PENSAMIENTO DEL DÍA...Aunque el la literatura apostólica prevalece el sentido del pecado como algo general, un estado espiritual de muerte en el que se se encontraba la humanidad cuando Mashíah se manifestó en Israel, en la Torá, sin embargo, existe un concepto algo mas profundo de lo que es pecado. Como lo define 1 Juan 3:4, pecar es transgredir la Santa Ley de Elohim (Dios).
En la Torá existen varios tipos de pecado. Mencionaré tres, por motivo de espacio. Estaba, por
ejemplo, el pecado involuntario, el que por nuestra natural inclinación hacia el mal, nos eran casi inevitables. Por eso el Salmista exclama diciendo: "Líbrame de los (pecados) que son ocultos" (Salmo 19:12), de esos que tenemos control.
También existe pecados, como por ejemplo, un asesinato accidental y por lo tanto, involuntario. Para este tipo de pecado, el Eterno ordenó que se construyeran ciudades de refugio, donde el homicida involuntario podía huir y refugiarse de la ira de algún familiar de la víctima que quisiera vengarlo y matarlo. Allí permanecía refugiado hasta que su caso fuera traído ante un juez.
También estaba el pecado de muerte. Por ejemplo, el adulterio era un pecado considerado de muerte, ambos culpables debían morir. La idolatría y el asesinato eran también pecados de muerte. La Torá no proveía ningún remedio para este tipo de pecado, Por esa razón David, después de su doble pecado de adulterio y asesinato en el asunto de la mujer de Urías, exclama: "Pues no te agrada el sacrificio, si ofrezco un holocausto no lo aceptas" (Salmo 51:18).
Esos pecados de David no admitían ningún sacrificio de expiación, la Torá no contemplaba ninguna remisión para esos pecados de muerte. Por eso David se arrojó y sometió a la misericordia del Eterno, y Él lo perdonó, pero como sea cobró la culpa de David que requería la muerte, tomó el Eterno la vida de el hijo del rey. Curiosamente el apóstol Juan o quienquiera que haya sido el autor de sus epístolas, dice:
"Si alguno viere a su hermano cometer pecado que no sea de muerte, pedirá, y Dios le dará vida; esto es para los que cometen pecado que no sea de muerte. Hay pecado de muerte, por el cual yo no digo que se pida" (1 Juan 5:16).
Esto no indica que aún bajo el Pacto o alianza renovada (nuevo pacto) existía el "pecado de muerte"...Es por ese pecado de muerte que al Mashíaj le fue necesario morir para que pudiéramos ser perdonados y redimidos con su propia sangre. No es como algunos religiosos afirman que Jesús murió por cosas triviales como fumar, beber, robar, o envidiar...o ir a la playa o al cine.
YESHUA murió para redimirnos del pecado de muerte...esos pecados voluntarios e imperdonables bajo el primer pacto. Por eso tenemos diez dedos en las manos, un dedo por cada mandamiento (mitsváh), por eso el consejo:
"Queden en tu corazón estas palabras que yo te dicto hoy.
Se la repetirás a tus hijos, les hablarás de ellas tanto si estás en casa como si vas de viaje, así acostado como levantado; las atarás a tu mano como una señal, y serán como una insignia entre tus ojos" (Devarim/Deut. 6:6-8).
Note bien: "Los atarás a tu mano"....¿Cuántos dedos tienes? ¡Diez! ¿Cuántos mandamientos hay en el "Decálogo"? ¡Diez! Cada dedo debe recordarnos esos mandamientos para obedecerlos y no cometer así el horrible pecado de muerte, por el cual ni se debe rogar.
¡Que el Eterno nos libre de caer en pecado de muerte! Porque hay pecados no de muerte y hay pecado de muerte. En Mashíah nos han sido perdonados esos pecados de muerte, que requirieron su muerte (una vida por otra vida)...Una vida por la vida de muchos. Romanos 8:1-4 se refiere a esos pecados de muerte, para lo cuales, la Ley no proveía escape ni remisión alguna.
1 Por consiguiente, ninguna condenación pesa ya sobre los que están en Mesias Yeshúa.
2 Porque la ley del espíritu que da la vida en Mesias Yeshúa te liberó de la ley del pecado y de la muerte [los pecados de muerte].
3 Pues lo que era imposible a la ley, reducida a la impotencia por la carne, Di-s, habiendo enviado a su propio Hijo en una carne semejante a la del pecado, y en orden al pecado, condenó el pecado en la carne,
4 a fin de que la justicia de la ley se cumpliera en nosotros que seguimos una conducta, no según la carne, sino según el espíritu.
¡Permanezcamos en la luz, en la luz de Mashíah!
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