EL CONCEPTO BÍBLICO DE "OVEJAS"...(PRIMERA PARTE).
No voy a citar cada instancia donde ese término aparece en las Escrituras hebreas (ese reto se lo dejo a los lectores para que investiguen), pero, citaré las palabras de Salmista en el Salmo 79:13:
"Y nosotros, pueblo tuyo, y ovejas de tu prado, Te alabaremos para siempre; de generación en generación cantaremos tus alabanzas"
¿Quiénes son esos "nosotros"? ¡La nación de Israel! Y otra vez:
"Reconoced que Adonai es Dios; Él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; pueblo suyo somos, y ovejas de su prado" (Salmo 100:3).
Todos los profetas de Israel identificaron a Israel como ovejas y al Eterno como su creador y pastor.
Llegados al mal llamado "Nuevo Testamento", es decir, a los Escritos Mesiánicos, notamos que Yeshua (Jesús) dice que él no fue enviado sino "a las ovejas perdidas de la Casa de Israel" (Mateo 15:24). Él mismo se identifica como "el buen Pastor", o el Pastor por excelencia.
"Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.
Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen" (Juan 10:11,14).
A algunos rebeldes les reprochó, diciendo:
"Vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho" (JUan 10:26).
Si Yeshua (Jesús) fue enviado por Dios a las "ovejas perdidas de la Casa de Israel", ¿cómo es que posteriormente surge una "iglesia universal" compuesta mayoritariamente por paganos y usurpando el lugar que le corresponde solo a Israel?
La teología del reemplazo.
Primero, preguntamos: ¿HA DESECHADO DIOS A SU PUEBLO ISRAEL? Si la respuesta es "Sí", entonces sí se justifica que surja y exista un reemplazo. Pero ¿cuál es la respuesta a la pregunta?
"Y pregunto yo: ¿Es que ha rechazado Di-s a su pueblo? ¡DE NINGÚN MODO! Di-s no ha rechazado a su pueblo, en quien de antemano puso sus ojos" (Romanos 11:1,2).
Primeramente, aunque el liderato político-religioso de la nación rechazó para su propio mal al Mesías Yeshua, hubo, sin embargo, como explica Pablo, un remanente fiel que sí lo recibió, sí creyó en él..."Me he reservado 7.000 hombres que no han doblado la rodilla ante Ba'al." ¡7.000 es un número interesante! En Apocalipsis 7, vemos que de cada tribu se escoge y se sella un número de 144,000 hombres, 12,000 de cada tribu, como un remanente santo para el Eterno. Estos 144,000 son Israelitas. pero no son todos los Israelitas, pues, inmediatamente se muestra "una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, razas, pueblos y lenguas, de pie delante del trono y el Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos".
¿A dónde nos remite esa "inmensa muchedumbre que nadie podría contar"? ¡A la profecía de Oseas!
Después de rechazar a la casa de Israel diciéndole: "Vosotros no sois mi pueblo", designándola como la "no amada"...dándoles "carta de divorcio" (Oseas 1:1-9; Jeremías 3:8).
"Yo había despedido a la apóstata Israel por sus adulterios y le había dado carta de divorcio; y aun así, no tuvo temor Judá, su pérfida hermana, sino que también ella fue y se prostituyó" (Jeremías 3:8).
Pero en el verso 10 de Oseas 1 les dice:
"Con todo, el número de los hijos de Israel será como la arena del mar, que no se puede medir ni contar. Y sucederá que donde se les haya dicho: Vosotros no sois mi pueblo; se les dirá: Hijos del Dios viviente."
Aunque el Eterno repudió a la Casa de Israel y perdonó a la Casa de Judá, y aunque la Casa de Israel fue llevada cautiva y esparcida entre las naciones, prometió su restauración, una redención final.
Pablo demuestra que los creyentes de entre los gentiles que aceptan el llamado a volverse creyentes y siguiendo al Mesías Yeshua son o pertenecen a la Casa de Israel. Veamos cómo Pablo conecta con la profecía de Oseas.
Romanos 9: 22-
22 ¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar la ira y hacer notorio su poder, soportó con mucha paciencia vasos de ira preparados para destrucción,
23 y para hacer notoria la riqueza de su gloria en vasos de misericordia que preparó para gloria;
24 a los cuales también llamó, a nosotros, no sólo de entre los judíos, sino también de entre los gentiles?
25 Como también en Oseas dice: Llamaré pueblo mío al que no era mi pueblo, y amada, a la no amada.
26 Y sucederá que en el lugar donde les fue dicho: Vosotros no sois pueblo mío; allí serán llamados hijos del Dios viviente.
Note bien, Pablo menciona a "los vasos de ira"… ¿Quiénes eran esos "vasos de ira preparados para destrucción"? Es una referencia a la casa de Israel mencionada por Oseas.
En los días siguientes a la muerte de Salomón, el reino fue dividido en 12 pedazos. Diez pedazos le fueron dados a Jeroboam (1 Reyes 11:29-32).
29 Y en aquel tiempo aconteció que Jeroboam salió de Jerusalem, y en el camino encontró al profeta Ahías silonita; y éste estaba cubierto con una capa nueva, y estaban ellos dos solos en el campo.
30 Entonces Ahías tomó el manto nuevo que llevaba sobre sí, lo rasgó en doce trozos,
31 y dijo a Jeroboam: Toma tú diez trozos, porque así dice YHVH, Dios de Israel: He aquí, Yo rasgo el reino de la mano de Salomón, y a ti te doy diez tribus,
32 Pues él tendrá una tribu, por amor a mi siervo David y por amor a Jerusalén, la ciudad que Yo escogí entre todas las tribus de Israel.
Una tribu, la tribu de Judá, junto a la tribu de Leví (que no se menciona en el relato por razón de que esa tribu no tenía herencia en la tierra, siendo una tribu sacerdotal).
Con el tiempo, las diez tribus del reino del norte, con su capital en Samaria, se corrompió al extremo de que fuera destruida la nación y fueran llevados cautivos y esparcidos entre las naciones, perdiendo su identidad y su conciencia hebrea. Esa destrucción fue anunciada por Oseas.
Volviendo al concepto de "Ovejas", las diez tribus más tarde fueron conocidas como "las ovejas perdidas de la casa de Israel".
Aunque se perdieron, nunca dejaron de ser "ovejas", el Eterno jamás se olvidó de ellas y prometió restaurarlas por medio de un Caudillo conocido como el Mesías.
En los días de Jesús, había dos rebaños: uno era el rebaño judío (la casa de Judá) y las "otras ovejas", las diez tribus esparcidas por otras naciones y asimiladas entre los gentiles.
Jesús declaró que él había sido enviado a las "ovejas perdidas de la casa de Israel"… y dijo: "También tengo otras ovejas que no son de este redil, también a ellas debo traer, y oirán mi voz, y vendrán a ser un solo rebaño, y un solo Pastor." (Juan 10:16).
Es decir, que las tribus será reunificadas por el Mesías para llegar a ser un solo rebaño, un solo pueblo. (Ver Ezequiel 37:15-28).
Termino con un dato interesantísimo.
Veamos las palabras de Juan 11:49-52:
49 Entonces Caifás, uno de ellos, que era sumo sacerdote de aquel año, les dijo: Vosotros no sabéis nada,
50 ni consideráis que os conviene que un solo hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación perezca.
51 Pero esto no lo dijo por sí mismo, sino que, siendo sumo sacerdote de aquel año, profetizó que Jesús iba a morir por la nación;
52 y no sólo por la nación, sino también para congregar en uno a los hijos de Dios que estaban dispersados.
Note bien que Caifás profetizó que Jesús había de morir, no solo por la nación de Israel presente en aquellos días, sino que murió "PARA CONGREGAR EN UNO (EN UN SOLO PUEBLO, EN UN SOLO REBAÑO), A LOS HIJOS DE DIOS QUE ESTABAN DISPERSADOS"
Esos "Hijos de Dios" eran (son) israelitas dispersados entre las naciones, no gentiles paganos. ¡Esas son las otras ovejas, las ovejas perdidas de la Casa de Israel!
Otra cosa interesante de notar es que, aunque fueron dispersados, nunca dejaron de ser hijos, eran hijos de Dios en la dispersión. Todos seremos reunidos en solo pueblo, en un solo rebaño, bajo el Mesías de Israel. ¡YESHUA (JESÚS) ES EL MESÍAS DE ISRAEL! ¡ÉL VINO A BUSCAR Y A SALVAR LO QUE SE HABÍA PERDIDO!...¡LAS OVEJAS PERDIDAS DE LA CASA DE ISRAEL!
En la próxima entrega estaremos considerando Hechos capítulo 15 y su relación con la salvación de Israel y del mundo. Shalom.

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