ADORAR - ADORACIÓN - REVERNCIA AL CREADOR Y AL MASHÍAJ.
προσκυνέω
proskuneō
pros-koo-neh'-o
Entonces, la palabra "adorar" o "adoración" lo que significa básicamente es postrarse, hacer reverencia y/o rendir homenaje.
En Juan 4: 21-24, Jesús habla de esta adoración en los siguientes términos:
21 Jesús le dijo: Mujer, créeme que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre.
22 Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos.
23 Pero la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; pues también el Padre tales adoradores busca que le adoren.
24 Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que le adoren.
Jesús le dijo a la mujer Samaritana que solo los Judíos (la tribu de Judá) sabían o conocían la verdadera adoración, la forma correcta de adorar o reverenciar al Poderoso. También le hizo saber que la redención o salvación viene de los Judíos (no de Roma, ni de Brooklyn, ni de Grecia). ¿Porqué? Porque el Mesías que reinará sobre las naciones vendría de esa tribu (Génesis 49:10), Todos los eruditos bíblicos, sean Judíos o no, concuerdan en que Génesis 49:10 es una referencia al Mesías, él es "Shiloh".
El Salvador del mundo es de ascendencia Judía, de la tribu de Judá (Yehudah)...
"Yo Jesús he enviado a mi ángel para daros testimonio de estas cosas sobre las asambleas. Yo soy la raíz y el linaje de David, la ESTRELLA resplandeciente de la mañana" (Apoc. 22:16).
Jesús es el León de la tribu de Judá (Apocalipsis 5:5) es vencedor, y vino venciendo y para vencer...Es importante tener en mente que Jesús (Y'shua) es un Judío, porque viene de la tribu de Judá, no vino del cielo, es decir, no descendió del cielo literalmente, sino que nació y vino a existir como un descendiente sanguíneo directo del antiguo rey David, avalado por el cielo, por el PODEROSO (Dios).
En la antiguedad, era obligatorio postrarse delante de los reyes, no era necesariamente "adorarlos", sino que era una forma de reverencia delante de la realeza. Nadie podía entrar a la presencia de un rey sin hacerle una reverencia...así ocurre tanto con el PODEROSO como con Jesús. UNO es el Rey de la Eternidad (Melek ha Olam) y el Otro es el Rey Ungido (Mashíaj) para regir al mundo, a las naciones.
Al PODEROSO se le debe toda gloria, honra, alabanza y honor, a Jesús, de igual manera, se le debe honra, alabanza y honor, ya que él es al que el PADRE apartó, ungió y envió para ser rey sobre la tierra, de modo que, toda rodilla debe doblarse delante de él y toda lengua debe confesar su nombre ("onoma" - autoridad).
Los escritos apostólicos (el N.T.) dan testimonio de que el PODEROSO ungió con espíritu santo y con poder a Jesús de Nazareth como el Mesías prometido a Israel. ¡Así que Jesús es el Mesías de Israel! De hecho, se nos dice que el PODEROSO exaltó a Jesús con su diestra "para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados" (Hechos 5:30-31). ¡Nosotros somos la Casa de Israel esparcida por las naciones! ¡Nosotros somos el Israel de Dios!
"los expatriados de la dispersión, linaje escogido, sacerdocio real, nación santa, pueblo por posesión, para que proclaméis las proezas del que os llamó de las tinieblas a su luz admirable. Los que en un tiempo no erais pueblo, pero ahora sois pueblo de Dios; los que no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia" (1 Pedro 1:1; 2: 9-10).
De no ser así, de no ser nosotros el Israel de Dios (ya sea que seamos de ese "linaje escogido" o paganos convertidos que han sido injertados al Israel de Dios), no tendríamos nada que ver con el Mesías del Poderoso (el Cristo de Dios).
Lamentablemente, no muchos Creyentes hermosos y verdaderos han logrado entender este gran portento, que Israel (las Diez tribus) se mezclaron y se perdieron entre las naciones, y que están siendo recogidas de nuevo por medio del gran Pastor de las ovejas, Jesús el Mesías, para ser hechos, junto a la tribu de Judá, el ISRAEL DE DIOS, el UN SOLO REBAÑO bajo UN SOLO PASTOR.
¿Para qué se sublevan las naciones, Y los pueblos traman cosas vanas?
Se alzarán los reyes de la tierra, Y con príncipes consultarán unidos, Contra YEHOVAH y contra su Ungido, diciendo:
¡Rompamos sus ligaduras Y echemos de nosotros sus cuerdas!...Servid a YEHOVAH con temor, Y regocijaos con temblor. ¡Besad (literalmente "lamed los pies) los pies al Hijo! No sea que se irrite y perezcáis en el camino, Pues de repente se inflama su ira. ¡Cuán bienaventurados son todos los que se refugian en Él!
(Salmo 2:1-3, 11,12)
A todo el Israel del Poderoso, shalom!
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