TU IDENTIDAD ISRAELITA...HIJO DE ABRAHAM
"Hoy ha venido salvación a esta casa, por cuanto él también es hijo de Abraham; porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido". (Lucas 19:9-10)
Si eres un verdadero seguidor y creyente en Yeshua (Jesús) el Mesías de Israel, el Mesías Judío (de la tribu de Judá), entonces tu ers un verdadero Israelita, un descendiente de nuestro padre Abraham. Porque:
"si vosotros sois del Mesías, entonces sois descendencia de Abraham, herederos según la promesa" (Gál. 3:29). ¿Herederos de cuál promesa? ¡De la promesa hecha a Abraham nuestro padre!
"YEHOVÁH dijo a Abram: Haré a tu descendencia como el polvo de la tierra: si se puede contar el polvo de la tierra, tu descendencia podrá ser contada" (Gén 13:14-16).
Esa es la promesa que el ETERNO hizo a nuestro padre Abraham, aún cuando él no tenía ninguna descendencia...ya estaba viejo y Sarai, su mujer era ya vieja y encima de eso estéril. ¡Abram creyó a Dios pesar de ser contra toda esperanza. Nosotros hemos de ser bendecidos con el fiel Abraham. ¿Qué dice la Biblia de nuestro padre Abraham? Que nuestro Padre Abraham actuó por fe, creyendo que el que prometió es fiel.
"Por fe, a pesar de la esterilidad de Sara, recibió vigor para engendrar simiente aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó que era fiel el que había prometido.
Y por tanto, de uno, y éste ya casi muerto, nacieron como las estrellas del cielo en multitud, y como la arena innumerable que está junto a la orilla del mar" (Heb 11:11,12).
¿No es maravilloso nuestro Dios?
Gracias a la fidelidad de nuestro Dios y a la fe de nuestro padre Abraham somos herederos de aquella promesa. Ahora bien, aún cuando la Biblia nos dice que la descendencia de Abraham es Jesús el Mesías, nosotros estamos incluidos como co-herederos.
"Ahora bien, las promesas fueron hechas a Abraham y a su descendencia. No dice: Y a sus descendencias, como de muchas, sino como de una: Y a tu descendencia, la cual es el Mesías" (Gál 3:16).
Debemos entender que el Mesías, el Ungido, es uno, pero tiene un cuerpo que se compone de muchos miembros. "Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo; así también el Mesías" (1 Cor 12:12). ¡Un Mesías con cabeza y cuerpo! Jesús es la cabeza y los suyos son el cuerpo, ¡un cuerpo ungido! ¡A pesar de ser muchos son un solo cuerpo!
La Herencia:
La herencia, para sorpresa de muchos, no es el cielo, ni es en el cielo. La herencia que se le prometió a nuestro padre Abraham no fue en el cielo, sino en la tierra.
"Alza ahora tus ojos y mira del lugar donde estás hacia el norte y hacia el Neguev, y hacia el oriente y hacia el mar, porque toda la tierra que tú ves te la daré a ti y a tu descendencia para siempre" (Gén 13:16)...¡Nuestra herencia eterna será aquí en la tierra!
"Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra" (Mateo 5:5). ¡La tierra, no el cielo!
"Los cielos son los cielos de Yehováh; Y ha dado la tierra a los hijos de los hombres" (Salmo 115:16).
"Porque los malos serán cortados, Pero los que esperan en YHVH heredarán la tierra. Un poco aún, y el malo no existirá más, Examinarás con diligencia su lugar, y él no estará allí. Pero los mansos heredarán la tierra, Y se deleitarán con abundante paz" (Salmo 37: 9-11).
"Los justos heredarán la tierra, Y habitarán en ella para siempre" (Salmo 37:29).
Así que nuestra herencia eterna será en la tierra donde disfrutaremos no solo de vida eterna, sino de vida inmortal. Pero, no solo viviremos en la tierra, sino que, al ser co-herederos con el Mesías de las promesas hechas a los padres, reinaremos con él, como reyes y sacerdotes.
Ya que el Mesías se ha de sentar en el trono de David (Lucas 1:31-33) nosotros, los que hemos seguido al Mesías, reinaremos con él por mil años. Después de los mil años, cuando el mesías entregue a Su Dios y Padre el reino, seguiremos viviendo con él.
Pero hay que entender una cosa, y es que la humanidad también será bendecida con la oportunidad de vivir sobre la tierra para siempre, no solo nosotros. "En tí serán benditas todas las naciones de la tierra" (Génesis 12:3; 22:18; 26:4; 28:14; Salmo 72:17; Hechos 3:25). Lea y medite esas citas bíblicas.
¿Cómo llegarán a se bendecidas todas las naciones de la tierra? ¡Mediante la implantación del reno de Dios sobre la tierra!
"Pero en los postreros tiempos, el Monte (el reino) de la Casa de YEHOVÁH Será establecido como cabeza de los montes (de los reinos), Y exaltado sobre todos los collados, y a él correrán los pueblos,
Y muchas naciones irán allí y dirán: Venid, subamos al Monte de YeHOVAH, a la Casa del Dios de Jacob; Él nos enseñará sus caminos, y nosotros andaremos en sus sendas. Porque de Sión saldrá la Ley, y de Jerusalem la palabra de YEHOVAH.
3 Y Él juzgará entre muchos pueblos, y decidirá sobre naciones poderosas, Hasta las más distantes. Forjarán sus espadas en arados y sus lanzas en podaderas. No alzará espada nación contra nación, Ni se adiestrarán más para la guerra.
4 Sino que cada uno se sentará debajo de su vid y debajo de su higuera, Y nadie los amedrentará, Porque la boca de YEHOVAH Sebaot lo ha dicho" (Miqueas 4:1-4).
"Y en los días de estos reyes, el Dios de los cielos establecerá un reino que no será jamás destruido, ni el reino será dejado a otro pueblo [sino a Israel], sino que desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre" (Daniel 2:44).
Fíjese que el reino no será dejado a otro pueblo que no sea ISRAEL. ¡Es por eso que nosotros debemos ser verdaderos israelitas, hijos de Abraham! Usted dirá: "Pero si no soy israelita, soy de otro país o raza"...Eso no importa, ya que todos hemos sido injertados como ramas de olivo silvestre entre las ramas del Olivo natural, que es Israel.
"Porque si su exclusión es la reconciliación del mundo, ¿qué será su readmisión, sino vida entre los muertos? Y si la primera porción es santa, también la masa; y si la raíz es santa, también las ramas. Pero si algunas de las ramas fueron desgajadas, y tú, siendo olivo silvestre, fuiste injertado entre ellas, y llegaste a ser copartícipe de la raíz, de la rica savia del olivo; no te jactes contra las ramas, y si te jactas, sabe que no sustentas tú a la raíz, sino la raíz a ti" (Romanos 11:15-18).
¡Fuimos injertados como ramas de olivo silvestre al olivo natural! ¡Somos Israelitas!
"Por tanto, acordaos de que anteriormente vosotros, los gentiles en la carne (los llamados incircuncisión por la llamada circuncisión, hecha por manos en la carne),
en aquel tiempo estabais sin el Mesías, apartados de la ciudadanía de Israel, y extraños a los pactos de la promesa, no teniendo esperanza, y sin Dios en el mundo.
Pero ahora en Jesús el Mesías, vosotros, que en un tiempo estabais lejos, fuisteis hechos cercanos por la sangre del Mesías...Así pues ya no sois extranjeros ni forasteros, sino que sois conciudadanos con los santos y miembros de la familia de Dios" (Efes 2:11- 14, 19).
Así que ya no estamos apartados de la ciudadanía de Israel, sino que, al ser injertados a israel, el "olivo natural", somo Israelitas verdaderos!
¡Que el Eterno os ayude a entender y a conocer vuestra verdadera identidad en el Mesías!
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