UNA CORTA REFLECCIÓN...

Pensamiento del día....

Una de las cosas mas importantes que nos legara el santo Maestro Jesús, el Mesías de Israel, es una manera mucho mas profunda de entender las Santas Escrituras. Por medio de sus sabios y profundos dichos, nos deja ver que el espíritu de la Torá va mucho más allá de la simple letra. Por eso, cuando reprende a los líderes de los Escribas y de los Fariseos, les dice: "¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Porque entregáis el diezmo de la menta, del eneldo y del comino; pero habéis omitido lo más importante de la Torá, a saber, la justicia, la misericordia y la fe. Era necesario hacer estas cosas sin omitir aquéllas". Jesús no dice que debían haber dejado de diezmar la menta, el eneldo y el comino, sino que omitían cosas mas importantes el espíritu de la Torá, a saber: "la justicia, la compasión y la fe". No hacían lo justo, no obraban en justicia, no eran compasivos y no poseían fe (confianza) genuina. A Sus Discípulos dijo: "El Espíritu es el que da vida; la carne no aprovecha para nada. Las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida" (Juan 6:63). Y en el verso 44 añade: "Pero hay entre vosotros algunos que no creen". Primero, el espíritu es lo que da vida, la carne no aprovecha para nada, Segundo, las palabras que habló el Mesías "son espíritu y son vida"...Pero les reprocha la incredulidad (la falta de fe). Pero Jesús no se inventó lo que hablaba, no podía inventar, ya que en la Torá estaba escrito que él hablaría lo que el Eterno le diera que hablar. Leemos:

"Les levantaré un profeta como tú [como Moisés], de entre sus hermanos. Yo pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mande. Y al hombre que no escuche mis palabras que él hablará en mi nombre, yo le pediré cuentas" (Deuteronomio 18:18-19).

Y Jesús mismo dijo: "—Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió. Si alguien quiere hacer su voluntad, conocerá si mi doctrina proviene de Dios o si yo hablo por mi propia cuenta.
El que habla de sí mismo busca su propia gloria; pero el que busca la gloria del que le envió, éste es verdadero, y en él no hay injusticia" (Juan 7:17-18). En otro lugar dice: "Así pues, lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho" (Juan 12:50).
Entónces entendemos porqué el dicho Paulino: "la letra mata, pero el espíritu vivifica (da vida)" — 2 Corintios 3:6. La letra es dirigida a la carne; Haz esto, no hagas aquello, "no gustes, no manejes, ni aun toques" (Colosenses 2:21).

"Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne" (Colosenses 2:23). Es decir, las regulaciones en cuanto a la carne, están en la letra, pero las regulaciones en cuanto nuestro caminar en el Mesías son espíritu. ¡La Palabra de Dios es el espíritu de Dios! Ella nos capacita para andar en el espíritu de la Torá y no en la mera letra de ella. También nos capacita para andar en sus mandamientos, que son espirituales, son justos, santos y buenos (Romanos 7:12, 14) la Torá misma es espiritual...pero no podemos andar en ella según la carne, sino según el espíritu. Termino con esto:

"Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del espíritu, en las cosas del espíritu.

Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del espíritu es vida y paz. Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios [a la Torá], ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios" (Romanos 8:5-8). ¡Circuncidemos nuestros corazones, no nuestra carne! Amén.



 

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