EL CUMPLIMIENTO ESPIRITUAL DE LA LEY: LA GRACIA
Una vez habiendo entendido que los llamados cristianos en realidad son la Casa de Israel y que por tanto deben cumplir el pacto matrimonial dado por El Señor, ahora es INDISPENSABLE dejar en claro la forma en la que la Casa de Israel debe cumplir tal pacto, que como ya hemos mencionado no debe ser en su forma ritual sino espiritual. Es a este cumplimiento espiritual de la Ley a lo que la Biblia denomina como vivir bajo La Gracia. Así que esta sección la dedicaremos a hablar precisamente sobre La Gracia como el cumplimiento espiritual de la Ley.
Recapitulando lo dicho hasta aquí entendemos que el mandato de Dios es que la Casa de Israel (los llamados cristianos) TAMBIÉN CUMPLA LA LEY QUE ES EL NUEVO PACTO, pero a diferencia de la Casa de Judá (el pueblo judío), NUNCA EN SU FORMA RITUAL O LITERAL (2 Corintios 3:6) SINO SOLO EN SU FORMA ESPIRITUAL, que se resume en:
«Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, de toda tu alma y con todas tus fuerzas; y a tu prójimo como a ti mismo». Mateo 22: 34-40 / Lucas 10: 25-28 / Romanos 13:8-10 / Gálatas 5:14 / Santiago 2:8 / Deuteronomio 6:5 / Levítico 19:17-18
Los apóstoles -quienes cumplían tanto la Ley ritual como la espiritual, al igual que el Señor- enseñan a los gentiles quienes han creído en Jesucristo, a cumplir de la Ley solo su parte espiritual, la cual, por voluntad Divina corresponde cumplir a los creyentes NO JUDÍOS. Por esta razón es que ellos, los apóstoles -al igual que los profetas en la antigüedad-, enseñan el discernimiento entre la ley ritual y la espiritual:
«Así hablad, y así haced, como los que habéis de ser juzgados por LA LEY DE LA LIBERTAD [cumplimiento espiritual]«. Santiago 2:12
«Por cuanto hemos oído que algunos que han salido de nosotros, a los cuales no dimos orden, os han inquietado con palabras, perturbando vuestras almas, mandando circuncidaros y guardar la ley… Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias: que os abstengáis de lo sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación; de las cuales cosas si os guardareis, bien haréis…» Hechos 15:24-29
La Ley existe, pues, en dos partes, la esencial, invisible y eterna; y la literal, la letra en la cual está contenida y expresada la parte espiritual. La parte espiritual es en esencia la fe, mientras que la literal nos enseña la acción consecuencia de tal fe.
«¿Es, pues, esta bienaventuranza solamente para los de la circuncisión, o también para los de la incircuncisión? Porque decimos que a Abraham le fue contada la fe por justicia. ¿Cómo, pues, le fue contada? ¿Estando en la circuncisión, o en la incircuncisión? No en la circuncisión, sino en la incircuncisión. Y recibió la circuncisión como señal, como sello de la justicia de la fe que tuvo estando aún incircunciso; para que fuese padre de todos los creyentes no circuncidados, a fin de que también a ellos la fe les sea contada por justicia; y padre de la circuncisión, para los que no solamente son de la circuncisión, sino que también siguen las pisadas de la fe que tuvo nuestro padre Abraham antes de ser circuncidado. Porque no por la ley fue dada a Abraham o a su descendencia la promesa de que sería heredero del mundo, sino por la justicia de la fe. Porque si los que son de la ley son los herederos, vana resulta la fe, y anulada la promesa. Pues la ley produce ira; pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión. Por tanto, es por fe, para que sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda su descendencia; no solamente para la que es de la ley, sino también para la que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros». Romanos 4:9-16
Luego entonces, para poder iniciar con la segunda parte de este trabajo -en la que hablaremos de la Gracia- deberá quedar perfectamente claro que la Escritura enseña que el cumplimiento espiritual de la Ley es la justicia, la misericordia y la fe; y que haciendo esto, la Casa de Israel cumple espiritualmente la Ley y hereda la vida eterna. Vivir bajo la Gracia Divina significa ya no tener la obligación de cumplir con la parte ritual y literal de la Ley, sino solo con la parte espiritual de ésta, porque:
«El justo por la fe vivirá». Romanos 1:17 / Gálatas 3:11 / Hebreos 10:38
«Porque juicio sin misericordia se hará con aquel que no hiciere misericordia; y la misericordia triunfa sobre el juicio». Santiago 2:13
Pablo enseña a la Casa de Israel el cumplimiento espiritual
«Para esto yo fui constituido predicador y apóstol (digo verdad en Cristo, no miento), y maestro de los gentiles en fe y verdad». 1 Timoteo 2:7
El apóstol Pablo, judío de la tribu de Benjamín (Romanos 11:1), como profeta y maestro que también fue (Hechos 13:1) se le hizo entender a la perfección (Efesios 3:5) que la Casa de Israel, perdida entre las naciones, debía ser regresada al Padre mediante la Gracia, para lo cual fue encomendado (Hechos 9:15 / Hechos 13:47 / Gálatas 2:8-9) a fin de instruir a tales tribus de la Casa de Israel rescatadas por nuestro Señor Jesucristo (Ezequiel 34:22-24 / Jeremías 23:3-6 / Isaías 49:5-7) de entre la gentilidad: los cristianos.
«el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra [ritos y preceptos], sino del Espíritu [cumplimiento espiritual]; porque la letra [ritos y preceptos] mata, mas el Espíritu [cumplimiento espiritual] vivifica». 2 Corintios 3:6
Cuando Pablo enseña a la Casa de Israel que la letra mata, se refiere al rito o la obra; a la ejecución literal de la Ley que algunos judíos efectuaban de manera formal y ritual, sin la debida comprensión espiritual, que es la parte esencial de dicha Ley (Mateo 23:23). Y al mostrarnos que es el Espíritu el que vivifica, nos habla del cumplimiento espiritual de la misma Ley, cumplimiento éste el cual, insistimos, la Casa de Israel está llamada a realizar únicamente (Gálatas 2:16 / Hechos 7:38).
«¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿POR CUÁL LEY? ¿POR LA DE LAS OBRAS [ritos y preceptos]? No, sino POR LA LEY DE LA FE [cumplimiento espiritual]«. Romanos 3:27
«Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley [cumplimiento ritual o al pie de la letra], sino bajo la gracia [cumplimiento espiritual]«. Romanos 6:14
«Porque todos los que dependen de las OBRAS DE LA LEY están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas». Gálatas 3:10
«Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a guardar TODA LA LEY. De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; DE LA GRACIA HABÉIS CAÍDO». Gálatas 5:3-4
En el siguiente capítulo te mostraré cómo es que Pablo enseña a extraer los principios espirituales de los ritos de la Ley y cómo se deben cumplir tales principios.
Pecar es desobedecer la Ley
Antes de continuar te debe quedar bien claro lo que significa exactamente pecar. A veces cuando oímos la palabra pecar, vienen a nuestras mentes acciones como matar, robar o cometer adulterio. Si bien no es del todo inexacto, puesto que estas, entre otras acciones son pecaminosas, no definen al pecado en sí.
Una de las palabras hebreas usadas para pecado es jatta’t (Strong #H2403) que significa errar en el camino o no dar en el blanco. Otra de ellas es pesha’ (Strong H #6588), la cual nos indica una transgresión, es decir, ya sea literal o figuradamente significa pisar en terrenos que no nos corresponden.
«Cualquiera que haga tropezar [pecar] a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar». Mateo 18:6
En todo caso, el término hebreo para pecar se relaciona con el andar o los pies. De ahí que se extienda a pisar, tropezar o transgredir. Pensemos en un césped con un letrero que dice precisamente «NO PISAR EL CESPED»: aquella persona quien desobedezca el letrero estará transgrediendo el mandato, estará pisando o pecando.
Entonces, la definición simple de pecar es sencillamente desobedecer la Ley, transgrediéndola, pisándola.
«Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; PUES EL PECADO ES INFRACCIÓN DE LA LEY«. 1 Juan 3:4
Por ello, cuando la Palabra amonesta a la Casa de Israel (los verdaderos cristianos) para no pecar, se entiende que se le está llamando a cumplir la Ley en su forma espiritual, que es el que enseñaron a obedecer los apóstoles a esa parte del pueblo de Dios.
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