MI CERTEZA Y CONVICCIÓN....EL ISRAEL DE DIOS...UNO SOLO EN EL CORAZÓN DEL PADRE.
Ahora bien, quizás luego de conocer toda esta información que te he presentado aquí tal vez te harás la misma pregunta que me hice yo al concluir mi investigación:
¿Por qué es hasta ahora que se empiezan a conocer los hechos concernientes a la Casa de Israel? ¿Si son tan importantes, cuál es la razón de que no se hayan sabido con anterioridad?
Como has podido constatar, todo lo que te he presentado siempre ha estado en la Biblia, pero al parecer alguien se ha encargado de mantenerlo en lo oculto.
Alguien que persistentemente, generación tras generación, ha trabajado para que cristianos y judíos no se asuman como un solo pueblo: Israel, sino como entidades diferentes e incluso opuestas.
Imagina que te han dejado una herencia porque resulta que acorde a tu linaje familiar que estaba perdido posees los derechos de primogenitura. Tales derechos constan en un documento que aunque muy antiguo AÚN ES VÁLIDO.
Imagina también que poseer tales derechos de primogenitura significa que te toca la mayor parte de una herencia tan cuantiosa que su valor es incalculable.
Pero alguien se ha encargado de impedir que tú te enteres de todo ello porque pretende quedarse con lo que legítimamente te corresponde.
Pues eso es precisamente lo que ha ocurrido en este caso. Todo ello está en la Biblia.
Acorde a la Biblia el primogénito se queda con la mayor parte de la herencia
Conforme al Mandato de Dios, poseer los derechos de primogenitura no solo permitía suceder al padre como jefe de la familia, sino también heredar una porción doble de los bienes de su progenitor.
Lo maravilloso del asunto es que el Mandato tal cual está Escrito encaja perfectamente bien con las diferentes situaciones tanto de la Casa de Judá como de la Casa de Israel, de las cuales una es la mujer amada y la otra la aborrecida:
“Si un hombre tuviere dos mujeres, la una amada [Judá] y la otra aborrecida [Israel], y la amada y la aborrecida le hubieren dado hijos [descendientes], Y EL HIJO PRIMOGÉNITO FUERE DE LA ABORRECIDA; en el día que hiciere heredar a sus hijos lo que tuviere, no podrá dar el DERECHO DE PRIMOGENITURA al hijo de la amada con preferencia al hijo de la aborrecida, que es el primogénito; Mas AL HIJO DE LA ABORRECIDA [la Casa de Israel] RECONOCERÁ COMO PRIMOGÉNITO, PARA DARLE EL DOBLE DE LO QUE CORRESPONDIERE A CADA UNO DE LOS DEMÁS; porque él es el principio de su vigor, y suyo es el derecho de la primogenitura”. Deuteronomio 21:17
La Biblia es un documento legal VIGENTE y reconocido nada menos que por el JUEZ SUPREMO, como lo sería un contrato, o más precisamente, UN TESTAMENTO O ÚLTIMA VOLUNTAD. Y este documento legal dice QUE LOS DERECHOS DE PRIMOGENITURA DEL PUEBLO SANTO PERTENECEN A JOSÉ.
Aunque Rubén fue el primogénito, debido a una falta grave (Génesis 35:22 / Génesis 49:3-4) sus derechos de primogenitura le fueron quitados y cedidos a su hermano José y por extensión a sus hijos:
“Los hijos de Rubén primogénito de Israel (porque él era el primogénito, mas como violó el lecho de su padre, sus derechos de primogenitura fueron dados a los hijos de José, hijo de Israel, y no fue contado por primogénito; bien que Judá llegó a ser el mayor sobre sus hermanos, y el príncipe de ellos; mas EL DERECHO DE PRIMOGENITURA FUE DE JOSÉ)”. 1 Crónicas 5:1-2
La primogenitura de José heredada a Efraín
En Egipto José tuvo dos hijos: Efraín y Manasés (Génesis 41:50-52), pero aunque Manasés era mayor que Efraín, fue el menor el que recibió la primogenitura (Jeremías 31:9).
Jacob amó tanto a José que a sus nietos los adoptó como hijos propios (Génesis 48:5-6) y al bendecirlos, bendijo a Efraín por encima de su hermano mayor, Manasés (Génesis 48:8-14 / 17-20).
Por ello es que posteriormente a todo el reino del norte –Israel– se le comenzó a llamar como su tribu más importante, Efraín:
“Irán con lloro, mas con misericordia los haré volver, y los haré andar junto a arroyos de aguas, por camino derecho en el cual no tropezarán; porque soy a Israel por padre, y EFRAÍN ES MI PRIMOGÉNITO”. Jeremías 31:9
Ya desde antes de conquistar la Tierra Prometida las tribus de José y Judá eran las dos principales. Como ya te mostré en este trabajo, al reparto del territorio una quedó en el norte (representada por la media tribu de Efraín, la mayor) y la otra en el sur. A la posterior división del reino generalmente los profetas a la nación del norte le llamaban Efraín y a la del sur Judá:
“Y la dividirán en siete partes; y Judá quedará en su territorio al sur, y los de la casa de José en el suyo al norte…” Josué 18:5
El plan de quedarse con toda la Herencia
Por ello es que ciertos judíos –no todos– que ocuparon el territorio y lo hicieron llamar Israel (aunque más bien debieron llamarlo Judá) desde hace siglos no quieren que los primogénitos de la Casa de Israel (José – Efraín) se enteren de que lo son pues temen que reclamen los derechos de la tierra que POR LEY les pertenece:
“Y vino a mí palabra de El Señor, diciendo: Hijo de hombre, tus hermanos, tus hermanos, los hombres de tu parentesco y TODA LA CASA DE ISRAEL, toda ella son aquellos a quienes dijeron los moradores de Jerusalén: ALEJAOS DE EL SEÑOR; A NOSOTROS ES DADA LA TIERRA EN POSESIÓN.” Ezequiel 11: 14-15
Esta profecía pone en evidencia a ciertos moradores de Jerusalén pertenecientes a la parte de la Casa de Judá (que no siguen a Jesucristo) quienes desde hace algunos siglos han conspirado para quedarse con la Herencia que en su mayor parte corresponde a la Casa de Israel (los seguidores de Jesucristo). Su intención es quedarse con el territorio correspondiente a la Tierra Santa proclamándose como los únicos y legítimos propietarios.
Ahora bien, no serán los hombres los que repartirán tal Herencia (Hebreos 9:15 / Hebreos 10:34) sino El Señor y la repartición SERÁ EN LA SIGUIENTE VIDA NO EN ESTA:
“Para una HERENCIA incorruptible, incontaminada e inmarcesible, RESERVADA EN LOS CIELOS para vosotros”. 1 Pedro 1:4
Por lo que de ninguna manera debemos enfrascarnos en disputas vanas ni por los bienes de este mundo ni por los venideros, sino más bien comenzar a expandir con gozo esta información para que todos quienes seguimos a Jesucristo nos gocemos pues SOMOS INMENSAMENTE RICOS:
“Pido que Dios les ilumine la mente, para que sepan cuál es la esperanza a la que han sido llamados, CUÁN GLORIOSA Y RICA ES LA HERENCIA QUE DIOS DA AL PUEBLO SANTO”. Efesios 1:18 DHH
Un solo pueblo
Una vez dicho todo lo anterior, espero que no te sorprendas de oírme afirmar que ni los llamados cristianos por sí solos son el pueblo elegido, ni tampoco los llamados judíos por si mismos lo son, pues el pueblo elegido siempre ha sido y lo será ISRAEL.
Ni la Casa de Israel (descendientes de las 10 tribus del norte) ni la Casa de Judá (descendientes de las 2 tribus del sur + Leví) son Israel por sí mismos, sino SOLO PARTES DE ÉSTE. PERO UNA VEZ REUNIFICADAS LAS DOS CASAS VOLVERÁ A SURGIR EL VERDADERO Y ÚNICO ISRAEL DE DIOS.
“…para que todos sean UNO; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean UNO en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste”. Juan 17:21
Hasta que no se unan en un solo pueblo no serán el Israel de Dios, porque a Israel lo conforman las doce tribus, no dos ni diez.
«Oye, Israel: El Señor nuestro Dios, El Señor UNO es». Deuteronomio 6:4
En la Resurrección, juntos seremos un solo pueblo, una sola nación, ya no habrá más gentil (incircunciso) ni judío (circunciso).
“Porque Él es nuestra paz, QUE DE AMBOS PUEBLOS HIZO UNO, derribando la pared intermedia de separación…” Efesios 2:14
“Acontecerá en aquel día, que trillará El Señor desde el río Eufrates hasta el torrente de Egipto, y vosotros, HIJOS DE ISRAEL, SERÉIS REUNIDOS UNO A UNO. Acontecerá también en aquel día, que se tocará con gran trompeta, Y VENDRÁN LOS QUE HABÍAN SIDO ESPARCIDOS EN LA TIERRA DE ASIRIA, y los que habían sido desterrados a Egipto, y adorarán a El Señor en el monte santo, en Jerusalén.” Isaías 27:12-13
“…y les dirás: Así ha dicho El Señor: He aquí, yo tomo a los hijos de Israel de entre las naciones a las cuales fueron, y los recogeré de todas partes, y los traeré a su tierra; Y LOS HARÉ UNA NACIÓN EN LA TIERRA, en los montes de Israel, y un rey será a todos ellos por rey; Y NUNCA MÁS SERÁN DOS NACIONES, NI NUNCA MÁS SERÁN DIVIDIDOS EN DOS REINOS.” Ezequiel 37:21-22
El verdadero sentido del llamado cristianismo
Fue el mundo el que llamó por primera vez cristianos a los seguidores del Cristo en Antioquía (Hechos 11:26), pero en realidad, como ya hemos mostrado, NUESTRO PADRE CELESTIAL NO NOS LLAMA POR ESE NOMBRE, SINO CASA DE ISRAEL. Esto es algo que no debe ser pasado por alto y enseguida explico porqué.
No es que el ser llamados cristianos tenga algo de malo (pues cristiano significa seguidor del Cristo o Mesías), pero al no ser llamados como debe ser, Casa de Israel, se pierde por completo todo el vasto y asombroso significado que está en contacto directo con la parte profética y sobrenatural de la Escritura. Por ello es que he tomado como propósito no solo sumarme a la labor del Señor, en la medida de mis muy limitadas posibilidades, de encontrar a sus ovejas perdidas sino también ayudar restaurando el mayor número posible de significados espirituales preservados dentro de la Escritura, pues son el alimento que mantiene al pueblo de Dios con vida (Oseas 4:6).
Es mi convicción que el llamado que Dios hace a aquellos sus hijos, ovejas perdidas de la Casa de Israel en la dispersión es que una vez arrepentidos de haber andado en los malos caminos de las naciones (Lucas 15:11-17) -a donde El Señor en su ira echó a nuestros padres- ya convertidos y restaurados, sean alistados para volver al Único Dios en Su Tierra Prometida, nuestra verdadera patria. ¡En eso se deben centrar nuestras enseñanzas al pueblo santo!
Por tanto, debemos preguntarnos sinceramente si habremos entendido el verdadero sentido de lo que hasta hoy vagamente hemos conocido como cristianismo, que no es otra cosa sino la señal del comienzo de la restauración del reino de Israel (Hechos 1:6).
Por generaciones los hombres se han empeñado en construir una tras otra religiones falsas en torno al Bendito Nombre del que se nos ha dado a conocer como Jesús, El Cristo. Siglo tras siglo de desatención al verdadero mensaje de la profecía han dado como resultado una fe confusa, desarticulada y alejada del verdadero objetivo de seguir al Príncipe enviado a recolectar las ovejas perdidas de su pueblo Israel. (Mateo 24:14).
¿Acaso no es en realidad el verdadero sentido de la Escritura y el propósito de nuestras vidas ayudar con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma, con toda nuestra mente y con todas nuestras fuerzas en la tarea de buscar y reunir a TODOS NUESTROS HERMANOS QUE AÚN FALTAN, las ovejas perdidas de la Casa de Israel? Que El Poderoso de Israel nos ayude a todos en esa tarea y nos libre de estorbarle (Lucas 11:23).
¡Shalom Casa de Judá; Maranata Casa de Israel!
“Sucederá que cuando hubieren venido sobre ti todas estas cosas, la bendición y la maldición que he puesto delante de ti, Y TE ARREPINTIERES en medio de todas las naciones adonde te hubiere arrojado “El Señor tu Dios, Y TE CONVIRTIERES a El Señor tu Dios, y obedecieres a su voz conforme a todo lo que yo te mando hoy, tú y tus hijos, con todo tu corazón y con toda tu alma, entonces El Señor hará volver a tus cautivos, y tendrá misericordia de ti, y volverá a recogerte de entre todos los pueblos adonde te hubiere esparcido El Señor tu Dios. Aun cuando tus desterrados estuvieren en las partes más lejanas que hay debajo del cielo, de allí te recogerá El Señor tu Dios, y de allá te tomará…” Deuteronomio 30:1-4
“Y yo mismo recogeré el remanente de mis ovejas de todas las tierras adonde las eché, y las haré volver a sus moradas; y crecerán y se multiplicarán. Y PONDRÉ SOBRE ELLAS PASTORES que las apacienten; y no temerán más, ni se amedrentarán, ni serán menoscabadas, dice El Señor. He aquí que vienen días, dice El Señor, en que levantaré a David renuevo justo, y reinará como Rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia en la tierra. En sus días SERÁ SALVO JUDÁ, E ISRAEL HABITARÁ CONFIADO; y este será su nombre con el cual le llamarán: EL SEÑOR, justicia nuestra”. Jeremías 23:3-6
“…y al llegar a casa, reúne a sus amigos y vecinos, diciéndoles: Gozaos conmigo, porque he encontrado mi oveja que se había perdido”. Lucas 15:6
“Mas era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano era muerto, y ha revivido; se había perdido, y es hallado”. Lucas 15:32
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