LOS DEMONIOS....(PARTE 3)




 Exorcismo de Demonios.  

En toda la época del Antiguo Testamento existía la creencia de que con solo invocar el nombre de un dios para una persona enferma, se podía exorcizar a los demonios (comp. con Hechos 19:13). Se sostenía que el nombre del dios tenía algún poder místico. La verdadera adoración a Yahvéh colocaba gran importancia al poder del Nombre del Dios de Israel, por ej.: "El nombre del Dios de Jacob te defienda... Oh Dios, sálvame por tu nombre" (Salmos 20:1; 54:1). La diferencia fundamental entre el Nombre de Yahvéh y el de otros dioses era que el Nombre de Yahvéh era tanto una declaración de su carácter como también una profecía del futuro eterno de su pueblo; por lo tanto, era un medio para la verdadera salvación. Sin embargo, Yahvéh evidentemente no ideó un sistema de adoración para Israel por el cual se mantuviera lo más alejado posible de usar el lenguaje de las creencias contemporáneas. 

Él se reveló a sí mismo de una manera que mostraba su supremacía sobre esas creencias. Comprender esto, facilita el camino para un correcto entendimiento del lenguaje del Nuevo Testamento acerca de los demonios. Cristo habló como si los exorcistas paganos tuvieran poder ( Mateo 12:27); sólo de una manera indirecta enseñó su superioridad sobre ellos. Hay mucho énfasis en el uso del nombre de Cristo para echar fuera demonios, o sea, sanar enfermedades (Marcos 16:17; Hechos 3:6; 4:10: 16:18; 19:13-16; Santiago 5:14). Esto tiene alguna similitud con la manera en que los paganos repetían los nombres de sus dioses para exorcizar lo que ellos creían que eran demonios. Por lo tanto, podemos llegar a la conclusión de que en la demostración de su poder que es mayor que el de otros "dioses" y de los así llamados "demonios", Yahvéh es muy indirecto en eso, y lo hace por medio de aludir precisamente al estilo y lenguaje que usan aquellos falsos sistemas. 

Si esto se aprecia debidamente, será evidente que sólo porque el Nuevo Testamento usa algunas veces el estilo y el lenguaje del paganismo circundante, esto no es prueba de que esas creencias paganas tengan alguna validez. La conclusión es que la Biblia usa un lenguaje que está lleno de alusiones a las creencias paganas circundantes, a fin de demostrar la supremacía de la adoración a Yahvéh sobre la de ellos. Yahvéh no era tan sólo otro dios que ocupó su lugar en el panteón de deidades en las cuales creían los cananeos. El Dios de Israel era el único Dios verdadero. Por lo tanto, él se hallaba en activo antagonismo hacia las pretensiones de los otros dioses; de ahí que Yahvéh aluda continuamente a ellos en su auto-revelación por medio de su palabra. 

Pero, evidentemente, su estilo no es criticar a esos dioses exactamente así. Esto sería del todo demasiado humano para el Hacedor del cielo y la tierra. La medicina y la psicoterapia modernas pueden a veces usar los sistemas de creencias de los pacientes para realizar un curación; incluso mientras no creen en esos sistemas de creencias hasta el punto de ridiculizarlas. Considere el siguiente extracto de "La Máquina del Arco iris". Cuentos Tomados del Diario de un Neurolingüista, por Andrew T. Austin (Boulder, Co: Real People Press, 2007). Lo que hizo Austin es, en esencia, lo que el Señor Jesús hizo al usar el lenguaje de demonios. "Hace varios años, un exitoso empresario, que según todas las apariencias era perfectamente normal, vino a consultarme. Su esposa lo había dejado recientemente, y él estaba sufriendo de severo insomnio derivado de problemas relacionados con la separación, y por la exigencia de su ocupada rutina laboral. 

Tomé nota de una completa historia de él, pero nada parecía fuera de lo común. Él era un hombre normal que reaccionaba ante sus circunstancias de una manera normal; hasta que le hice una pregunta que a menudo hago: "De todas las personas que hay en la guía de teléfonos, ¿por qué vino Ud. a mí? ¿Qué es lo que espera que yo pueda hacer por Ud.?" El Dr. Siebert estaría orgulloso de mí. "Bueno", dijo él, Sé de su interés en lo oculto, y es por eso que pensé que Ud. podría ayudarme. Mi esposa tiene una amiga que es una bruja de magia negra. Ella puede entrar en mi mente y hacerme enfermar. Ella es una mujer muy poderosa". Ahora le pido al lector que se detenga por un momento y piense cuidadosamente en qué es lo que Ud. respondería a esto. 

Lea la frase de nuevo. ¿Está él loco? ¿Engañado? ¿Enfermo? ¿Es ella realmente una bruja de magia negra? ¿Puede ella realmente entrar en el cerebro del hombre y hacerlo enfermar? ¿Son posible esas cosas? Personalmente dudo que sean posible, pues aún no he encontrado a nadie que pueda hacer tales cosas. Darren Brown crea una muy buena ilusión de semejantes cosas, pero él no afirma tener ningún genuino poder psíquico; él es muy claro en que lo que él hace es "una mezcla de 'magia', ilusión y espectacularidad". Muchas escuelas de pensamiento dicen que coludirse con un engaño o reforzarlo es algo muy malo, y que lo que corresponde hacer es argüir con ellos o corregirlos. Pero si Ud. ha tratado alguna vez de argüir con un devoto seguidor religioso de que su religión está en error, Ud. sabe que las probabilidades de tener éxito en eso es casi cero. Así que, ¿cómo ayudo a esta persona? ¿Cambio su creencia? ¿Reduzco la alucinación?¿Lo desafío? Yo no hice nada de eso. 

Fabriqué un poderoso medallón --un amuleto o talismán-- según las instrucciones en The Greater Key of Solomon [La llave más importante de Salomón]. Él lo recogió una semana después, y le di estrictas y detalladas instrucciones para su uso. No volví a saber de él por más de un año, cuando lo vi en un encuentro casual durante una conferencia de negocios. "Me siento un poco incómodo de decir esto", me dijo en la fila para tomar café, "pero después que usé el talismán de la manera en que Ud. lo describió, me di cuenta de que estaba haciendo el tonto, y que no había forma en que esa mujer pudiera estar haciendo las cosas que yo pensé que ella podía hacer. Pero no quise decírselo a Ud., porque yo sabía lo sincero que era Ud. respecto al talismán y de cómo iba a funcionar para mí". 

En realidad, la magia puede ser a veces un arte extraño. Explicado en términos ericksonianos, este hombre quedó atrapado en un problema terapéutico doble. Las instrucciones tenían por objeto actuar como elemento convincente de la eficiencia del talismán, pero también lo hacía sentirse algo tonto. O él estará convencido de que ahora está protegido de la influencia psíquica maligna, o se dará cuenta de que no existe semejante cosa; una situación ganadora. Al trabajar con cualquier creencia problemática en particular, raramente veo conveniente desafiarla. Yo sé que podría parecer contra-intuitivo para alguna personas, pero desafiar una alucinación puede en la práctica hacerla más fuerte y resistente. 

Así que piense en ella en estos términos: no la desafíe ni la refuerce; en cambio, sólo acéptela y expándala para hacerla más factible". 4-4 El Lenguaje de la Época Así que vemos que en el Nuevo Testamento se usaba el lenguaje de la época para describir a personas poseídas por demonios, si estaban mentalmente enfermos o si tenían una enfermedad que nadie podía entender (1). La creencia cultural contemporánea de romanos y griegos era que los demonios poseían a la gente, creando de este modo enfermedades mentales. Aquellos cristianos que creen en la existencia de demonios están diciendo en la práctica que las creencias paganas contemporáneas en esta área eran perfectamente correctas (2). Los judíos del primer siglo definitivamente pensaban que los "demonios" eran "almas inmortales" (3). Pero la Biblia no dice nada acerca de "almas inmortales". Por lo tanto, debemos concluir que la Biblia habla de las ideas contemporáneas que son doctrinalmente erróneas sin destacar el hecho de que están equivocadas. Los Errores no se Corrigen Explícitamente 

Los milagros de Jesús exponían el error de las creencias locales, por ej., acerca de los demonios, sin necesariamente corregirlos. De este modo, en Lucas 5:21 los judíos hicieron dos falsas declaraciones: que Jesús era un blasfemo, y que sólo Dios podía perdonar pecados. Jesús no los corrigió verbalmente; en cambio, hizo un milagro que demostró la falsedad de aquellas declaraciones. Claramente, la creencia de Jesús era que las acciones hablan más fuerte que las palabras. Él raramente denunciaba las ideas falsas de manera directa, por eso no denunció que la ley mosaica era incapaz de ofrecer salvación, pero mostró por sus acciones, por ej., sanando en el día de reposo, cuál era la verdad. Cuando se le acusó erróneamente de ser un samaritano, Jesús no lo negó (Juan 8:48, 49 compare con 4:7-9), aunque su naturaleza judía, como la simiente de Abraham, era vital dentro del plan divino de salvación (Juan 4:22). 

Aun cuando los judíos sacaron la errónea conclusión (¡deliberadamente!) de que Jesús estaba "haciéndose igual a Dios" (Juan 5:18), Jesús no lo negó explícitamente; en cambio sostuvo poderosamente que sus milagros lo mostraban como un hombre que actuaba en representación de Dios y, por lo tanto, no era igual a Dios. Los milagros de Jesús mostraban también el error de creer en demonios. El milagro de Jesús de sanar al hombre cojo que se hallaba cerca del estanque fue para mostrar la insensatez del mito judío de que en pascua un ángel tocaba el agua del estanque Betesda, dándole propiedades curativas. Este mito se consigna sin una negación directa de que eso fuera verdad; el milagro de Cristo deja en evidencia su falsedad (Juan 5:4). Otro ejemplo sería el mito judío de que el discurso del sumo sacerdote en la pascua era la trasmisión directa de las palabras de Dios; la idea errónea no se corrige específicamente, pero Dios tiene el control en el sentido que las palabras de Caifás en la pascua, justo antes de la crucifixión se cumplieron de manera extraña, condenando de este modo a Caifás y justificando al Señor Jesús como el Salvador de Israel (Juan 11:51). 

De este modo, la manera en que Cristo no corrigió explícitamente el error referente a los demonios está en armonía con otros casos de evidente error que tampoco se han corregido explícitamente. El Señor Jesús se burló sutilmente del falso modo de pensar de los judíos respecto al "seno de Abraham", en vez de corregirlo explícitamente (Lucas 16:19-31). La expresión idiomática de que Jacob "fue reunido con sus padres" (Génesis 49:33) se usa a pesar de que muchos lectores de la Biblia van a entender esto con el significado erróneo de que él se reunió con ellos en alguna existencia desincorporada. Se usa esa expresión idiomática, pero sin corregirla. Dios no es tan primitivo para desenvolverse como si estuviera enredándose consigo mismo intentando defender y definir lo que él ha dicho y la forma en que ha escogido decirlo. Él nos habla en nuestro idioma, y en diversas ocasiones en el transcurso de la historia ha tratado con los hombres en términos que ellos puedan entender. Y así los fieles también dicen cosas como "Que el rey viva para siempre", usando una forma social que ellos sabían que no conlleva semejante verdad o intención (Nehemías 2:3; Daniel 2:4; 3:9). 

Leemos que algunos hombres podían lanzar piedras con una honda "a un cabello, y no erraban" (Jueces 20:16); otra expresión idiomática que, por supuesto, no es literalmente cierta. Cuando el pueblo gritaba Hosanna y "¡Bendito el rey que viene en el nombre del Señor" (Lucas 19:38), ellos pensaban que había llegado el Reino Mesiánico. Y el Señor no se volvió a corregirlos por su aplicación errónea de las Escrituras. Ni los rechazó ni hizo bajar fuego del cielo sobre ellos debido a su falta de entendimiento. No dijo nada y dejó que la multitud siguiera viviendo en su equivocación y viera su muerte, a fin de enseñarles algo respecto a lo que se necesitaba para que se estableciera el reino. Y el mismo enfoque a largo plazo del Señor se halla en su manejo del tema de los demonios. El hijo mayor de la parábola asegura a Dios falsamente que él nunca ha quebrantado ninguno de sus mandatos; pero aunque esto es evidentemente falso, el padre (que representa a Dios) no lo corrige específicamente (Lucas 15:29-31). Naamán el sirio aceptó la fe del Dios de Israel; y después de su "conversión" pidió que se le diera una cantidad de tierra israelita para llevar de vuelta a Siria (2 Reyes 5:17). 

Esto muestra que Naamán estaba influenciado por la superstición circundante de que uno sólo podía adorar a un dios de otra nación mientras se halle sobre la tierra de esa nación. Pero Eliseo no corrige esto explícitamente; él simple y poderosamente comenta: "Ve en paz". En otras palabras, Eliseo estaba diciendo que la paz que Naamán experimentó en su vida cotidiana era tan maravillosa que obviaba la necesidad de adorar sobre tierra israelita. Génesis 29:31 habla de úteros cerrados y abiertos, no de trompa de Falopio. No había necesidad de inspiración para producir un documento que fuera tan científicamente correcto que la generación contemporánea del documento no pudiera entenderlo. En verdad, la belleza total de la revelación de Dios es que él acepta a las personas en donde estén tal como son, y los conduce a una verdad mayor sin tener que entrar en confrontación con ellos debido a sus incorrectos entendimientos científicos. De este modo, leemos referente a "las dulces influencias de las Pléyades" aun cuando sabemos que las estrellas no tienen influencia sobre nuestra vida hoy (Job 38:31 Versión Rey Santiago, en inglés). Piense detenidamente en los siguientes ejemplos de errores que no se corrigieron explícitamente: - Hananías, un falso profeta, es llamado profeta (Jeremías 28:5, 10). 

- La mujer pensó que los ángeles lo saben todo y, por lo tanto, David era como un ángel (2 Samuel 14:20). Los ángeles no saben todo. Sin embargo, el concepto inmaduro de la mujer no fue corregido. - Se habla de falsos dioses como si realmente estuviesen vivos y capaces de "comer" los animales sacrificados. Dios dice que él hará morir de hambre [Heb.] a los ídolos de los gentiles (Sofonías 2:11). Así que, en vista de que en el Antiguo Testamento los "demonios" se refieren a los falsos dioses, no es tan inusual que la Biblia hablede los demonios como si fuesen reales, cuando, tal como los falsos dioses, no lo son. 

La Biblia Usa el Lenguaje de la Época 

Si el razonamiento presentado hasta ahora es correcto, entonces debemos demostrar que (a veces) la Biblia efectivamente usa el lenguaje contemporáneo con el tiempo en que se inspiró originalmente. Juan 10:23 habla del "pórtico de Salomón", pero tal como se señala correctamente en la Biblia de Estudio NVI, se pensaba "por lo general, pero erróneamente, que se remontaba a los días de Salomón". Pero el error no se ha corregido. Se ha usado el lenguaje de la época. En Proverbios 8:28 se dice que Dios estableció "los cielos arriba", y el contexto inmediato parece describir a Dios formando el firmamento alrededor de la tierra y luego estableciendo un horizonte en su sitio; precisamente la clase de idea egocéntrica que creía la gente en aquel tiempo. Y Job 26:11; 1 Samuel 2:8; 2 Samuel 22:8 se expresan como si el cielo / firmamento descansara en los montes, desde donde la tierra parece que toca los cielos (Isaías 13:5), mientras que las estrellas se extienden por el norte (Job 26:7). 

El punto seguramente era que sin importar cómo la gente entendiera que se llevó a cabo la creación, Dios lo ha hecho, y con sabiduría. Aunque la Biblia usa el lenguaje de la época, no significa que el Dios que la inspiró desea que creamos en demonios. En nuestro idioma hay muchas expresiones que reflejan ideas falsas. Describimos cierto desorden como "El Baile de San Vito", el cual no lo causa "San Vito" y la mayoría de quienes usan esa expresión no saben nada acerca de Vito. Es evidente que Jesucristo no nació el 25 de diciembre, pero muchos aún usan la expresión "día de Navidad" cuando hablan de ese día. Los nombres de los días de la semana se basan en la adoración a ídolos paganos, por ej., "domingo" significa "el día dedicado a adorar al sol"; "sábado" era el día en el cual se había de adorar al planeta Saturno; "lunes" se relacionaba con la luna, etc. El uso de estos nombres no significa que compartamos las creencias paganas de aquellos que los acuñaron. "Influenza" es asimismo una expresión de uso común hoy en día; estrictamente significa "influenciado por demonios". 

Cuando a Daniel se le cambió su nombre a "Beltsasar", un nombre que hacía referencia a un dios pagano, el registro inspirado de Daniel 4:19 lo llama "Beltsasar" sin señalar que esta palabra reflejaba una idea falsa. Yo hablo del "Papa" como un medio de identificar a una persona, aun cuando creo que es equivocado creer en realidad que él es un "Papa" o padre espiritual (Mateo 23:9). Nuestro idioma tiene la palabra "lunático" para describir a un enfermo mental. 

Literalmente significa uno que está "afectado por la luna". En un tiempo se creía que si una persona salía a caminar en la noche cuando había una luna clara, ésta podía ser afectada por la luna y quedar mentalmente enferma (compare con Mateo 17:15). Hoy en día usamos la palabra "lunático" para describir a alguien que está enfermo, pero no significa que creamos que la enfermedad mental la causa la luna. Si se escribieran nuestras palabras y se volvieran a leer dentro de 2000 años, la gente podría pensar que nosotros creíamos que la luna causaba esa enfermedad; pero estarían equivocados porque nosotros sólo estamos usando el lenguaje de nuestros días, tal como lo hizo el Señor hace 2000 años. 

El Nuevo Testamento también refleja esta relación entre la luna y la enfermedad mental. "Y le trajeron a todos los que tenían dolencias: los afligidos por diversas enfermedades y tormentos, y los endemoniados, y los lunáticos y los paralíticos, y los sanó" (Mateo 4:24 Reina-Valera de 1909. Revisión del 2009). La repetición de la palabra "y..." da la impresión de que el Señor Jesús sanó toda clase de enfermedades --físicas y mentales, las que se entendían y las que no se entendían--. La palabra "lunáticos" es una traducción del griego sele'niazomai, "afectados por la luna", que se deriva del sustantivo sele'ne', la luna. No es cierto que algunas enfermedades mentales ocurran por haber sido afectado por la luna. Pero se usa la idea sin corregirla, tal como la idea de "posesión demoníaca" que se menciona en la frase ya señalada. La Biblia está escrita de tal manera que la gente de su época la habría entendido; por lo tanto, a veces habla de cómo las cosas parecen ser como si realmente existieran. 

Dios advierte a no consultar a "los nigromantes" (Levítico 19:31 Biblia de Jerusalén); no, "ni a aquellos que piensan que tienen acceso al supuesto mundo de los espíritus que, por supuesto, no existe". De este modo, Génesis 18:2 habla de "tres varones" que visitaron a Abraham; en realidad, eran ángeles (Génesis 19:1); pero se les describe tal como se veían. Asimismo, leemos que Jesús "entrando en una barca, se sentó en ella en el mar" (Marcos 4:1). Por supuesto, él no se sentó literalmente en el mar. Pero así es como habría parecido para un espectador sentado en la herbosa ladera, que oía claramente la voz de Jesús a una gran distancia debido al anfiteatro natural que ofrecía la topografía. 

En este caso, el Espíritu adopta esta perspectiva a fin de invitarnos a ocupar nuestro lugar en esa misma ladera, por decirlo así, observando al Señor Jesús a una distancia moderada, que se veía como si estuviera sentado en el mar. Quizás el relato está implicando que los oyentes estaban tan paralizados por las palabras y persona de Jesús que ellos dejaron de ver la barca y sólo veían a Jesús, que entregaba la imagen de un hombre carismático, de palabras absorbentes, sentado en el mar enseñando a un público fascinado. Hay otro ejemplo de esta clase de situación en Jueces 5:5: "Los montes temblaron ["se licuaron", Biblia de Jerusalén], que para un distante observador el agua que bajaba por la montaña daba la impresión de que éstas se estaban derritiendo; no, por supuesto, que efectivamente fuera así. 

"El Dios que se halla arriba" Tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo, la Biblia habla menudo del sol "que nace", que "se pone" y que viaja por el firmamento; esta es una forma humana de expresarlo, como lo vería un observador terrestre, pero eso no es científicamente correcto. Leemos acerca del "Dios que se halla arriba" (Job 3:4; 31:28 Versión Rey Santiago); debido a que la tierra gira sobre su propio eje, esto no es estrictamente correcto. Se ha revelado que la morada de Dios tiene una ubicación fija; el hecho de que la tierra gire tal como lo hace significaría que Dios no puede ser literalmente "el Dios que se halla arriba" para un creyente de Australia y para uno de Inglaterra al mismo tiempo. Sin embargo, se afirma que Dios está "arriba" físicamente (Ezequiel 1:22, 26; 10:9); en verdad, Cristo usó la palabra "arriba" como una expresión idiomática para referirse a Dios (Juan 8:23; 19:11). El punto que estamos tratando de establecer es que Dios se revela a sí mismo de manera tal que los mortales terrestres puedan comprender. 

La mayoría de sus hijos en el transcurso de los siglos probablemente creyeron en una tierra plana y que Dios vivía en el firmamento (de ahí que la misma palabra hebrea se usa para "cielo" en el sentido de la morada de Dios, y "cielo" para referirse a al firmamento). Y Dios consintió en eso mediante el lenguaje que él usó en la Biblia. El sol se menciona en Génesis 1 como el más grande planeta de luz en toda la creación; sin embargo, hay millones de soles, y nuestro sol sólo parece ser la mayor luminaria desde nuestro punto de vista humano. Y Dios consintió en esto mediante el estilo lingüístico del relato del Génesis. Y así dejemos en claro nuestro punto de vista: Dios está haciendo exactamente lo mismo en el Nuevo Testamento con el lenguaje acerca de los demonios. 

Lectores Específicos. 

Debe notarse por todo esto que la Biblia que nosotros tenemos lleva las marcas del hecho que fue escrita para lectores específicos (así como también para nosotros), y el lenguaje que se usó es prueba de ello. Leamos 1 Corintios 7 para comprobar lo que quiero decir. Está claro que Pablo está contestando algunas preguntas sumamente específicas que los creyentes corintios le habían escrito. Él empieza sus párrafos así: "En cuanto a las cosas de que me escribisteis... En cuanto a las vírgenes... En cuanto a lo sacrificado a los ídolos..." (1 Corintios 7:1, 25; 8:1). Casi podemos imaginarlo sentado allí con la carta de ellos delante de él, contestando las preguntas punto por punto. Pero no sabemos cuáles fueron sus preguntas, y esto hace difícil la interpretación de las palabras de Pablo aquí; aunque, por supuesto, su estudio es beneficioso para nosotros. 

El hecho es que algunas partes de la Biblia que tenemos fueron escritas para sus lectores específicos, y esto queda reflejado en el lenguaje que se usó (Deuteronomio 3:9, 11). La iglesia primitiva poseía los dones milagrosos del Espíritu Santo, los cuales ya fueron retirados; sin embargo, el Nuevo Testamento consigna mandatos referente a ellos que eran relevantes sólo para la iglesia del Nuevo Testamento. Podemos aprender principios generales de estos relatos, pero su existencia no es prueba de que hoy día podemos poseer los dones. El Lenguaje de la Época en el Antiguo Testamento Parte del lenguaje de la Biblia se refiere a supersticiones paganas que son evidentemente falsas; por ej., las piedras escuchan (Josué 24:27), los árboles conversan (Jueces 9:8-15), los cadáveres hablan (Isaías 14:9-11). 

Estas ideas son claramente tonterías. Y sin embargo el Espíritu las recoge y las usa a fin de expresar la palabra de Dios a la gente en un lenguaje contemporáneo. De este modo, Isaías 34:1 invita a las naciones que rodean a Israel a acercarse y oír el castigo que Dios estaba pronunciando en contra de Idumea. Como era de esperar, lo que sigue es una descripción de total desolación usando el lenguaje que esta gente podía entender. En el pensamiento contemporáneo, se creía que Lilit era un demonio nocturno que merodeaba entre las ruinas y acechaba en lugares desolados (4). 

Isaías 34:14 describe la desolación de Idumea con estas palabras: "Las fieras del desierto se encontrarán con las hienas, y la cabra salvaje [un sátiro, alusión a un demonio] gritará a su compañero; la lechuza [Lilit, la forma hebrea de la Lilitu acadia] también tendrá allí morada, y hallará para sí reposo". Ahora bien, no hay posibilidad alguna que la Biblia esté enseñando la existencia real de Lilitu. Sin embargo, no hay aviso o advertencia de que Lilitu no existe. Se espera evidentemente que nos demos cuenta por las copiosas demostraciones y declaraciones que Yahvéh es el único Dios verdadero y que Lilitu no existe. Si insistimos en que los demonios existen debido a la forma en que está escrito el Nuevo Testamento, entonces también debemos aceptar que Lilitu también existe y que ronda por cada edificio abandonado después que oscurece. 

R. K. Harrison hace el siguiente comentario: "Como observación general debe notarse que tales referencias a la mitología pagana, como las que ocurren en el Antiguo Testamento, han sido totalmente despojadas de todos sus vínculos paganos, y parecen en gran medida como figuras idiomáticas del pensamiento o expresión popular más bien que como serios conceptos metafísicos" (5), es decir, "no tome el hecho de que el lenguaje referente a los demonios se usa en la Biblia para probar que los demonios efectivamente existen". 

La Biblia es bastante clara en que la muerte es inconsciencia, y que el alma humana es mortal, y no inmortal. Y sin embargo hay alusiones a las ideas erróneas acerca de estas cosas en todo el lenguaje del Antiguo Testamento, a fin de explicar claramente a Israel de manera tal que ellos entendieran. De este modo, Jeremías 31:15 habla de Raquel que llora en Ramá por sus hijos. Raquel fue enterrada cerca de Ramá (1 Samuel 10:2), y Jeremías presenta una imagen del espíritu de Raquel rondando su tumba y llorando por los judíos que serían matados por los asirios, siglos después. 

Jeremías está describiendo cómo Dios empatiza con el dolor de Judá, y para hacerlo, les habla de manera tal que puedan entender, pero el objetivo principal es fundamentalmente: "Reprime las lágrimas de tus ojos, Dios revertirá todo esto". Sin embargo, para establecer esta idea se hizo alusión a falsas creencias acerca del espíritu de Raquel en su tumba.

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