"TODAVÍA QUEDA UN REPOSO PARA EL PUEBLO DE DIOS" ¿SERÁ EL SÉPTIMO DÍA?



Veamos el testimonio bíblico.

¡Por supuesto que no! Hebreos 4 no se refiere a ningún reposo sabático semanal...el séptimo día se menciona más bien como una referencia para ilustrar (como sombra que fue) del reposo espiritual que solo se obtiene espiritualmente en JESUCRISTO y que tiene que ver con nuestras cargas y con el descanso que por la fe y la obediencia encontramos en JESÚS cuando le creemos y le obedecemos. "Venid a mi, dijo él, todos los que estáis fatigados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; Y HALLARÉIS DESCANSO (reposo) para vuestras almas" (Mateo 11:28-29).
Nuestro pueblo vagó por 40 años en el desierto y estuvo en constante rebeldía contra el SEÑOR...por fin, el SEÑOR le dice a Yehoshúa (Josué) que él pasaría a conquistar la tierra prometida. Solo las generaciones más jóvenes del pueblo quedaban en pie, los demás quedaron postrados muertos en el desierto. ¡No entraron en la tierra ni obtuvieron el reposo! Pero los que conquistaron la tierra de Canaan, tampoco entraron en el reposo, ese es el argumento en Hebreos 4. "Porque si Josué les hubiera dado el reposo, no se hablaría después de otro día". Aquí, los adventistas dicen que se está hablando del sábado, pero no es correcto. Tanto Josué como el pueblo tuvieron que pelear, hacer guerra, contra los habitantes de la tierra para conquistarla...no hubo ningún reposo. Sin embargo, aun después que toda la tierra de Canaan fuera conquistada y tuvieran relativa paz, la desobediencia al SEÑOR continuó, aún cuando el sábado era religiosamente observado, aunque siempre fue observado como algo ritual, rutinario, solo en la letra. Por medio del profeta Isaías, el SEÑOR dice:
"Escuchad la palabra de Jehovah, oh gobernantes de Sodoma. Escucha la ley de nuestro Dios, oh pueblo de Gomorra.
Dice Jehovah: '¿De qué me sirve la multitud de vuestros sacrificios? Hastiado estoy de holocaustos de carneros y del sebo de animales engordados. No deseo la sangre de toros, de corderos y de machos cabríos. Cuando venís a ver mi rostro, ¿quién pide esto de vuestras manos, para que pisoteéis mis atrios? No traigáis más ofrendas vanas. El incienso me es una abominación; también las lunas nuevas, los sábados y el convocar asambleas. ¡No puedo soportar iniquidad con asamblea festiva! Mi alma aborrece vuestras lunas nuevas y vuestras festividades. Me son una carga; estoy cansado de soportarlas" (Isaías 1:10-14).
Ninguna fiesta, ningún rito, ninguna observancia ritual de ningún día de fiesta (incluyendo el sábado) es del agrado del SEÑOR si el corazón no está realmente circuncidado por la obediencia de fe.
El testimonio del SEÑOR es que nuestro pueblo no entró en el reposo verdadero, el reposo del SEÑOR por causa de desobediencia, por lo que el SEÑOR ha determinado OTRO DÍA: ¡HOY! "SI OYERÉIS HOY SU VOZ NO ENDREZCÁIS VUESTROS CORAZONES". Para nuestro pueblo hay un HOY...cuando oigamos Su voz y creamos en JESUCRISTO como el Mesías de Israel, el Mesías prometido, el único Mesías posible, el que ha cumplido con, y aún cumplirá, las profecías concernientes.
Aquí el Sábado se menciona como una sombra de lo que es el verdadero reposo, así que, el único y verdadero reposo que queda para el Pueblo Santo es creer en Su Mesías, ejercitar su fe en él y aceptar la redención que es en él, el perdón de pecados. Una vez más hay un día establecido, un verdadero reposo, y no se trata de un día en específico, sino de una actitud de fe, un acto de fe, solo así entraremos en Su reposo, en el verdadero reposo del SEÑOR.
Por lo tanto: QUEDA UN REPOSO PARA EL PUEBLO DE DIOS, que creamos en, y sigamos al Mesías Jesús. ¡Él es nuestro reposo, él es nuestra paz, él es nuestro sábado! Aunque hay algunos que hacen diferencia entre día y día, mientras para otros todos los días son iguales, lo realmente importante es que estemos en el Mesías, fuera de él, todo se vuelve irrelevante.

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