"Convertíos y que cada uno de vosotros se haga bautizar en el nombre de Yeshúa"
En la Biblia jamás se nos llama a unirnos, ni a "regresar a una religión", sino que se nos llama a volvernos a Di-s y a la Torá. Ese siempre fue el mensaje de los Profetas, de Yeshua y de Sus Emisarios. YESHUA no fundó una nueva religión, sino que operó dentro del Judaísmo, era un Rabí, tenía Sus Discípulos como los otros Rabinos, pero Su Mensaje era diferente, no solo diferente al del Judaísmo de su época, sino al de la cristiandad. Nunca se apartó de la Torá, de los Profetas y de los Escritos (TANAK), sino que los usó como fundamento para sus enseñanzas. Rechazó los argumentos del adversario en su mente con un "Escrito está". Habló lo que el Padre le dio que hablase, no habló sus propias palabras ni tampoco improvisó. A la élite religiosa de su día, les dijo:
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la Torá: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello.
Después de la muerte y resurrección de Yeshua a los Discípulos se les conoció como una secta del Judaísmo, la Secta de los Nazarenos, y "los del Camino". Nunca fue la intención de Yeshua fundar ningún sistema religioso llamado "cristianismo", eso surgió mucho más tarde.
El llamado de los Apóstoles o Emisarios del Mesías, era a volverse a Dios y a la Torá.
"Sepa, pues, con certeza TODA LA CASA DE ISRAEL que Di-s ha constituido Señor y Mesias a este Yeshúa a quien vosotros habéis crucificado. Al oír esto, dijeron con el corazón compungido a Pedro y a los demás apóstoles: '¿Qué hemos de hacer, hermanos?'
Pedro les contestó: 'Convertíos [volvéos] y que cada uno de vosotros se haga bautizar en el nombre de Yeshúa HaMashiaj, para remisión de vuestros pecados; y recibiréis el don del espíritu el santo; pues la Promesa es para vosotros y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos, para cuantos llame el Señor Di-s nuestro".
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