LA PARED INTERMEDIA DE SEPARACIÓN

 



"Pero ahora en Jesús el Mesías, vosotros, que en un tiempo estabais lejos, fuisteis hechos cercanos por la sangre del Mesías.

Porque Él es nuestra paz, que de ambos hizo uno, y derribó la pared intermedia de separación, es decir, la enemistad; aboliendo en su carne la ley de los mandamientos dados en reglamentos, para crear en sí mismo, de los dos, un solo nuevo hombre, haciendo la paz;
y reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo por medio de la cruz, matando en ella la enemistad" (Efesios 2:13-16).
Fíjese hermano, que allí no dice que Jesús (Yeshua) abolió los Diez Mandamientos, sino cierta "pared intermedia de separación" "la ley de los mandamientos dados en reglamentos"...El Judaísmo había creado esa pared de separación mediante sus tradiciones rabínicas, su "torá oral", sus halajot (línea Parte o aspecto de la ley oral que trata de la determinación de reglas y prescripciones religioso-jurídicas; también cada una de tales reglas y la ley judía en general) mismas que hoy están escritas en el Talmud y en la Mishná. Esas halajot eran puros mandamientos y leyes de hombres creadas por los rabinos dizque para proteger la Torá como con un cerco a su alrededor (Vea Marcos 7:5-13). Esa fue la pared intermedia que Yeshua quitó aboliéndola y quitándola del medio, no fue la Ley de Dios que, según Saulo (Pablo) es espiritual, es santa, y el mandamiento es santo, justo y bueno. Hablando de esta santa Ley, el Salmista dijo:
"La Ley de YHVH es perfecta, Restaura el alma. El testimonio de YHVH es fiel, Hace sabio al sencillo. Los mandamientos de YHVH son rectos, Alegran el corazón, El precepto de YHVH es puro, Alumbra los ojos. El temor de YHVH es limpio, Permanece para siempre, Los juicios de YHVH son verdad, Todos justos. Deseables son más que el oro, Más que mucho oro afinado, Y más dulces que la miel, Las gotas que destilan del panal. Tu siervo es además amonestado por ellos, En guardarlos hay grande galardón" (Salmo 19:7-11).
Volviendo a Efesios 2, leyendo desde el verso 12, nos damos cuenta de que hay un pueblo que estaba lejos, "alejado de la ciudadanía de Israel, sin Mesías, sin Dios y sin esperanza"...Esos éramos nosotros, las ovejas perdidas, aquellos a los que se les dijo: "Ustedes no son mi pueblo, ni soy mas vuestro Dios"....pero que nos multiplicamos como la arena que está a la orilla del mar, y que ahora se nos está llamando (de entre los Judíos - la Casa de Judá - y de entre las naciones gentiles, las ovejas perdidas y esparcidas entre las naciones. AHORA, en el lugar donde se nos dijo: Ustedes no son mi pueblo, se nos llama "Hijos del Dios viviente" (Oseas 1:1-10; 2:13-17; Romanos 9:21-26).
YESHUA no podía abolir la santa Ley de Dios, porque estaba en medio de su corazón (Salmo 40:8) además dijo:
"cualquiera que suprima uno solo de estos mandamientos más pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos, pero cualquiera que los practique y enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos" (Mat 5:19).

Como podemos ver, en Efesios 2, el Mesías abolió los mandamientos de hombres, aquellos que habían creado una "pared intermedia de separación" entre Judíos y no Judíos. Esa enorme pared aún existe en el Judaísmo actual, para ellos el Talmud y la Mishná siguen siendo mas importantes que la los Mandamientos de Dios. Pero aún así, nosotros los Creyentes verdaderos en el Mesías, ya no somos "extranjeros ni forasteros, sino conciudadanos con los santos [Israel]  y miembros de la familia de Dios [la Casa de Israel].

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