DIOS TIENE UN PLAN MARAVILLOSO...Y USTED ES PÁRTE DE ÉL

 


LA CASA DE ISRAEL EN EL PROPÓSITO ETERNO DE DIOS.


El Sumo Sacerdote Caifás profetizó que Jesús moriría por la nación Judía, pero no solo por la nación Judía (La Casa de Judá), sino que moriría para "REUNIR (volver a unir) EN UNO A LOS HIJOS DE DIOS QUE ESTABAN ESPARCIDOS" — Juan 11:52.

¿Quiénes eran estos "Hijos de Dios" que estaban esparcidos, y que debían ser RE-UNIDOS EN UNO? ¿Se trataría (según se cree) estos los paganos gentiles? Vayamos a las Escrituras para ver de que "hijos" se está hablando aquí y porqué debían ser RE-UNIDOS.

En el libro de Oseas, que es el último libro de profecía escrito para y durante el reino de las Diez tribus norteñas, conocidas como "la Casa de Israel" (Efraim, o el reino del norte) antes de ser llevado en cautividad por los Asirios y esparcidos por todas las naciones done perdieron su identidad y su memoria hebrea. Se mezclaron y se gentilizaron. En Oseas 1 leemos como Dios, para enfatizar la dispersión y rechazo de las diez tribus, le ordena a Oseas a unirse con una ramera, Gomer, la hija de Diblaim (Oseas 1:1-3) Esta mujer concibió y dio a luz un hijo, al cuál, el Eterno le dijo que le pusiera por nombre "Jezreel"..."porque Yo quebraré el arco de Israel y haré cesar el reino de la casa de Israel. En aquel día yo quebraré el arco de Israel en el valle de Jezreel" (Versículos 4 y 5).
Aquí se anuncia el rechazo de la Casa de Israel, la cual, por su infidelidad al Eterno, sería repudiada y se le daría "carta de divorcio" (Jeremías 3:8) y el reino del norte dejaría de ser. Sin embargo, según Jeremías 3, la Casa de Judá (el reino del Sur) aunque también fornicó, no fue destruida, la razón para esto fue que la Casa de Judá debía permanecer para que de ella viniera "Siloh", es decir el Mesías.

Después, Gomer concibió de nuevo y dio a luz una hija, y el Eterno le manda a ponerle por nombre Ruhama (que significa no amada, o no compadecida). La Casa de Israel, la diez tribus del norte dejaría de ser amada, dejaría ser Esposa, será expulsada, desolada.
Pero aquí hay un gran misterio, pues el Eterno tendría compasión de la Casa de Judá (el reino del sur) aunque también fornicó y cometió adulterio espiritual contra el Poderoso. Dios dice:

"En cambio tendré compasión de la casa de Judá, y los salvaré, no con arco, ni con espada, ni con batalla, ni con caballos, ni caballeros, sino por medio del Eterno, su Dios'' (verso 7). Ya hemos explicado porqué el Eterno tendría compasión de la Casa de Judá y no así de la Casa de Israel, a la cual expulsaría dándole "carta de divorcio".
La mujer de Oseas, Gomer, volvió enseguida a quedar embarzada y dio a luz a otro varoncito, a este Dios le dijo que le llamara "Lo-Ammi", lo cual significa "no pueblo mío" Porque vosotros no soy mi pueblo, ni yo seré vuestro Dios"(Versículo 8). Esto sellaba el destino de las diez tribus del norte, la Casa de Israel, que sería esparcidas por todas las naciones dejando de ser pueblo de Dios.

¡He aquí el gran misterio! Leemos en el versículo 10:

"Con todo, el número de los hijos de Israel será como la arena del mar, que no se podrá medir ni contar. Y en el lugar donde se les dijo: 'Vosotros no sois mi pueblo', les será dicho: 'Sois hijos del Dios viviente' "
Esto indica que la Casa de Israel se multiplicaría en medio de las naciones paganas (gentiles) a tal grado que no podría ser contado su número, como tampoco se puede contar ni medir la arena del mar. ¡Dios no se olvidaría para siempre de la Casa de Israel y volvería a ser pueblo suyo, siendo llamados "Hijos del Dios viviente". Pero hay algo más interesante aún: "Y los hijos de Judá y de Israel SERÁN CONGREGADOS EN UNO, levantarán para sí una cabeza, y subirán de la tierra; porque el día de Jezreel será grande" (Verso 11). ¿No es esto de lo que profetizó el Sumo Sacerdote Caifás según Juan 11:52?

Veamos ahora como el apóstol Pablo cita y aplica esta profecía de Oseas en Romanos 9: 22-26:

¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar su ira y dar a conocer su poder, soportó con mucha paciencia las vasijas de ira preparadas para la destrucción? ¿Qué si lo hizo así para dar a conocer la riqueza de su gloria, a los objetos de su misericordia, que preparó para su gloria;
A NOSOTROS, A QUIENES HA LLAMADO, NO SOLO DE ENTRE LOS JUDÍOS (LA CASA DE JUDÁ), SINO TAMBIÉN DE ENTRE LOS GENTILES? Así también dice Oseas: 'Llamaré pueblo mío, al que no era mi pueblo; y amada, a la no amada (o no compadecida),
y a los que se les dijo: 'Vosotros no sois mi pueblo', 'serán llamados hijos del Dios viviente''.

¡HE AQUÍ EL GRAN MISTERIO!

La casa de Israel sería esparcida por todas las naciones gentiles (paganas) donde se olvidarían de su identidad hebrea y de su memoria antigua, mezclándose con los gentiles paganos, pero a la vez se multiplicaría de tal manera que sería incontable, como es incontable e inmedible la arena del mar. "una gran multitud que ninguno podía contar, de toda nación, tribu, pueblo y lengua" (Apoc. 7:9). Así que ese es el gran misterio de Dios entre los gentiles, que es "Cristo en vosotros, la esperanza de gloria",- Colosenses 1:27- finalmente se revela...¡Que los verdaderos creyentes en Cristo (el Mesías de Israel) Sus verdaderos seguidores en todas las naciones, esa incontable multitud, es en realidad la Casa de Israel, una Casa espiritual para ofrecer sacrificios espirituales, los hijos del Dios viviente! Claro, que a esta Casa de Israel también se les unirían muchos "justos de las naciones", paganos que, al creer en el Mesías, serían injertados como "ramas de olivo silvestre" entre las ramas originales del gran Olivo, que es Israel, el "olivo natural", y tomarían también de "la rica savia del Olivo". La Casa de Israel, los hijos de Dios que estaban dispersados entres las naciones, son lo mismo que "las otras ovejas" que mencionó Jesús en Juan 10:16.

"También tengo otras ovejas que no son de este redil. A ésas también tengo que traer. Ellas también oirán mi voz. Y habrá un rebaño y un pastor". Esto estaba profetizado por medio del profeta Ezequiel. Veamos:

Recibí esta Palabra del Señor:

Hijo de Adán, toma un palo, y escribe en él: 'A JUDÁ Y A LOS ISRAELITAS, sus compañeros'. Toma después otro palo, y escribe en él: 'A José, PALO DE EFRAIM, Y A TODA LA CASA DE ISRAEL, sus compañeros'.

Júntalos luego uno con el otro, para que sean uno, y serán uno en tu mano.

Y cuando te pregunten los de tu pueblo: '¿No nos explicarás qué significa eso?'

Diles: Así dice el Señor, el Eterno: Yo tomo el palo de José que está en la mano de EFRAIM, y a las tribus de Israel sus compañeros, y los pondré con él, con el palo de JUDÁ, y los haré un solo palo, y serán uno en mi mano.

Los palos en que hayas escrito estarán en tu mano ante sus ojos,

y les dirás: Así dice el Señor, el Eterno: Yo tomo a los israelitas de entre las naciones adonde fueron. Los juntaré de todas partes, y los traeré a su tierra.

Los haré una nación en la tierra, en los montes de Israel, y tendrán un solo rey. Y nunca más serán dos naciones, ni nunca más serán divididos en dos reinos.

Ni se contaminarán más con sus ídolos, sus abominaciones y rebeliones. Y los salvaré de todas sus rebeliones en las cuales pecaron, y los limpiaré. Y serán mi pueblo, y yo seré su Dios.

Mi siervo David [cuyo nombre en Hebreo significa el Amado] será rey sobre ellos, Y TODOS TENDRÁN UN SOLO PASTOR. Andarán en mis derechos, y guardarán mis ordenanzas, y las pondrán por obra" (Ezequiel 37:15-24).

El nombre "David" en hebreo significa "el Amado", y en esta profecía representa a Jesucristo, quien sería su descendiente directo, o linaje suyo (Apoc. 22:16) quien será el Pastor de Israel, "el gran Pastor de las ovejas" (Hebreos 13:20) reuniría en UNO a todo ISRAEL, a "los hijos de Dios que estaban esparcidos". Él es el AMADO, en quien:

"Dios nos eligió en él desde antes de la creación del mundo, para que fuésemos santos y sin culpa ante él en amor. Y nos predestinó para ser sus hijos adoptivos por Jesucristo, conforme al afecto de su voluntad. Para alabar su gloriosa gracia, que nos dio generosamente en el Amado" (Efes. 1:4-6).

Porque somos ISRAEL, su pueblo santo (apartado) es que Pedro dice:

"vosotros sois linaje elegido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de Aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable. Vosotros que en otro tiempo no erais pueblo [por haber sido declarados "no pueblo mío"], ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, ahora habéis alcanzado misericordia" (1 Pedro 2:9-10).

Entonces queda claro quiénes somos, queda claro que somos el Israel de Dios, que, "Dios visitó por primera vez a los gentiles para tomar de entre ellos Pueblo para Su Nombre" y que después de esto, reconstruirá el tabernáculo de David que estaba caído y lo volverá a levantar (el Reino de Dios bajo el Mesías, Su Ungido) para que el resto de la humanidad busque al SEÑOR, todos los gentiles", es decir, TODAS LAS NACIONES DE LA TIERRA, que serán bendecidas, porque:

En los últimos días el monte (Reino) de la casa del Eterno (Israel) será constituido por cabecera de los montes, más alto que los collados. los pueblos correrán a él (al reino del Eterno).

Vendrán muchas naciones, y dirán: 'Venid, subamos al monte del Eterno, a la casa del Dios de Jacob. Nos enseñará sus caminos, y andaremos por sus veredas'. De Zión saldrá la Ley, y de Jerusalén la Palabra del Eterno.

Juzgará entre muchos pueblos, y enmendará a fuertes naciones hasta muy lejos. Y martillarán sus espadas para azadones, y sus lanzas para hoces. No alzará espada nación contra nación, ni se ensayarán más para la guerra. Cada uno se sentará debajo de su vid y de su higuera, y no habrá quien amedrente; porque la boca del Eterno Todopoderoso lo ha dicho" (Miqueas 4:1-4).

¡Este es el maravilloso propósito de Dios, su magnífico plan de redención, ¡Y USTED ESTÁ EN ÉL!

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