LO QUE SE HABÍA PERDIDO

 


"Jesús le dijo [ a Zaqueo]: Hoy ha venido salvación a esta casa, por cuanto él también es hijo de Abraham; porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido" (Lucas 19:9-10)


¿Qué es lo que se había perdido? ¡La Casa de Israel! Yeshua dijo:

"No fui enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel" (Mat 15:24). En Hebreos 2:16, leemos: "Porque ciertamente no socorrió a los ángeles, sino que socorrió a la descendencia de Abraham". Ciertamente que Yeshua fue enviado al rescate de las ovejas perdidas de la Casa de Israel dispersas y diluidas entre los Gentiles, aunque con ellas también hay muchos justos de la naciones que, al creer, son injertados al olivo natural, que es Israel.
Hablando al rebaño Judío (la Casa de Judá), dijo:
"También tengo otras ovejas que no son de este redil; también a ellas debo traer, y oirán mi voz, y vendrán a ser un solo rebaño, y un solo Pastor" (Juan 10:16). Las ovejas perdidas de la Casa de Israel estaban esparcidas por las naciones, y no son Judíos, son de las diez tribus del norte que se perdieron. A ellas les fue dicho:
"vosotros no sois mi pueblo, ni yo soy vuestro Dios" (Oseas 1:9).
Pero también se les dijo:
"No obstante, el número de los hijos de Israel será como la arena del mar, que no se puede medir ni contar. Y sucederá que en lugar de lo que se les dijo: ‘Vosotros no sois mi pueblo’, se les dirá: ‘Hijos del Dios viviente. Los hijos de Judá y de Israel serán congregados en uno y nombrarán para sí un solo jefe (Caudillo)" (Oseas 1:10-11).
Entonces, Pablo, en su Carta a los Romanos, dice:
"¿Y qué hay si Él hizo esto, para dar a conocer las riquezas de su gloria sobre los vasos de misericordia que había preparado de antemano para gloria, a los cuales también ha llamado, esto es, a nosotros, no sólo de entre los judíos, sino también de entre los gentiles? Como también en Oseas dice: Al que no era mi pueblo llamaré pueblo mío, y a la no amada, amada. Y será que, en el lugar donde se les dijo: 'Vosotros no sois mi pueblo,' allí serán llamados hijos del Dios viviente" (Romanos 9:23-26).
Pablo aplica la profecía de Oseas con respecto a Israel a NOSOTROS, los que estamos siendo llamados NO SOLO DE ENTRE LOS JUDÍOS, SINO TAMBIÉN DE ENTRE LOS GENTILES (LAS NACIONES).
¡Y ni siquiera piensen en la teoría del reemplazo! ¡Dios no ha remplazado a su Pueblo con otro pueblo...eso no es lo que enseñó Pablo (Efesios 2:11-14, 19).
¡Ya no estamos apartados de la ciudadanía de Israel, sino que somos conciudadanos con los santos y miembros de la familia de Dios! (Ver Amós 3:2).
"Y ya que sois del Mesías, ciertamente sois descendencia de Abraham, herederos conforme a la promesa" (Gálatas 3:29).

Oseas siempre estuvo hablando de la Casa de Israel, es decir, del reino norteño de las diez (10) tribus, y también hizo referencia a la Casa de Judá, las dos (2) tribus en el sur (Judá y Benjamín).
Así quedaron establecidas después de la división o ruptura del reino de manos de Roboam, hijo de Salomón (1 Reyes 12:1-24). El reino se dividió en dos, la Casa de Judá al sur y la Casa de Israel al norte. Con el tiempo las diez tribus del norte se alejaron de Yehováh e hicieron lo malo ante sus ojos. Aunque hubieron muchísimos llamados a volverse, la Casa de Israel nunca se volvió a Dios. Entonces, por boca de Oseas, Dios anuncia el repudio de la Casa de Israel, y por medio de Jeremías Dijo:

"En los días del rey Josías me dijo YHVH: ¿Has visto lo que hace la apóstata Israel? Ella anda sobre todo monte alto y bajo todo árbol frondoso, y allí fornica. Después de haber hecho todo esto, me dije, se volverá a mí, ¡pero no se volvió! Y Judá, su pérfida hermana, vio que Yo había despedido a la apóstata Israel por sus adulterios y que le había dado carta de divorcio; y aun así, no tuvo temor Judá, su pérfida hermana, sino que también ella fue y se prostituyó" (Jeremías 3:6-8).
 Ambas naciones, ambos reinos se prostituyeron delante del Eterno, pero solo a la Casa de Israel (el reino del norte) Dios le dio "carta de divorcio", no así a la Casa de Judá. Mediante el profeta Oseas, se hace una alegoría para ilustrar el rechazo definitivo de las diez tribus norteñas (la Casa de Israel).
Dios manda al profeta a que se una con una prostituta llamada Gomer, hija de Diblaim, y que la tomara por mujer. Así lo hizo, y de esa unión nacieron una hija y luego un hijo. A la hija, Dios mandó a ponerele el nombre de " Lo-ruhama" que significa "no amada". Y dijo Dios con respecto a Israel:

"Ponle por nombre Lo-ruhama [no amada], porque no seguiré compadeciéndome de la casa de Israel para perdonarlos. Pero me compadeceré de la casa de Judá y los salvaré por YHVH, su Dios. No los salvaré con arco, ni con espada, ni con batalla, ni con caballos, ni con jinetes" (Oseas 1:6-7). De se amada, la Casa de Israel llegó a ser "no amada". Sin embargo, a la Casa de Judá, que también se prostituyó Dios la perdonó, esto fue por causa de que sería por medio de la Casa de Judá que vendría el Mesías. Fue por esa causa que Judá continuó siendo la Amada.

Luego de que Gomer destetara a Lo-ruhama, volvió a preñarse y tuvo un varoncito esta vez y Dios le dijoa Oseas que le pusiera el nombre "Lo-ammi", que significa literalmente "ni Yo seré vuestro Dios".."porque vosotros no sois mi pueblo ni Yo seré para vosotros Dios" (Oseas 1:9). Pero el asunto no termina ahí, porque inmediatamente después les hace la siguiente promesa:

"
Con todo, el número de los hijos de Israel será como la arena del mar, que no se puede medir ni contar. Y sucederá que donde se les haya dicho: Vosotros no sois mi pueblo; se les dirá: Hijos del Dios viviente" (Verso 10).

¡Esa es una promesa de restauración! Y en el siguiente versículo se confirma eso, porque dice:

"
Y los hijos de Judá y los hijos de Israel serán reunidos en uno, y designarán un único caudillo, y resurgirán de la tierra" (Verso 10)

Yeshua (Jesús) nos confirma lo mismo, pues, hablando a los del redil Judío en su tiempo, les dijo:  "También tengo otras ovejas que no son de este redil; también a ellas debo traer, y oirán mi voz, y vendrán a ser un solo rebaño, y un solo Pastor" (Juan 10:16).

¿Quiénes eran esas "otras ovejas"? 

Aparte del rebaño Judío (la Casa de Judá), las únicas otras ovejas que habían eran la Casa de Israel, la "no amada", que habían sido esparcidas por todas las naciones de la tierra y se habían asimilado entre ellas y perdieron su identidad hebrea, aquellas Diez (10) tribus fueron mas tarde conocidas como "las ovejas perdidas de la Casa de Israel". Yeshua (Jesús) dijo que él no había sido enviado sino a las ovejas perdidas de la Casa de Israel" (Mateo 15:24). 

 Cuando Yeshua estaba en juicio por su vida, el gran sumo sacerdote Caifás se dirigió a Sanedrín en pleno, y les dijo:

"
Entonces Caifás, uno de ellos, que era sumo sacerdote de aquel año, les dijo: Vosotros no sabéis nada, ni consideráis que os conviene que un solo hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación perezca" (Juan 11:49-50).

Y la aclaración que hace el escritor es bastante interesante:

"Pero esto no lo dijo por sí mismo, sino que, siendo sumo sacerdote de aquel año, profetizó que Jesús iba a morir por la nación;  y no sólo por la nación, sino también para congregar en uno a los hijos de Dios que estaban dispersados" (Versos 51-52).

¡"Congregar [reunir] en uno os hijos de Dios que estaban dispersados!" Estos "hijos de Dios que estaban dispersados" no son otros que las ovejas perdidas de la casa de Israel dispersas por todas las naciones gentiles, las "otras ovejas" de las cuales habló Yeshua (Jesús).

Termino con el testimonio del apóstol Pablo en su carta a los creyentes en Roma, Romanos 9:22-26:

¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar la ira y hacer notorio su poder, soportó con mucha paciencia vasos de ira preparados para destrucción, y para hacer notoria la riqueza de su gloria en vasos de misericordia que preparó para gloria; a los cuales también llamó, a nosotros, no sólo de entre los judíos, sino también de entre los gentiles?  Como también en Oseas dice: Llamaré pueblo mío al que no era mi pueblo, Y amada, a la no amada. Y sucederá que en el lugar donde les fue dicho: Vosotros no sois pueblo mío; Allí serán llamados hijos del Dios viviente".

¿Se da usted cuenta? ¡Pablo dice que NOSOTROS (los Creyentes en Mesías, también conocidos como "cristianos"), somos "vasos de misericordia" y que estamos siendo llamados (por el gran Pastor de las Ovejas, Yeshua el Mesías, Jesucristo) no solamente DE ENTRE los Judíos (los de la Casa de Judá) sino también DE ENTRE LOS GENTILES (paganos)!
El apóstol se refiere a esos que están siendo llamados (NOSOTROS) de entre los gentiles como la Casa de Israel, las ovejas perdidas, a las cuales se les dijo: "Vosotros no sois pueblo mío" (Oseas 1:9) y "la no amada" (Oseas 1:6,7)...Y ahora se nos está llamando "Hijos del Dios viviente"....¡Eso hace nuestra verdadera identidad ISRAELITA, HIJOS DE ABRAHAM! 

Aún aquellos paganos que se unen en fe al Pueblo Santo, son injertados a ISRAEL, el "Olivo natural" (Romanos 11:16-17) y se vuelven "conciudadanos de los santos (Israel)" y miembros de la familia de Dios (de Israel - ver Amós 3:2).

¡Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Yeshua el Mesías (Jesucristo) que nos bendijo con toda bendición espiritual en lugares celestes con el Mesías!

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