MANÁ PARA HOY / 23 ENERO 2023



                             LA GRAN HAMBRE PREDICHA:

"He aquí vienen días, dice Adonay YeHoVáH, En los cuales enviaré hambre sobre la tierra, No hambre de pan, ni sed de agua, Sino de oír las palabras de YeHoVáH" (Amós 8:11).

SIENDO que la Casa de Israel fue arrancada de su tierra y esparcida por todas las naciones, el Eterno iba a enviarles un hambruna muy grande, pero no una hambruna de pan, ni una sed de agua, sino una hambruna y una sed de oir la palabra de Adonay. Esa hambre vino y está sobre nosotros, la Casa de Israel, los verdaderos Creyentes y seguidores del Mesías. Cuando el Mesías se manifestó en Israel hace 21 siglos atrás, dijo:

"De cierto, de cierto os digo: No os ha dado Moisés el pan del cielo, sino mi Padre os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es aquel que desciende del cielo y da vida al mundo" (Juan 6:32-33).

¿Para qué sirve el pan? ¡Para comer y así saciar el hambre! ¿Para que el agua? ¡Para hidratar y saciar la sed! El Mesías Yeshua se presentó, no solo como el "verdadero pan del cielo", el verdadero maná, sino que también se presentó como el único que puede saciar nuestra sed espiritual, se presentó como el agua de vida.

"En el último día, el más grande de la fiesta,° Jesús se puso en pie, y alzando la voz, dijo: ¡Si alguno tiene sed, venga a mí y beba! El que cree en mí, como dijo la Escritura, de su interior fluirán ríos de agua viva" (Juan 7:37-38).

Entónces Yeshua es pan y es agua que dan vida, que sacian el hambre y la sed de Israel. Con la muerte y resurrección de Mesías se selló el pacto de Dios con la Casa de Israel y con la Casa de Judá. Veamos:


"He aquí que vienen días, dice YHVH, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá [Note bien las palabras, que no se menciona a gentiles, sino a las dos Casas de Israel - Israel y Judá].

No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto, pues ellos invalidaron mi pacto, aunque fui Yo un marido para ellos, dice YHVH. Pero éste es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice YHVH: Daré mi Ley en su mente y la escribiré en su corazón, Y Yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.

Y no enseñará más cada cual a su prójimo, y cada cual a su hermano, diciendo: ¡Conoce a YHVH!, porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice YHVH. Porque perdonaré su maldad, y no me acordaré más de sus pecados" (Jeremías 31:31-34).

Esto queda confirmado en la Carta a los Hebreos 8:8-11. Este nuevo pacto con la Casa de Israel y con la Casa de Judá sería un pacto mejor, porque estaría basado "sobre mejores promesas" (Hebreos 8:6). Promesas de perdón de pecados, promesas de restauración total de las dos casas en una sola y promesas de que jamás volverían a estar divididas en dos pedazos, dos reinos, promesas de que yo jamás dejarían de ser Su Pueblo, promesas de redención total, promesas de un corazón y un espíritu nuevos que jamás cederían a la idolatría, sino que todo aquello sería perdonado y olvidado para siempre. Israel recibirá el reino en el Mundo Venidero, porque ese reino prometido "no será dejado a otro pueblo" (Daniel 2:44; Miqueas 4:1-4). 

Pero sobre todas esas promesas está la mas extraordinaria de todas: Que obtendremos vida eterna e incorrupción...¡Será un reino incorruptible en manos de un pueblo incorruptible! ¡Por fin tendrá la respuesta indicada la pregunta de los Discípulos en Hechos 1:6: "Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?" Aquel tiempo no era el tiempo que el PADRE había puesto "en Su sola potestad", el tiempo será en el Mundo Venidero, cuando se cumplirán las condiciones. 

Es necesaria la redención de toda la Casa de Israel, es imprescindible la redención de la Casa de Judá, sin esta redención no puede establecerse el reino, sin esa redención "el resto de los hombres" no puede buscar a Dios, ni "todos los gentiles", como dice Hechos 15:15-18:

"Con esto concuerdan las palabras de los profetas, como está escrito:

Después de estas cosas volveré, y restauraré el tabernáculo de David, que ha estado caído, Y reconstruiré sus ruinas, y lo reedificaré; Para que el resto de los hombres busquen al Señor, Y todos los gentiles sobre los cuales es invocado mi nombre, Dice YeHoVáH, que hace conocer estas cosas desde el principio". Todas las naciones del mundo serán bendecidas con la gran oportunidad de someterse a ese reino, y los vencedores heredarán vida eterna en la tierra, en la nueva tierra, en la cual "el tabernáculo de Dios [estará] con los hombres, y morará con ellos, y ellos serán pueblos° suyos,° y Dios mismo estará con ellos. Y enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no existirá la muerte, ni habrá ya llanto, ni clamor, ni dolor. Las primeras cosas pasaron. Y el que está sentado en el trono dijo: He aquí que hago nuevas todas las cosas, y dijo: Escribe: Estas palabras son fieles y verdaderas" (Apoc. 21:3-5).

"El Dios de nuestros padres resucitó a Yeshua, a quien vosotros matasteis colgándolo en un madero. A éste exaltó Dios con su diestra como Príncipe y Salvador, DAR A ISRAEL ARREPENTIMIENTO Y PERDÓN DE PECADOS" — Hechos 5:30-31)


Todas estas preciosas y grandísimas promesas son sí, y son Amén por medio del Mesías Yeshua, el gran rey que el Eterno pondrá sobre Sión (Israel). Pero lo más importante es que usted y yo somos copartícipes de esas promesas, si nos mantenemos firmes con la vista puesta en ellas. ¡Que el Eterno Adonay nos ayude a estar firmes hasta obtenerlas!

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