LA MUJER DE APOCALIPSIS 12, ¿A QUIÉN REPRESENTA?
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El engaño adventista asegura que esa Mujer representa a la "verdadera iglesia", es decir, a la iglesia adventista del séptimo día....pero eso es absolutamente falso, de hecho, la mujer de Apoc. 12 no representa a ninguna iglesia...en esta corta reflexión trato de aclarar esto.
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UNA MUJER VESTIDA DEL SOL, CON LA LUNA DEBAJO DE SUS PIES Y UNA CORONA DE DOCE ESTRELLAS....APOCALIPSIS 12:1-2.
"Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol y con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas. Y estando encinta, gritaba con dolores de parto y sufría angustia por dar a luz....Ella dio a luz un hijo varón que ha de guiar todas las naciones con cetro de hierro. Y su hijo fue arrebatado ante Dios y su trono" (Apoc. 12:1,2,5)
ATENCIÓN AMIGOS ADVENTISTAS DEL 7mo DÍA...¡No se dejen engañar! La "mujer vestida del sol, con la luna debajo sus pies y con una corona de doce estrellas" que se menciona en Apocalipsis 12, no es, repito, NO ES la iglesia adventista, tampoco la iglesia de Roma, de hecho, no representa a ninguna iglesia. Esa "Mujer" representa a ISRAEL, la única "mujer" con la que Dios ha hecho un pacto matrimonial. La falsa religión, representada por la otra "mujer", "la gran ramera" representa a una falsa iglesia o sistema eclesiástico, del cual han surgido los demás sistemas eclesiásticos , un sistema mundial de religión falsa. Fíjense bien que dice que esa mujer está vestida del sol y tiene a la luna debajo de sus pies. Veamos que representan esos dos símbolos, el sol y la luna.
Génesis 37 nos narra unos sueños que soñara Yosef (José) uno de los hijos del patriarca Ya'acov (Jacob)...Este fue uno de sus sueños:
"Entonces tuvo [Yosef] otro sueño y lo contó a sus hermanos, diciendo: —He aquí, he tenido otro sueño: que el sol, la luna y once estrellas se inclinaban ante mí." (Gén. 37:9).
Cuando le contaron a Jacob el extraño sueño de Yosef (José), Jacob lo reprendió diciendo:
—¿Qué sueño es éste que has tenido? ¿Hemos de venir yo, tu madre y tus hermanos a postrarnos a tierra ante ti?
Note bien que el sol representó en el sueño a Jacob, la luna representó a su esposa y las estrellas representaron a los hijos de Jacob (a Israel). Esa "Mujer" de Apocalipsis 12, por lo tanto, no representa a ninguna iglesia, ya sea "Hecha en E:U:A" o "Hecha en Roma"....Representa a Israel...Fue Israel la que estuvo encinta (proféticamente hablando) y la dio a luz a un Varón, al Mesías, veamos:
"Ella dio a luz un hijo varón QUE HA DE GUIAR A LAS NACIONES CON CETRO DE HIERRO. Y su hijo fue arrebatado para Dios y su trono" (Apoc 12:5).
FUE ISRAEL quien proféticamente dio a luz al Mesías, quien ha de guiar, regir a las naciones con "vara de hierro", desde Jerusalem, "la ciudad del gran rey"...Lucas 1:31-33:
"He aquí concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Yeshúa. Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y YHVH Dios le dará el trono de su padre David. Reinará sobre la casa de Jacob [Israel] para siempre, y de su reino no habrá fin".
Hijo de David, Dios le dará "el trono de David, su padre", "reinará sobre la Casa de Jacob (Israel) para siempre"....¡Ese es el verdadero Mesías de Israel! Aunque literalmente Mariam (María) fue quien lo dio a luz, la Mujer de Apocalipsis 12, que no es una mujer literal, sino simbólica, de cuyo seno viene el Mesías es Israel. Tenemos que entender que la Biblia toda gira en torno a ISRAEL., sus escritores todos fueron israelitas, el trasfondo profético y cultural es israelita, las costumbres son israelitas, el Mesías es israelita (de la tribu de Judá) raíz y linaje de David. Dios jamás hizo pacto con América, ni con Roma, ni con Grecia, ni con Rusia ni con la China....Dios hizo pacto con Israel...de hecho, un pacto matrimonial indisoluble. Porque Oseas dice:
"Y Dios le dijo: 'Ponle por nombre Lo-ammí, porque vosotros no sois mi pueblo, ni yo soy vuestro Dios" (Oseas 1:9). Por su infidelidad, Dios repudió a Israel, por su adulterio, Dios le dio carta de divorcio (Jeremías 3:8) Sin embargo, les hizo una gran promesa al mismo tiempo, diciendo:
"No obstante, el número de los hijos de Israel será como la arena del mar, que no se puede medir ni contar. Y sucederá que en lugar de lo que se les dijo: ‘Vosotros no sois mi pueblo’, se les dirá: ‘Hijos del Dios viviente" (Oseas 1:10)
Pablo confirma esto, y no solo lo confirma, sino que lo aplica al Israel de Dios compuesto por los Judíos y por los no Judíos, es decir, la Casa de Israel esparcida por las naciones...que forma una multitud tan grande "que ninguno puede contar (Apoc. 7:9) recogida de "toda nación, tribu, pueblo y lengua".
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