LAS TRIBUS PERDIDAS DE LA CASA DE ISRAEL/ APARECE EN ESCENA JESÚS EL MESÍAS
HACE SU APARICIÓN EL EL MESÍAS....EL BUEN PASTOR EN BUSCA DE LAS OVEJAS.
“Esto no lo dijo por sí mismo, sino que como era el sumo sacerdote aquel año, profetizó que Jesús había de morir por la nación; y no solamente por la nación, sino también para congregar en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos”. Juan 11:51-52
A la hora décima de nuestro reloj profético el Pastor que El Señor Prometió enviar en busca de las ovejas perdidas de la Casa de Israel nace en Belén, donde otro pastor de Israel nació: David (1 Samuel 17:15).
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La Promesa de un Elegido que irá en busca de las ovejas perdidas de la Casa de Israel
“Ovejas perdidas fueron mi pueblo; sus pastores las hicieron errar, por los montes las descarriaron; anduvieron de monte en collado, y se olvidaron de sus rediles”. Jeremías 50:6
No mucho tiempo después de la dispersión de las ovejas perdidas de la Casa de Israel El Señor anunció que Designaría a un Pastor quien partiría en busca de ellas y luego de encontrarlas y restaurarlas las devolvería a su corral correspondiente:
“Buscaré a las ovejas perdidas, y devolveré al redil a las que perdieron el camino; les vendaré las patas a las ovejas lastimadas, y fortaleceré a las ovejas débiles. Seré justo con mis ovejas, pero eliminaré a las ovejas engordadas y rechonchas”. Ezequiel 34:16 RVC
El Señor las traerá a donde pertenecen, su tierra, la Tierra Santa:
“Las sacaré de los pueblos y países donde ahora están, y las traeré a su propia tierra; las apacentaré en los montes y en las riberas de Israel, y en todos los lugares habitados del país”. Ezequiel 34:13 RVC
El Señor en Persona se hará cargo de sus ovejas y las cuidará y vivirán para siempre en santa paz:
“Las apacentaré en los mejores pastos, y pondré su aprisco en los altos montes de Israel; allí dormirán en un buen redil, y serán apacentadas en los pastos suculentos de los montes de Israel. Yo les daré a mis ovejas buenos pastos y apriscos seguros. Palabra de Dios el Señor”. Ezequiel 34:14-15 RVC
Nuestro Pastor es Su Siervo Amado o David, porque el nombre hebreo David (Strong H-1732 / H-1730) significa Amado:
“Yo salvaré a mis ovejas, y nunca más serán para rapiña; y juzgaré entre oveja y oveja. Y LEVANTARÉ SOBRE ELLAS A UN PASTOR, y él las apacentará; a mi siervo David [Amado], él las apacentará, y él les será por pastor. Yo El Señor les seré por Dios, y mi siervo David [Amado] príncipe en medio de ellos. Yo El Señor he hablado”. Ezequiel 34:22-24
“Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo AMADO [David, el mismo de la profecía de Ezequiel], en quien tengo complacencia”. Mateo 3:17
“Después volverán los hijos de Israel, y buscarán a El Señor su Dios, y a David su rey [o su Rey Amado, que es Jesucristo]; y temerán a El Señor y a su bondad en el fin de los días”. Oseas 3:5
En las diferentes naciones a donde el pueblo de Dios fue a parar se rinde culto a diferentes dioses, pero El Señor salvará a su pueblo que vive en esas naciones (Ezequiel 37:21-23), porque el nombre Jesús proviene del hebreo Josué (Strong H-3091), que significa SALVADOR:
“En aquel día el SEÑOR su Dios LOS SALVARÁ; como a rebaño pastoreará a su pueblo. Serán sobre su tierra como piedras preciosas de una diadema”. Zacarías 9:16 RVC
“Ella dará a luz un hijo; y llamarás su nombre Jesús [Salvador], porque él SALVARÁ A SU PUEBLO de sus pecados”. Mateo 1:21 RVC
“Y todos ellos cantaban esta nueva canción: Solo tú mereces tomar el libro y romper sus sellos. Porque fuiste sacrificado, y con tu sangre RESCATASTE [Salvaste] PARA DIOS, A GENTE DE TODA RAZA, IDIOMA, PUEBLO Y NACIÓN”. Apocalipsis 5:9 TLA
Cumplimiento de la Promesa
“Pero ahora ha hablado el Señor, el que me formó desde el vientre para que fuera yo su siervo; para que reuniera a Jacob, para que hiciera a Israel volverse a él (así yo seré muy estimado a los ojos del Señor, y mi Dios será mi fuerza), y ha dicho: Muy poca cosa es para mí que tú seas mi siervo, y que levantes las tribus de Jacob y restaures al remanente de Israel. Te he puesto también como luz de las naciones, PARA QUE SEAS MI SALVACIÓN HASTA LOS CONFINES DE LA TIERRA. Así ha dicho el Señor, el Santo Redentor de Israel, al que es menospreciado, al que es odiado por las naciones, al siervo de los gobernantes [Jesucristo]: Los reyes y los príncipes te verán y se levantarán, y se inclinarán ante el Señor [Jesucristo], porque el Santo de Israel, que te ha escogido, es fiel.” Isaías 49:5-7 RVC
Es Jesucristo el Pastor Enviado por El Padre Celestial para ir en busca de las ovejas perdidas de la Casa de Israel:
“Él respondiendo, dijo: No soy enviado sino a LAS OVEJAS PERDIDAS DE LA CASA DE ISRAEL”. Mateo 15:24
“Porque el Hijo del Hombre ha venido para salvar LO QUE SE HABÍA PERDIDO [la Casa de Israel, reino del norte]. ¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien OVEJAS, y se descarría una de ellas, ¿no deja las noventa y nueve y va por los montes a buscar la que se había descarriado? Y si acontece que la encuentra, de cierto os digo que se regocija más por aquella, que por las noventa y nueve que no se descarriaron”. Mateo 18:11-13
Acorde a la profecía, Jesús –al igual que David– nació en Belén de Judá (Mateo 2:1-12 / Lucas 2:1-16).
“Y tú, Belén, en la tierra de Judá, de ninguna manera eres la más pequeña entre los gobernadores de Judá; porque de ti saldrá UN GOBERNANTE QUE PASTOREARÁ A MI PUEBLO ISRAEL”. Mateo 2:6 RVA
Jesucristo es nuestro Pastor. El oficio de pastor implica apacentar el rebaño, es decir, buscar lugares tranquilos y seguros para que sus ovejas coman y descansen:
“En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará”. Salmo 23:2
A veces el pastor tiene que arriesgar la vida enfrentando animales salvajes:
“David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre; y cuando venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la manada, salía yo tras él, y lo hería, y lo libraba de su boca; y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y lo mataba”. 1 Samuel 17: 34-35
“Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas. Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa. Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas”. Juan 10:11-13
Todo ello es precisamente lo que Jesucristo, como Pastor de Israel que es, ha estado haciendo por su pueblo.
“Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas”. Juan 10:14
Otra de las tareas del pastor es ir en busca de las ovejas que se extravían y devolverlas al rebaño:
“También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquellas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor”. Juan 10:16
Durante estos dos mil años Jesucristo, Pastor de Israel, ha estado buscando y restaurando a los descendientes de aquellos habitantes del reino del norte que los asirios esparcieron entre las naciones, las ovejas perdidas de la Casa de Israel:
“Porque ustedes eran como ovejas descarriadas, pero ahora se han vuelto al Pastor [Jesucristo] que cuida de sus vidas”. 1 Pedro 2:25 RVC
“Así, cuando se manifieste el Príncipe de los pastores [Jesucristo], ustedes recibirán la corona incorruptible de gloria”. 1 Pedro 5:4
Es aquí que termina el pasado y comienza el presente de la Historia de nuestro pueblo, pues si bien Jesucristo hizo su aparición veinte siglos atrás, hoy en día continúa de forma incesante con su trabajo de restituir a las ovejas perdidas de Israel (Juan 5:17 / Juan 9:4).
“Ustedes, naciones del mundo, escuchen este mensaje del Señor y proclámenlo hasta las costas más lejanas: El Señor que dispersó a su pueblo, lo reunirá y lo cuidará como hace un pastor con su rebaño”. Jeremías 31:10 NTV
Para tal propósito designó a un seguidor suyo de la tribu de Benjamín (Filipenses 3:5) cuyo legado es tan importante que hasta el fin de los tiempos continuará siendo fundamental para la restauración de las ovejas que El Señor va encontrando: el apóstol Pablo.
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