue glorificado sin méritos, sino más bien A CAUSA (¡así dice el texto!) de haber padecido hasta su muerte.
En Filipenses 2:8,9 dice: “…y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual (¡o por esta razón!) Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre”.
Así que le pregunto lo siguiente: ¿Por qué razón fue exaltado Jesús hasta lo sumo? ¡Porque fue obediente hasta su muerte, y muerte en madero!
Jesús ganó gloria y honor cuando resucitó inmortal y cuando ascendió al Padre para ser coronado como un vencedor.
En Hechos 2:36 Pedro dice además de Jesús, lo siguiente: “Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios ”le ha hecho Señor y Cristo.
¿Cuándo fue hecho Señor y Cristo, nuestro redentor Jesús? ¡Cuando fue resucitado para recibir su glorificación y exaltación hasta lo sumo! Por eso dice Apocalipsis 5:12 con razón: “El Cordero que fue inmolado es digno de tomar (¡No “retomar»!) el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza”.
¿Cómo tuvo entonces Jesús gloria antes de la fundación del mundo?
Dice Jesús en Juan 17:5 “Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese”. La pregunta que nos viene de inmediato a la mente es: Si Jesús recibió la gloria y su exaltación después de haber hecho los suficientes méritos, obedeciendo, padeciendo y muriendo por los pecados de los hombres, ¿por qué Jesús habla de una gloria pasada, supuestamente gozada en su vida preexistente? ¿Qué méritos hizo él en su “vida preexistente” para tener gloria? Creo que hay que examinar lo que Jesús dijo en Juan 17:5 a la luz de otros pasajes de la Escritura. En Apocalipsis 13:8, por ejemplo, leemos lo siguiente: “…Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo”. Sin duda Jesús no fue sacrificado desde el principio del mundo, sino sólo en los planes y propósitos de Dios, y su caracterización como “cordero” sólo fue una realidad cuando nació como hombre para luego ser inmolado como Cordero de Dios. Similarmente, cuando Jesús dice: “Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese, esto no quiere decir necesariamente que él tuvo gloria antes que existiera el mundo. Más bien todo apunta a que Jesús tuvo gloria con Su Padre sólo en los planes y propósitos de Dios.
¿Cuándo vio el profeta Daniel que el Mesías recibió la gloria de manos del Padre?
El profeta Daniel vio en visiones proféticas la entrega de la gloria al Hijo del Hombre de parte de Su Padre. Dice Así Daniel 7:13,14: “Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él. Y le fue dado dominio, , para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido”. gloria y reino. Aquí es claro que Cristo recibió de Su Padre la Gloria, pero ¿Cuándo ocurrió eso?¿Antes de la fundación del mundo? No! Tome nota que Cristo recibió tanto la gloria y el Reino de Su Padre.
Esto es importante, pues Jesús en la parábola de las Diez Minas les dice a sus discípulos que él debe ascender al cielo para recibir UN REINO y volver (Lucas 19:11,12).
Por tanto, si el Mesías se fue al cielo para recibir un reino, entonces también recibió la gloria en ese momento.
Así que la visión de Daniel era profética de ese evento de la ascensión del Hijo del Hombre al Padre celestial para recibir el Reino y la gloria. ¡Y eso ocurrió hace dos mil años!
Los Cristianos también han recibido su gloria hace 2,000 años—¿Cómo es posible esto?
Pablo dice que estamos en la búsqueda de la gloria, cuando dijo: “vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad” (Romanos 2:7). Para Pablo, los cristianos están en la búsqueda de la gloria, honra e inmortalidad.
No es que alguno ya poseyera la gloria y la honra y la inmortalidad en esta vida, sino que es una aspiración para obtener en el futuro, cuando lo mortal sea vestido por la inmortalidad en la parusía del Señor.
Sin embargo, Jesús nos sorprende con otra de sus declaraciones cuando dice: “La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno” (Juan 17:22).
Indudablemente estas palabras de nuestro Señor no parecen emparejar con las de Pablo en Romanos 2:7 y Col. 3:4 y con las de Pedro en 1 Pedro 5:1. ¿Es que en verdad hay que tomar literalmente las palabras de nuestro Señor en el sentido de que los cristianos, de todas las épocas, ya recibieron su gloria de manos de Cristo en una supuesta vida preexistente como almas inmortales o entes espirituales? ¿Recibí acaso yo (o usted) la gloria en una vida anterior o preexistente?
¿Preexistieron los Creyentes?
El Apóstol Pablo le dice al joven Timoteo algo interesante y que tiene mucha similitud con Juan 17:5. Dice el apóstol, así: “…quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos” (2 Timoteo 1:9).
Nótese que Pablo dice que la gracia nos fue dada antes de los tiempos de los siglos. ¿Significa esto que preexistimos antes de nacer como humanos desde antes de los tiempos de los siglos? ¿Significa que estuvimos en el cielo con Dios y Cristo antes de los tiempos? Pues, no! Simplemente significa que la gracia de Dios nos fue dada en los planes y propósitos de Dios aún antes de que existiéramos nosotros, y antes de los tiempos de los siglos. Igual ocurre con las declaraciones de Jesús en Juan 17:5. El tuvo gloria con Dios antes que el mundo fuese sólo en los planes y propósitos de Su Padre.

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