"LA AMADA Y LA NO AMADA" LAS CASAS DE ISRAEL Y DE JUDÁ.

 



QUE NOS QUEDE CLARO...Cuando Pablo usa la expresión "la Amada y la no Amada" (Romanos 9:25-26) no se está refiriendo a una iglesia gentil como muchos interpretan, sino que habla de Israel, específicamente de las tribus perdidas de la Casa de Israel. SE dice que el Apóstol está citando a Oseas, veamos las referencias:

"Como también se dice en Oseas: «Llamaré “pueblo mío” al que no era mi pueblo, y llamaré “amada mía” a la que no era mi amada. Y en el lugar donde se les dijo: “Ustedes no son mi pueblo”, allí serán llamados “hijos del Dios viviente”.»
"Yo la sembraré para mí en la tierra, y tendré misericordia de Lorrujama, y a Loamí le diré: “Tú eres mi pueblo”, y él me dirá: “Tú eres mi Dios”.»
Es importante entender que el reino de Israel fue partido en dos, 10 tribus quedaron al norte y dos tribus con los Levitas quedaron al sur. Se les conoció como "la Casa de Israel" y la "Casa de Judá". Con el tiempo, a la Casa de Israel se le llegó a conocer como "el reino del norte", como Efraim, y como la Casa de José (Yosef). Despues de su conquista y dispersión se les conoce simplemente como "las ovejas perdidas de la Casa de Israel". Estas se perdieron entre las naciones gentiles y perdieron su memoria e identidad hebrea.
En Jeremías 3:8, vemos que el Eterno le dio "carta de divorcio" o "carta de repudio" a Israel, pero no hizp lo mismo con la Casa de Judá.
"Y dije: “Después de hacer todo esto, se volverá a mí”, ¡pero no se volvió! Y lo vio su hermana, la rebelde Judá. Ella vio que por haber fornicado la rebelde Israel, yo la había despedido y dado carta de repudio; pero no tuvo temor la rebelde Judá, su hermana, sino que también fue ella y fornicó".
Ambas casas fornicaron, se prostituyeron, pero solo a la Casa de Israel se le dio "carta de repudio", por eso se conoce como "la dejada" o la repudiada. Volviendo a Oseas, vemos que Dios deja de llamar a Israel "pueblo mío", y dice que ya no será mas Dios de ellos, pero no a la Casa de Judá, pues de ella vendría Mesías.
" Concibió Gomer otra vez y dio a luz una hija. Dios dijo a Oseas: «Ponle por nombre Lo-ruhama [la no compadecida, la no amada], porque no me compadeceré más de la casa de Israel, ni los perdonaré. »Pero de la casa de Judá tendré misericordia: los salvaré por Jehová, su Dios. No los salvaré con arco, ni con espada, ni con guerra, ni con caballos ni jinetes».
Después de haber destetado a Lo-ruhama, Gomer concibió y dio a luz un hijo. Y dijo Dios: «Llámalo Lo-ammi [no mi pueblo], porque vosotros no sois mi pueblo ni yo seré vuestro Dios.» (Oseas 1:7-9).
Ahora bien, después de todo eso, Dios dice:
"Con todo, el número de los hijos de Israel será como la arena del mar, que no se puede medir ni contar. Y en el lugar donde se les dijo: «Vosotros no sois mi pueblo», se les dirá: «Sois hijos del Dios viviente." (Verso 10)
Es decir, que en la dispersión y repudiada por Dios, la Casa de Israel se multiplicaría "como la arena del mar". Una multitud que sería imposible de contabilizar. ¡Y ahí entramos nosotros conocidos "gentiles", pero que en realidad somos de la Casa de Israel. Pablo dice:
"A estos también ha llamado, es decir, a nosotros, no solo de entre los judíos, sino también de entre los gentiles.
Como también en Oseas dice: «Llamaré pueblo mío al que no era mi pueblo, y a la no amada, amada. Y en el lugar donde se les dijo: “Vosotros no sois pueblo mío”, allí serán llamados “hijos del Dios viviente”.»
¿A quiénes se les dijo eso: "Y en el lugar donde se les dijo: Vosotros no sois pueblo mío”, allí serán llamados “hijos del Dios viviente”. ¡Exacto! ¡A la Casa de Israel, es decir, a NOSOTROS! Por eso Pablo lo aplica a nosotros, los que hemos estado siendo llamados de entre los Gentiles. También hubo un remanente fiel de entre los Judíos. Pero nosotros somos la gran multitud victoriosa que vio Juan en Apocalipsis 7:9,10 (después del sellamiento del remanente fiel de 144,000):
"Después de esto miré, y vi una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas. Estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas y con palmas en sus manos. Clamaban a gran voz, diciendo: «¡La salvación pertenece a nuestro Dios, que está sentado en el trono, y al Cordero!»
Esa multitud que nadie podía contar proveniente de "todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas", es la misma multitud mencionada en la profecía de Oseas.
"el número de los hijos de Israel será como la arena del mar, que no se puede medir ni contar. Y en el lugar donde se les dijo: «Vosotros no sois mi pueblo», se les dirá: «Sois hijos del Dios viviente" (Oseas 1:10).
Ahora, la Casa de Judá no nos quiere, no nos reconoce como hebreos, como Israelitas, pretender ser Israel ellos nada más. Pero ellos no son todo Israel, son la casa de Judá, pero un día nos reconocerán y ya no habrá mas rivalidad entre ambas Casas.
Ezequiel 37:19-27:
19 Así ha dicho Jehová, el Señor: Yo tomo el leño de José que está en la mano de Efraín, y a las tribus de Israel sus compañeros, y los pondré con el leño de Judá; haré de ellos un solo leño, y serán uno en mi mano.”
20 Y los leños sobre los que escribas, estarán en tu mano delante de sus ojos,
21 y les dirás: “Así ha dicho Jehová, el Señor: Yo tomo a los hijos de Israel de entre las naciones a las cuales fueron; los recogeré de todas partes y los traeré a su tierra.
22 Haré de ellos una sola nación en la tierra, en los montes de Israel, y un mismo rey será el rey de todos ellos. Nunca más estarán divididos en dos reinos.
23 No se contaminarán ya más con sus ídolos, con sus abominaciones y con todas sus rebeliones. Los salvaré de todas sus rebeliones con las cuales pecaron, y los purificaré. Ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios.
24 »”Mi siervo David será rey sobre ellos, y todos ellos tendrán un solo pastor; andarán en mis preceptos, y guardarán mis estatutos y los pondrán por obra.
25 Habitarán en la tierra que di a mi siervo Jacob, en la cual habitaron vuestros padres. En ella habitarán ellos, sus hijos y los hijos de sus hijos para siempre; y mi siervo David los gobernará para siempre.
26 Haré con ellos un pacto de paz; un pacto perpetuo será con ellos. Yo los estableceré y los multiplicaré, y pondré mi santuario entre ellos para siempre.
27 Estará en medio de ellos mi tabernáculo; yo seré el Dios de ellos, y ellos serán mi pueblo.
¡"Y HABRÁ UN SOLO REBAÑO Y UN SOLO PASTOR", JESUCRISTO, EL GRAN PASTOR DE LAS OVEJAS! (Juan 10:16; Hebreos 13:20).
" Y oí una gran voz del cielo, que decía: «El tabernáculo de Dios está ahora con los hombres. Él morará con ellos, ellos serán su pueblo y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá más muerte, ni habrá más llanto ni clamor ni dolor, porque las primeras cosas ya pasaron.» El que estaba sentado en el trono dijo: «Yo hago nuevas todas las cosas.» Me dijo: «Escribe, porque estas palabras son fieles y verdaderas.»" ( Apoc. 21:3-5).
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