LA RUPTURA...EL REINO SE ROMPE EN DOS PEDAZOS.
El reino se rompe en dos pedazos
A la octava hora de nuestro reloj profético ocurre una desgracia tan grave y profunda que alteró no solo nuestro presente, sino también el futuro de toda la humanidad: el próspero reino de Israel se fractura en dos partes. A partir de este capítulo y durante los restantes estaré explicándote cuidadosamente las repercusiones de estos hechos hasta el día de hoy y para los días que vienen.
Consecuencias de no obedecer el Pacto
Por medio de Moisés El Señor ya había advertido a su pueblo las consecuencias de desobedecer su Pacto (Deuteronomio 4:26-28 / Deuteronomio 29:21-28). Incluso por Mandato todo rey de Israel debía estudiar constantemente la Ley (Deuteronomio 17:15-19), pero El Señor fue más allá con Salomón pues se le apareció para reiterarle la advertencia:
“Pero SI USTEDES, Y LOS HIJOS DE USTEDES, se rebelan y se empeñan en apartarse de mí, y desobedecen los mandamientos y estatutos que he puesto ante ustedes, y se van a servir y adorar a dioses ajenos, YO ARRANCARÉ AL PUEBLO DE ISRAEL DE LA TIERRA QUE LE DI POR HERENCIA, y abandonaré este templo que fue edificado en mi honor y que yo consagré, y todas las naciones se burlarán de Israel”. 1 Reyes 9:6-7 RVC
Salomón falla en su fidelidad al Pacto
Pero al parecer a Salomón no le importó la advertencia, pues lejos de buscar ser fiel al Pacto como su padre, se permitió casarse con una princesa egipcia y con muchas otras princesas extranjeras y construyó altares para que todas sus mujeres adorasen a sus respectivos dioses y los adoró junto con ellas (1 Reyes 11:1-8). Como no podía ser de otra forma, alentado por el mal ejemplo de Salomón, todo Israel le era infiel a Dios:
“Y es que me han abandonado y se han entregado al culto de Astoret, la diosa de los sidonios; de Quemos, el dios de Moab; y de Moloc, el dios de los amonitas. Han abandonado mis caminos, han dejado de hacer lo recto delante de mis ojos, y no han cumplido con mis estatutos y mis decretos, cosa que nunca hizo David, su padre”. 1 Reyes 11:33 RVC
Por lo que la Paciencia de Dios se acabó y su Ira se encendió contra Salomón:
“El Señor se enojó mucho contra Salomón porque su corazón se apartó de él, a pesar de que el Señor se le había aparecido dos veces y le había insistido que no adorara ni sirviera a dioses ajenos, pero Salomón no le hizo caso al Señor”. 1 Reyes 11:9-10 RVC. Así le informó lo que se había determinado contra él:
“Entonces el Señor le dijo a Salomón: Como te has portado tan mal, y no has cumplido con tu pacto conmigo, ni has obedecido los estatutos que te di, VOY A DIVIDIR TU REINO, PARA ENTREGÁRSELO A UNO DE TUS SERVIDORES. Pero, por amor a tu padre David, no lo haré mientras vivas. Esto lo haré cuando tu hijo llegue a ser rey. Pero no desharé totalmente el reino, sino que, por amor a tu padre David y a la ciudad de Jerusalén que yo elegí, a tu hijo le daré una tribu”. 1 Reyes 11:11-13 RVC.
Por medio del profeta Ajias, El Señor confirmó que iba a dividir el reino en dos:
“Ajías tomó el manto y lo dividió en doce pedazos, y le dijo a Jeroboán: Estos diez pedazos son para ti, porque así ha dicho el Señor, el Dios de Israel: Voy a dividir el reino de Salomón, y a ti voy a darte DIEZ TRIBUS [Israel]. A Salomón voy a dejarle UNA SOLA TRIBU [Judá], por causa de mi siervo David, su padre, y de Jerusalén, la ciudad que yo elegí de entre todas las tribus de Israel”. 1 Reyes 11:30-32 RVC
Jeroboam era un funcionario de Salomón en los asuntos concernientes a la región del norte (1 Reyes 11:28). La Biblia da testimonio de su celo por el bienestar de sus coterráneos (1 Reyes11:26-28)
Al enterarse de la profecía, Salomón que ya estaba lleno de maldad intentó matar a Jeroboam (1 Reyes 11:40), pero el Decreto estaba en marcha y ya no habría más un reino sino dos: ISRAEL Y JUDÁ.
La ruptura
A la muerte de Salomón su hijo Roboam subió al trono de Israel, pero su soberbia, inexperiencia y necedad provocaron que las diez tribus del norte, lideradas por Jeroboam se rebelaran contra Judá y terminaran separándose (1 Reyes 12:1-19).
La división estaba consumada, al norte quedaba Israel y al sur Judá:
“Así se apartó Israel de la casa de David [dinastía que rige Judá] hasta hoy”. 1 Reyes 12:19
“Y aconteció que oyendo todo Israel que Jeroboam había vuelto, enviaron a llamarle a la congregación, y le hicieron rey sobre todo Israel, sin quedar tribu alguna que siguiese la casa de David, sino solo la tribu de Judá”. 1 Reyes 12:20
Puesto que el reino del norte se había quedado con la mayoría de las tribus conservaría el nombre de Israel, al sur quedaría la tribu de Judá y ese nombre fue el que en adelante llevó ese reino.
A partir de este punto todos los escritos, incluso los que hoy están incluidos en la Biblia, seguirán la línea de uno u otro reino, haciendo siempre distinción entre Israel y Judá.
Por ejemplo, para los reyes de Israel se escribió el libro de LAS HISTORIAS DE LOS REYES DE ISRAEL:
“Los demás hechos de Jeroboam, las guerras que hizo, y cómo reinó, todo está escrito en el libro de las historias de los reyes de Israel”. 1 Reyes 14:19
En tanto que para los reyes de Judá se escribió otro libro aparte, el de LAS CRÓNICAS DE LOS REYES DE JUDÁ:
“Los demás hechos de Roboam, y todo lo que hizo, ¿no está escrito en las crónicas de los reyes de Judá?” 1 Reyes 14:29
Todavía el rey de Judá quiso volver a anexar su reino a las tribus rebeldes del norte, pero El Señor se lo prohibió deteniendo la guerra fratricida que estaba por comenzar (1 Reyes 12:21-24 / 2 Cr 11:1-4).
Las cosas en el reino del sur no mejoraron y Roboam siguió pecando igual que su padre y todo Judá con él (2 Crónicas 12:1-14).
Con la esperanza de que al menos en la nación del norte las cosas fueran mejor y como quien secciona un miembro con gangrena para salvar el resto del cuerpo, la mayor parte del reino había sido entregado a Jeroboam, a quien El Señor le anunció:
“Yo te he elegido para que reines sobre Israel y hagas lo que te parezca bien. Si pones atención a todo lo que yo te ordene y no te desvías de mis caminos, y si haces lo recto delante de mis ojos y cumples mis estatutos y mandamientos, como lo hizo mi siervo David, yo te acompañaré siempre y estableceré tu dinastía, como lo hice con David, y te entregaré el pueblo de Israel”. 1 Reyes 11:37-38 RVC
Pero Jeroboam pecó también haciendo no uno, sino dos becerros de oro para que el pueblo los adorase. Bajo el auspicio del rey la idolatría y la maldad cundieron también en Israel, reino del norte (1 Reyes 12:28-33).
Así que Jeroboam tuvo que ser amonestado duramente (1 Reyes 13:1-4) pero al rey de Israel poco le duró el arrepentimiento, pues pronto volvió a la idolatría (1 Reyes 13:33-34).
Por lo que El Señor envió a un profeta a anunciarle que El Señor estaba en contra de él (1 Reyes 14:7-14) y también contra Israel:
“El Señor sacudirá a Israel al modo que la caña se agita en las aguas; y ÉL ARRANCARÁ A ISRAEL DE ESTA BUENA TIERRA QUE HABÍA DADO A SUS PADRES, Y LOS ESPARCIRÁ MÁS ALLÁ DEL EUFRATES, por cuanto han hecho sus imágenes de Asera, enojando a El Señor. Y él entregará a Israel por los pecados de Jeroboam, el cual pecó, y ha hecho pecar a Israel”. 1 Reyes14:15-16
En Jeroboam había recaído la esperanza de que al menos las diez naciones del norte se salvaran de la muerte espiritual resultante de apartarse del Pacto, pero Jeroboam le falló al Señor fomentando la idolatría en Israel.
Si bien Salomón había provocado una profunda fisura que terminó dividiendo el reino, fue Jeroboam el que resquebrajó a la nación que se le había confiado. Siglos más adelante Israel, la nación del norte, terminó rompiéndose en pedazos a los que se llevó el viento.
Ya no había marcha atrás, se había determinado desde lo Alto que las tribus del norte serían desarraigadas de su tierra:
“Pero si ustedes se apartan de los estatutos y mandamientos que les he propuesto, y los abandonan por ir y adorar a dioses ajenos, YO LOS ARRANCARÉ DE LA TIERRA QUE LES HE ENTREGADO; y este templo, que he consagrado a la honra de mi nombre, lo arrojaré de mi presencia y haré de él la burla y el escarnio de todos los pueblos”. 2 Crónicas 7:19-20 RVC
En el siguiente estudio te explicaré cómo El Señor cumplió su advertencia de desarraigar de su tierra a Israel y cómo sus habitantes fueron esparcidos por los asirios entre muchas naciones. Esto para ti es de suma importancia, porque tú eres descendiente de aquellos israelitas que fueron esparcidos.
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