LOS DEMONIOS (PARTE 1)



4-1 El Diablo, Satanás y los Demonios

Ya se ha explicado que el Diablo o Satanás no es un ser, o monstruo, personal. Hemos explicado que las palabras simplemente significan "el adversario", o, "calumniador". Algunas veces se usan estas ideas en un sentido metafórico para referirse a las tendencias pecaminosas innatas dentro de la  naturaleza humana. Si aceptamos que no hay semejante ser como "Satanás", entonces seguramente se desprende que los demonios, que se cree que son los siervos del Diablo, tampoco existen. Mucha gente parece creer que Dios nos da todas las cosas buenas de la vida, y que el Diablo y sus demonios nos dan las cosas malas, y quitan las cosas buenas que nos da Dios. Pero al enfocar el tema específico de los demonios, recapitulemos algunos de los principios bíblicos básicos que hemos cubierto hasta aquí.

La Biblia enseña claramente que Dios es la fuente de todo poder, y que él es responsable de las cosas buenas de las cosas malas en nuestra vida.,

"Yo Jehová...que formo la luz y las tinieblas, que hago la paz y creo la adversidad. Yo Jehová soy el que hago todo esto" (Isaías 45:7).

"De parte de Jehová el mal había descendido hasta la puerta de Jerusalén" (Miqueas 1:12).

"¿Se tocará la trompeta en la ciudad, y no se alborotará el pueblo? ¿Habrá algún mal en la ciudad, el cual Jehová no haya hecho?" (Amós 3:6).

Por lo tanto, cuando recibimos pruebas, debemos aceptar que provienen de Dios, y no culpar de ellos a un Diablo o demonios. Job era un hombre que perdió muchas de las cosas buenas con las cuales lo había bendecido Dios, pero él no culpó a los demonios por sus pérdidas. Escuche lo que dijo él: "Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito" (Job 1:21). "¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos?" (Job 2:10). Una vez que entendemos que todas las cosas son de Dios, cuando tenemos problemas en la vida podemos orar a Dios pidiendo que los quite, y si no lo hace, podemos estar seguros de que él nos los está dando a fin de que desarrollemos nuestro carácter y por nuestro propio bien, a la larga. "Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, ni desmayes cuando eres reprendido por él; porque el Señor al que ama [¡no los demonios!], disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo. Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina?  Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos" (Hebreos 12:5-8).

Dios: Fuente de Todo Poder

 

Dios es la fuente de todo poder.

"Yo soy Jehová, y ninguno más hay; no hay Dios [la palabra hebrea para "dios" significa esencialmente "poder"] fuera de mí" (Isaías 45:5).  "No hay Dios sino yo. No hay Fuerte; no conozco ninguno", dice Dios (Isaías 44:8). "Jehová es Dios, y no hay otro fuera de él"  (Deuteronomio 4:35). Tales versículos ocurren una y otra vez en toda la Biblia.

Debido a que Dios es la fuente de todo poder y el único Dios, él es, por lo tanto, un Dios celoso,  como a menudo nos lo recuerda (por ej. Éxodo 20:5; Deuteronomio 4:24). Dios se pone celoso  cuando su pueblo empieza a creer en otros dioses, si le dicen: "Tú eres un Dios grandioso, un Dios poderoso, pero en realidad creo que aun así hay otros dioses fuera de ti, incluso si no son tan poderosos como tú". Este es el problema al creer que hay demonios o un Diablo en existencia además del verdadero Dios. Este es precisamente el error que cometió Israel. Gran parte del Antiguo Testamento se ocupa en mostrar cómo Israel disgustó a Dios por creer en otros dioses además de creer en él. Algunas personas creen en la actualidad que los "demonios" son equivalentes a aquellos falsos dioses en los cuales creía Israel.

El cristianismo bíblico difiere de la mayoría de las religiones en que no ofrece una teología declarada específicamente respecto a los demonios. Muchos escritos  religiosos no inspirados explican en gran detalle cómo su religión considera a los demonios y a los ángeles, cómo hay una jerarquía de buenos y una jerarquía de malos, y así sucesivamente. La Biblia guarda un significativo silencio sobre este punto; si en verdad las creencias comunes acerca de ángeles caídos, demonios, etc., son bíblicas, ¿por qué la Biblia carece de semejante demonología? ¿Por qué en  realidad la Biblia nunca define para nosotros lo que es un demonio? La Biblia no consigna ningún relato de testigo ocular  acerca de encuentros con demonios. Diversos escritores han presionado mucho este punto (1). La Biblia se refiere a los demonios de la misma manera que se refiere  diversas ideas religiosas contemporáneas, por ej. Baal, pero semejante referencia no prueba por sí sola que la Biblia apoya esas  creencias contemporáneas. Y, por supuesto, hay muchas teorías acerca de demonios ["demonologías"] así como hay muchas culturas y religiones; ¿cuál elegiríamos como verdadera?

Se ha observado que el concepto de demonios se hizo necesario porque los pueblos del Oriente Medio alrededor del primer siglo no podían concebir que los dioses principales pudieran intervenir directamente en la vida humana;  ellos tenían que ser entendidos  como algo distante y no involucrados en los problemas cotidianos de los humanos. Este era en efecto uno de los temas fundamentales que había detrás de los escritos de Plutarco acerca de demonios (2). Se ha observado que "la idea de que los demonios eran responsables de todo mal moral y físico había penetrado profundamente en el pensamiento religioso judío en el período siguiente al exilio babilónico, sin duda como resultado de la influencia iraní en el judaísmo en los siglos quinto y cuarto a.C." (3). Esta premisa completa contrasta drásticamente con el único Dios verdadero revelado en la Biblia: "¿Soy yo Dios de cerca solamente, dice Jehová, y no Dios desde muy lejos?" (Jeremías 23:23); un  Dios muy activo y afectuosamente involucrado en las minucias de la vida humana. El punto de vista de Plutarco acerca de los demonios estaba evidentemente basado en el falso entendimiento de Platón respecto a un "alma inmortal"; efectivamente, a los demonios se les consideraba como semidioses que existían como en alguna forma de alma inmortal. Aquí vemos la importancia del tema de los demonios; porque la enseñanza bíblica acerca de la mortalidad de la humanidad, y especialmente del "alma", es fundamental.

La esperanza bíblica es la de la resurrección del cuerpo a la venida final del Mesías en gloria para establecer el reino de Dios en la tierra. Una falsa idea lleva con mucha facilidad a otra. Presentamos nuestra conclusión en resumen antes de considerar la evidencia: el Señor Jesús trata este asunto con tacto y sutileza, en el mismo espíritu que los profetas del Antiguo Testamento trataron las falsas creencias acerca de la existencia de dragones, monstruos, bajo la tierra, en el mar, arriba en el firmamento, etc. El enfoque del Señor era mostrar que el único verdadero poder en la tierra se halla en Dios y no en nadie ni nada más. Y que incluso si la gente deseaba aferrarse a sus supersticiones culturales referente a los demonios, tenían que aceptar que el poder de Dios era tan infinitamente mayor... que efectivamente, pese a todos los intentos y propósitos en la vida humana, estos seres no tenían poder ni influencia prácticos. Nuestra vida, cada aspecto de ella, está en las manos de Dios, "un fiel Creador" (1 Pedro 4:19), y no en las manos de alguien más.

Notas

 

(1) Andrew Perry, Demons, Magic and Medicine (Sutton, UK: Willow, 1999); H.C. Kee, Medicine, Miracle and Magic (Cambridge: C.U.P., 1986).

(2) Vea la Introducción a Plutarch: Selected Essays and Dialogues ed. D. Russell (Oxford: O.U.P., 1993); y J. Black and A. Green, eds., Gods, Demons and Symbols of Ancient Mesopotamia (London: The British Museum Press, 1992).

(3) Geza Vermes, Jesus the Jew (London: S.C.M., 1993) p. 61.

La Teología Cananea Hecha Pedazos

Una análisis de las creencias religiosas circundantes de las primeras tribus cananeas del tiempo del éxodo indica que el único Dios verdadero optó por revelarse en un lenguaje que aludía claramente a las ideas teológicas circundantes. Se ha mostrado que "El" era el nombre del más poderoso dios cananeo dentro de la pluralidad de deidades que ellos adoraban (1). Las características de Yahvéh Dios de Israel son casi idénticas al lenguaje de la época usado para describir a la deidad cananea "El" (2). Por ejemplo, "El" se casó con la prostituta Asarte, como Yahvéh se casó con la prostituta Israel (Oseas 3:1); y más digno de mención que todo, "El" sacrificó a su propio hijo (3). Significativamente, "El" es uno de los títulos que Dios usa para sí mismo en su palabra. Arthur Gibson señala que el nombre "Yahvéh" tiene similitudes con el dios amorreo Ya-Wi, y el dios ugarítico Yahaninu (4). Así que aquí hay clara evidencia de que Dios se revela en el lenguaje de la época a fin de demostrar, por el hecho mismo de su evidente superioridad, que estas otras deidades a las cuales él alude, no existían; Yahvéh era el verdadero "El". Aquellos dioses con nombres similares no eran nada comparados con el verdadero Yahvéh El.  

Martin Buber, una de las más finas mentes del judaísmo académico, acuñó el término "el demonismo de Yahvéh" (5). Él percibió, por ej., en el relato del ángel que enfrenta a Moisés procurando matarlo y entonces "lo deja ir", todo el lenguaje que típicamente se aplicaba a los demonios, al enfrentar y tratar de matar a un hombre de Dios (Éxodo 4:24). Pero el punto es que no es un demonio el que hizo esto, sino un justo ángel de Dios, al extremo que fue posible que el relato consignara que fue Yahvéh quien intentó matar a Moisés, y sin embargo cambió su propósito debido al arrepentimiento de Moisés y a la intercesión de una  mujer. La observación de Buber era que el texto es una alusión a las  creencias locales acerca de demonios, pero el relato bíblico deconstruye estas creencias al mostrar que es Yahvéh y sus ángeles los responsables de esas situaciones que los paganos, en cambio, atribuyen a supuestos "demonios".

Elías y Eliseo

 Esta manera de demoler las pretensiones de las creencias paganas circundantes en ídolos y demonios es común en el Antiguo Testamento. De este modo,  el relato de 1 Reyes 18 establece una contienda por la credibilidad entre Baal, el dios de la tormenta y de la lluvia, y Yahvéh Dios de Israel. Es evidente que Baal no existía; los espectadores quedaron totalmente convencidos por la magnitud del milagro de que "¡Jehová es el Dios, Jehová es el Dios!".

2 Reyes 2:19  consigna cómo la gente se quejaba de que "las aguas son malas, y la tierra provoca abortos" (Biblia de Jerusalén, nota al pie de la página). Esto era evidentemente una superstición de la época; el terreno estéril no puede hacer que las mujeres que  viven ahí sean estériles. Pero Eliseo no los reprendió por creer en semejante tontería. En cambio, realizó el milagro de sanar la esterilidad de la tierra. El relato dice que no hubo más esterilidad en la tierra o en las mujeres "conforme a la palabra que habló Eliseo". Normalmente, el pueblo habría acudido a magos para que echaran al demonio pertinente que ellos creían que estaba causando el problema. Pero el milagro hizo evidente que básicamente Dios había causado el problema, y que él podía solucionarlo fácilmente. Esta era una forma mucho más efectiva de eliminar la absurda superstición del pueblo que por un ataque frontal contra ella.

Lucifer también…

 Dejamos uno de los mejores ejemplos para el final. Isaías 14:12-15 describe cómo "Lucifer", el rey de Babilonia, quiere subir a lo alto de los cielos y usurpar el trono de Yahvéh. Aquí en realidad se está citando de una leyenda ugarítica referente al dios Attr (el término hebreo para "Lucifer" es el equivalente de esto) (6). Attr quería llegar a ser el principal de los dioses, y lo logró, según la mitología circundante. Isaías 14 cita esta parte de la leyenda, pero muestra cómo él sería arrojado a la tierra por Yahvéh, al pozo más profundo. Esto establece claramente que la Biblia usa una alusión a las falsas ideas del mundo  circundante a fin de hacer comprender la extensión del poder de Dios y, por lo tanto, la inexistencia de ídolos / demonios.

La  manera del Antiguo Testamento de deconstruir las ideas paganas pasó al Nuevo Testamento. Por ejemplo, muchos estudiantes han mostrado que el evangelio y las epístolas de Juan contienen abundantes alusiones al lenguaje de la filosofía gnóstica circundante a fin de mostrar la infinita superioridad del verdadero evangelio sobre la vana filosofía del mundo del primer siglo,  en el cual se inspiró originalmente el evangelio de Juan (7). Este es un ejemplo del Nuevo Testamento de lo que se hizo en las Escrituras de todo el Antiguo Testamento.

LA LEY DE MOISÉS

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Podríamos decir que el concepto total acerca de los "demonios" en el Antiguo Testamente no sólo se deconstruye, sino que categóricamente se subvierte. Por esto quiero decir que los términos apropiados para los demonios se recogen y se usan, pero por medio de esto no sólo se demuestra su inexistencia sino también el poder del único Dios. De este modo, las  campanitas doradas de la vestimenta de los sumos sacerdotes (Éxodo 28:33) eran familiares en las religiones locales como amuleto para ahuyentar a los demonios con el sonido de ella (8). Pero se usan en el esquema divino de las  cosas para hacer recordar de la santidad de Dios y del peligro del pecado humano que afecta a esto, y de este modo conduce a la muerte. Y así, el temor a los demonios se reemplaza por el temor de la santidad de Dios y del pecado humano. Asimismo, la placa o escarapela en el turbante del sumo sacerdote sería una reminiscencia de las placas paganas que ahuyentaban a los supuestos demonios; pero ésta hablaba de la "Santidad a Yahvéh", de  nuevo reemplazando lo negativo por lo positivo (9). Ornamentos / amuletos se usaban en aquel tiempo a fin de rechazar a los espíritus malignos; la manera en que Moisés  consigna cómo al menos dos veces Israel los echó fuera podría entenderse como una alusión de que ellos no necesitaban defensa contra demonios, a  causa de la omnipotencia de Dios (Génesis 35:4; Éxodo 32:24). O, de  nuevo, el humo del incienso se suponía que echaba fuera a los demonios (10), pero se usa la imagen para representar la oración  y la gloria de Yahvéh (Levíticos 16:3, 13; Apocalipsis 5:8).

 

Notes

(1) J.C.L. Gibson, Canaanite Myths and Legends (Edinburgh: T,T Clark, 1978).

(2) J. Gray The Legacy of Canaan (Leiden: E. J. Brill, 1957); véase también F.M. Cross, Canaanite Myth and Hebrew Epic (Cambridge, Mass.: Harvard University Press, 1973).

(3) Esto es mencionado por Werner Keller, The Bible as History (London: Hodder & Stoughton, 1957 ed.) p. 261.

(4) Arthur Gibson, Biblical Semantic Logic (Cambridge: C.U.P., 1981) pp. 35, 137.

(5) Martin Buber, The Prophetic Faith (New York: Macmillan, 1949) p. 47; también véase su On the Bible (New York: Schocken Books, 1982) p. 72.

(6) La concordancia es notable. Se encontró una tablilla en  Ras Shamra en 1929 con esta mítica leyenda, e incluyendo las mismas palabras que cita Isaías 14. Es el texto ugarítico Nº  UM129. Véase C.H. Gordon, Ugaritic Manual(Rome: P.I.B., 1955).

(7  Por ejemplo, John Carter, The Gospel of John (Birmingham: C.M.P.A., 1943). C.H. Dodd demuestra que frases en las cartas de Juan como  "Nosotros estamos en la luz", "Nosotros conocemos a Dios",  "Nosotros habitamos en Dios", etc., son todas frases gnósticas; lo que Juan está diciendo es  que  nosotros, los verdaderos creyentes, estamos en esta posición a causa de que conocemos el verdadero evangelio. De este modo, el Espíritu está aludiendo a las falsas pretensiones del mundo  circundante y mostrando que el poder del Espíritu expuso estas pretensiones  como falsas. Véase  C.H. Dodd, The Johannine Epistles (London: Hodder & Stoughton, 1953).

(8) R.E. Clements, Exodus (Cambridge: C.U.P., 1972) p. 182.

(9) Clements, ibid..

(10) Clements, ibid p. 192.

Estudio de un caso: Resef

Ahora quiero recopilar gran parte de lo que he estado diciendo para considerar a un demonio en el que muchos creen y que se llama Resef. A él se le menciona por nombre en un documento hallado en lugares tan dispares como Mari, Ugarit, Egipto, Chipre y Cartago. Esto indica la popularidad de la creencia en él entre los vecinos de Israel; vecinos que constantemente tentaban a Israel para que aceptara sus creencias, de ahí la alusión de Dios a Resef por medio de los profetas. Se pensaba que él era responsable de las plagas y la muerte violenta. Un diccionario lo define como: "Probablemente un dios de la guerra. Señor de la Flecha. Lleva cuernos de gacela en su casco. Destruye masivamente a los hombres por medio de guerra y plagas. Es el porteador de la diosa del sol Shepesh (esto parece asemejarse a Kamael de los hebreos). También se le llama Mekal (Aniquilador), y podría estar relacionado con el Miguel (Mikal) hebreo quien también es un dios de la guerra (arcángel)". De este modo, quedó establecido como el demoníaco pagano equivalente a Miguel el ángel que defendió a Israel (Daniel 12:1). Había una difundida creencia en este demonio en todas las naciones que rodeaban a Israel (1). Tan común era esta creencia que podríamos esperar una denuncia específica de su existencia de parte de Yahvéh. Pero no es así. Leemos acerca de Resef en el texto hebreo de la Biblia; y siempre Yahvéh está demostrando que lo que se supone que hace Resef, en realidad el responsable es Dios. Los milagros de las plagas y la destrucción obrados por Yahvéh durante el Éxodo, las naciones circundantes los habrían atribuido al demonio Resef; a sus ojos, tales cosas eran exactamente lo que él hacía. Pero el relato bíblico se esfuerza por enfatizar que las naciones se  vieron obligadas a reconocer que Yahvéh Dios de Israel había hecho estas cosas, y llegaron a temer su nombre; y de este modo, se  mostró que Resef no tenía existencia ni poder. Comentando respecto a los milagros del Éxodo, Habacuc 3:5 describe cómo "delante de su rostro [Yahvéh manifiesto en el ángel del Éxodo] iba mortandad, y a sus pies salían carbones encendidos [y a sus pies Resef - Biblia de Jerusalén, nota al pie]". Estar a los pies de alguien es un modismo hebreo para referirse a la humillación y destrucción. A Israel se le estaba enseñando que en el Éxodo, la  credibilidad de la existencia de Resef había sido destruida; las cosas (por ej., la peste) que se suponía las hacía él, muy evidentemente las había hecho Yahvéh Dios de Israel. Note cómo en Habacuc 3:4 es Dios, manifestado en el ángel Miguel quien sacó a Israel de Egipto, el cual tenía  "cuernos" y que era responsable de la destrucción masiva de Egipto y las naciones cananeas.

Primero que nada, se habría pensado que la súbita destrucción y plagas en Egipto era la obra de Resef. Pero Salmos 78:48-49 comenta esto: "[Él - aquí es donde debiera estar el énfasis] entregó al pedrisco sus bestias, y sus ganados a los rayos [a Resef]. [Él] envió sobre ellos el ardor de su ira [no la ira de furiosos demonios]; enojo, indignación y angustia, un ejército de ángeles destructores". La idea de que Resef tenía el poder de hacer estas cosas por su propia voluntad queda totalmente ridiculizada y expuesta como pura fantasía.

Los espiritualmente débiles dentro de Israel habrían sido tentados a creer en la existencia de Resef. La súbita destrucción del ejército asirio en las afueras de Jerusalén quizás habría parecido como la obra de Resef. Pero Salmos 76:3 comenta: "Allí [en el campo de batalla, véase contexto] [Dios] quebró las saetas del arco [a Resef]".

Nota:

 (1) Véase R.K. Harrison, Demonology” in Merril Tenney, ed., The Zondervan Encyclopaedia of the Bible (Grand Rapids: Zondervan, 1982) Vol. 2 p. 96.

Estudio de un caso: los dioses de Egipto

Considere las plagas que cayeron sobre Egipto; cada uno de esos milagros (porque eso es lo que fueron) fue designado por Dios para exponer la absoluta inexistencia de los principales demonios (ídolos) egipcios: "Ejecutaré mis juicios en todos los dioses de Egipto. Yo Jehová" (Éxodo 12:12; 15:11; Números 33:4). Por un momento, se menciona a los "dioses" como reales y existentes a fin de mostrar la total superioridad de Yahvéh sobre ellos al punto de que no existían. Note cómo fue el pueblo egipcio el que fue juzgado (Génesis 15:14); se usan sus ídolos ("dioses") por metonimia para que estén del lado de aquellos que creían en ellos. Asimismo, algunas veces se usaba a los "demonios" por metonimia para aquellos que creían en ellos (por ej., Marcos 2:32, 34). El juicio sobre los dioses de Egipto es puesto de manifiesto por una, por lo demás, oscura referencia en Éxodo 7:19 respecto a cómo habría "sangre por toda la región de Egipto, así en los vasos de madera como en los de piedra". "Madera y piedra" es un término que se usa habitualmente en la Biblia para referirse a ídolos; y "los sacerdotes egipcios solían lavar en agua las imágenes de sus dioses cada día temprano en la mañana (1). De este modo, se muestra que los dioses están efectivamente muertos y que sangran. El principal dios egipcio era el  dios del sol Ra, y al faraón se le veía como su manifestación en la tierra. Puede ser que el faraón aluda a esto cuando amenaza a Moisés: "¡Mirad como el mal [ra'a] está delante de vuestro rostro!" (Éxodo 10:10). Y la respuesta de Yahvéh fue oscurecer el sol y crear tinieblas que pudieran palparse (Éxodo 10:21).

 

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Plaga                                             Demonio / ídolo egipcio pertinente
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Las aguas se convirtieron en sangre …….. HAPI – el dios del espíritu del Nilo

Ranas.........................................................  HEKOT – la diosa de la magia que tenía cabeza de
rana

“El polvo de la tierra” se vuelve
piojos o jerjenes (Éxodo 8:16). ...….  SEB – dios del polvo de la tierra

“Enjambres de escarabajos” (Éxodo
8:21 texto hebreo)…………………………  RA y el precursor de BEELZEBÚ se semejaban
a los escarabajos; mucha joyería pagana
egipcia tiene forma de escarabajos.   

Morriña del ganado ………………………     APIS – el dios toro sagrado

Furúnculos. “Tomad puñados de        NEIT - la reina de los cielos
ceniza de..... un horno, y la esparcirá
Moisés hacia el cielo... y vendrá a
ser... sarpullido con úlceras"
(Éxodo 9:8-9).............................

 

Trueno y granizo…………………………….   SHU – dios de la atmósfera

Tinieblas…………………………………………... RA – el dios sol

Langostas…………………………………………  SERAIJA – protectora de Egipto contra
langostas
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LOS OTROS DIOSES DE EGIPTO

 

No obstante, raramente hay una negación explícita de esos dioses de parte de Dios. El puro poder de los milagros los deja en evidencia como invenciones sin sentido de los hombres. El uso del Nuevo Testamento de la terminología para describir los milagros de Jesús es otro ejemplo de esto. No hay una negación explícita de los demonios, pero su inexistencia queda demostrada por los milagros. Es significativo que el lenguaje del Nuevo Testamento acerca de la posesión de demonios sólo ocurre en el contexto del poder de Dios que se muestra por medio de sus milagros de sanidad. Y sin embargo, por lo general, Israel no captó la lección. ¿Se han preguntado alguna vez por qué Israel optó por hacer una becerro de oro? ¿Por qué no otro animal? Parece que Israel identificaba al becerro de oro con la diosa egipcia Hathor. "La diosa egipcia Hathor vino en la forma de una vaca, una  mujer con cabeza de vaca, o una mujer con cuernos de vaca y / u orejas de vaca. Ella tenía varios otros títulos, incluyendo La Dorada y Señora de la Música. Era la patrona del amor, de la maternidad, de la borrachera, de la diversión, del baile y de la música. La adoración a Hathor degeneró en inmoralidad y se le representa en algunas escenas y estatuas como una sensual joven mujer. Hathor era la protectora de  viajeros de Egipto a diversas áreas incluyendo el Sinaí". Así, Israel olvidó muy rápidamente la lección que con tanta naturalidad se le enseñó: ¡que los ídolos / demonios de Egipto no tenían poder alguno!

Las siguientes referencias a Hathor suministran un mayor entendimiento.

Hathor tenía varias formas, incluyendo una vaca, una mujer con cabeza de vaca. O una mujer con cuernos de vaca y / u orejas de vaca (2).

A Hathor también se le conocía como "La Dorada" (3).

Hathor era la protectora de los viajeros de Egipto a diversas áreas, incluyendo el Sinaí (4).

Patrona de la borrachera (5).

Hathor tenía el título de "Señora de la Música"  (6).

La adoración a Hathor incluía tocar toda  clase de instrumentos musicales junto con bailar (7).

La adoración a Hathor era para el gozo y el placer de aquellos  que participaban (9).

Hathor es también la diosa del amor (9).

Mientras consideramos la relación de Israel con Egipto, es fascinante descubrir que los sueños del faraón en los días de José eran una clara inversión de las ideas paganas circundantes. Uno de los más destacados dioses egipcios, Osiris, tenía siete vacas; José debe de haberse armado de valor para hacer comentarios que las siete vacas gordas habrían de ser devoradas por las siete flacas (Génesis 41:20; posiblemente representando a Israel a largo plazo, compare con Oseas 4:15-16; Amós 4:1). La observación que deseo hacer en el presente contexto es que las ideas paganas del faraón no eran explícitamente correctas, en cambio, la supremacía de Yahvéh y su pueblo sobre ellos se enseñó por implicación.

Muchos escritores han mostrado que hay muchísimos  relatos míticos en la cultura circundante del Oriente Medio que parecen alusiones a los milagros bíblicos como cuando se detuvo el sol, el secado del mar Rojo, etc. (10). Ellos atribuyen estos milagros a sus diversos dioses. Es muy posible que estas leyendas sean sólo corrupciones de los acontecimientos que ocurrieron en el relato bíblico, y tuvieron su origen mucho después de la ejecución de los milagros. Sin embargo, es imposible fechar con precisión el origen de estas leyendas paganas. En conformidad con la amplia evidencia de que fue Dios quien hizo tales milagros a fin de destruir la credibilidad de la mitología y filosofía circundantes, parece bastante probable que estas leyendas existían desde antes que ocurrieran los milagros bíblicos. Cuando Dios dividió el mar Rojo o detuvo la rotación de la tierra, él habría estado aludiendo poderosamente a las leyendas que declaraban que tales milagros habían sido hechos por la deidad X , Y o Z. Estaba claro que Yahvéh, el Dios de Israel, había hecho estas cosas; y en la realidad literal, no tan sólo en leyenda de un libro de cuentos.

 

 

Notes

(1) Umberto Cassuto, A Commentary on the Book of Exodus (Jerusalem: Magnes Press, 1997 ed.) p. 99.

(2) M.A. Murray, Egyptian Temples (London: Duckworth, 1931) pp. 53–54.

(3) Journal of Egyptian Archaeology, Vol. 5, p.57.

(4) Eretz Israel, Vol. 12, p.118.

(5) Joyce Tyldesley, Hatchepsut the Female Pharaoh (London: Penguin, 1998) p.171.

(6) Joyce Tyldesley, ibid p.171.

(7) M.A. Murray, op cit p. 185.

(8) Journal of Egyptian Archaeology, Vol. 5, P.57.

(9) D.B. Redford, Egypt, Canaan and Israel in Ancient Times (Princeton: Princeton University Press, 1992) p.232.

(10) M.A. Murray, op cit p.54.

(11)  Varios libros de texto de educación religiosa estándar para escuelas incluyen algunas referencias pertinentes con esto. Quizás la evidencia más notable de la extensión de las alusiones las proporciona Immanuel  Velikovsky en sus libros  Worlds in Collision [Mundos en Colisión] y Ages in Chaos [Épocas en Caos](London: Weidenfeld & Nicholson, 1957, 1959).

Digresión 6: "También los demonios creen, y tiemblan" (Santiago 2:19)

El término "demonios" se pone aquí por metonimia para referirse a la gente (supuestamente) poseída por demonios, y su observado "temblor" al momento de su sanidad. Pero no pienso que en este versículo Santiago está, por decirlo así, diciéndonos la verdad doctrinal acerca de los demonios. El contexto de Santiago 2 muestra que eso es parte de un diálogo imaginario entre el  "hombre de obras" (que piensa que las obras pueden salvar), y un "hombre de fe" (que piensa que  tan sólo por decir que creemos es suficiente y que nuestras obras son irrelevantes). Ambos de estos imaginativos hombres salen con declaraciones "erróneas", así que no es sorprendente que el "hombre de obras" menosprecie "la fe" diciendo que incluso las personas poseídas por el demonio pueden creer y ser sanadas. De por sí, difícilmente se puede tomar este pasaje como prueba de que los demonios realmente creen; la posición usual que se toma es que los demonios son ángeles caídos que no pueden creer y no pueden arrepentirse ni  ser sanados. Este pasaje, tomado incluso al pie de la letra, no contradiría ese sistema de  creencias.

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