LA GRACIA Y LA CASA DE ISRAEL.




 Recapitulando lo aprendido tenemos que:

1.- Dios determinó usar la figura del matrimonio para iniciar una relación con su pueblo elegido (Jeremías 3:14)

2.- Para tal fin formalizó un Pacto Matrimonial: la Ley de Moisés (Ezequiel 16:8)

3.- Pero debido al incumplimiento de ese que fue el Primer Pacto Dios se divorció de Israel aunque perdonó a Judá (Jeremías 3:8 / Jeremías 31:32 / Oseas 1:6-7)

4.- Finalmente tuvo Misericordia de Israel ofreciendo un Nuevo Pacto a su descendencia (Oseas 2:19 / Jeremías 31:33)

5.- En lo que respecta a la Casa de Israel, el Nuevo Pacto consiste en el cumplimiento de la parte espiritual de la Ley original. Tal cumplimiento espiritual consiste en amar a Dios y al prójimo mediante buenas obras (Gálatas 5:14)


En este estudio te hablaré un poco más a fondo de los elementos de este último punto: La Casa de Israel, el Nuevo Pacto, la Gracia, el cumplimiento espiritual, la misericordia, la compasión y las buenas obras.

LA GRACIA, LA MISERICORDIA Y LA COMPASIÓN.

Para empezar entendamos el significado bíblico de la palabra Gracia.

“Pero Noé halló Gracia ante los ojos del Señor”. Génesis 6:8

El pasaje de Génesis nos dice que Noé halló Gracia ante los ojos del Señor y por lo que sabemos que sucedió a continuación en esa historia podemos entender que hallar Gracia significó para Noé QUE DIOS SE COMPADECIÓ DE ÉL, ES DECIR, LE TUVO MISERICORDIA.

Del término gracia se derivan otros como gratis, gratuito, gracias, etc. Toda gracia es una dádiva, un obsequio; es algo que se otorga siempre por compasión o misericordia y por tanto sin costo para el que lo recibe. Aquello que se regala es motivado por el puro deseo de ayudar y es por eso que no se cobra por ello.

«Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia. No os proveáis de oro, ni plata, ni cobre en vuestros cintos». Mateo 10:8-9

“…siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús…” Romanos 3:24

Por su parte, cualquier diccionario nos dirá de los términos compasión y misericordia más o menos lo siguiente:

Compasión: Sentimiento de tristeza que produce el ver padecer a alguien y que impulsa a aliviar su dolor o sufrimiento, a remediarlo o a evitarlo.

Misericordia: Inclinación a sentir compasión por los que sufren y ofrecerles ayuda. Cualidad de Dios, en cuanto a ser perfecto, por la cual perdona los pecados de las personas.

Por tanto, Vivir bajo la Gracia Divina es vivir con compasión y misericordia. Porque tal como Dios ha tenido Misericordia con nosotros, así también nosotros debemos tener compasión con los necesitados (Mateo 18:23-35 / Marcos 10:16-18).


“Así que, todas las cosas que queráis que los hombres HAGAN con vosotros, así también HACED VOSOTROS CON ELLOS; porque esto es la ley y los profetas”. Mateo 7:12

“¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones? Él dijo: El que usó de misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: Ve, y haz tú lo mismo”. Lucas 10:36-37

Por todo lo leído anteriormente podemos concluir que la gracia, la misericordia y la compasión son lo mismo: las buenas obras hechas con amor puro y genuino.

Teniendo esto en cuenta pasemos al siguiente punto que quiero mostrarte:


¿PUEDE SALVAR LA FE SIN OBRAS?

Sabemos que la Escritura nos muestra que aquellos que creen serán salvos:

“…que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.” Romanos 10:9

Sin embargo, no es correcto pensar que la sola fe por sí misma salva, sino que lo que salva al creyente es lo que esa fe produce. Así lo muestra la carta escrita por Santiago a las doce tribus en la dispersión:

“Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle?” Santiago 2:14

Santiago, maestro de las doce tribus ( Santiago 1:1) desde Jerusalén hace una pregunta a los creyentes de su tiempo que aún en nuestros días es válida. ¿Puede la fe sin obras salvar a alguien?

Y hace esta pregunta para sacar del error a aquellos que pensaban que el solo hecho de creer era suficiente para la salvación, pues acorde a su enseñanza, LA VERDADERA Y ÚNICA FE ES LA QUE SE EXPRESA MEDIANTE BUENAS OBRAS:

“Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? ASÍ TAMBIÉN LA FE, SI NO TIENE OBRAS, ES MUERTA EN SÍ MISMA”. Santiago 2:15-17

“Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras”. Santiago 2:18

San-Tiago (o mejor dicho Jacobo) nos muestra que los demonios tienen fe, pues creen en el Señor; confiesan que Él es el hijo de Dios y hasta tiemblan, se arrodillan y obedeciéndole se le sujetan (Lucas 4:41 / Marcos 5:2 -7 / Mateo 8: 28-32), pero eso no les salva del castigo, pues al carecer del amor sobrenatural que solo el Espíritu Santo puede producir en los que en verdad aman al Señor, son incapaces de hacer buenas obras genuinas.

“Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan”. Santiago2:19

Los demonios también tienen fe y hasta obedecen, pero tal fe por sí sola no salva. En el momento decisivo en que nuestras vidas sean juzgadas, serán las buenas obras, efectuadas con amor sobrenatural verdadero (1 Corintios13:1-13) -no fingido- (1 Pedro 1:22 / Romanos 12:9), las que hablarán por nosotros, pues van a ser usadas como evidencia a nuestro favor como prueba de nuestra fe. Porque nadie puede demostrar que se tiene fe sin obras, pues solo las buenas obras son evidencia de la fe que salva.

“Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe…Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también LA FE SIN OBRAS ESTÁ MUERTA”. Santiago 2:24-26

Las buenas obras no compran la salvación, pero si en verdad el Espíritu vive en nosotros, la fe sobrenatural que Éste produce se manifestará en buenas obras (Santiago 2:14-26 / 2 Corintios 8:2-7). El apóstol Pablo enseña esto mismo:

“…el cual pagará a cada uno CONFORME A SUS OBRAS: VIDA ETERNA A LOS QUE, PERSEVERANDO EN BIEN HACER, buscan gloria y honra e inmortalidad…” Romanos 2:6-7

Así que la única fe que salva es la que está expresada en buenas obras de amor genuino. Luego entonces si nosotros vivimos bajo la Gracia y no somos compasivos con los hombres -tal como Dios lo fue con nosotros al pagar nuestra remisión con su Hijo-, cometemos el mismo pecado que aquel rico que vivía con esplendidez y nunca se compadeció de Lázaro, el mendigo a cuyas puertas se sentaba.

“Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez. Había también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquél, lleno de llagas, y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas. Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado”. Lucas 16: 19-22

LA ENSEÑANZA DE PABLO RESPECTO A LAS OBRAS.

Ahora analicemos una enseñanza de Pablo que pareciera contradecir lo que a su vez enseña Santiago:

“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; NO POR OBRAS, PARA QUE NADIE SE GLORÍE”. Efesios 2:8-9

A primera vista, parecería que la carta de Efesios, escrita por el apóstol Pablo, contradice lo que Santiago enseña. Pues mientras que Santiago sostiene que la fe sin obras de nada sirve, Pablo dice que la salvación no es por obras. Sin embargo no es así. Vamos por partes:

Está claro que cuando en este pasaje Pablo habla de ser salvos por GRACIA significa que la salvación es GRATUITA Y NO MEDIANTE EL PAGO DE OBRAS, pero hay una pregunta que vale la pena hacerse: ¿a qué obras se está refiriendo Pablo?

Cuando el apóstol dice “para que nadie se gloríe” está haciendo referencia a aquellos judíos que se gloriaban del número de sus prosélitos, el número de gentiles que conseguían convencer de circuncidarse, esto es, convertirse al judaísmo:

“Porque ni aun los mismos que se circuncidan guardan la ley; pero quieren que vosotros os circuncidéis, PARA GLORIARSE EN VUESTRA CARNE”. Gálatas 6:13

“¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque recorréis mar y tierra para hacer un prosélito, y una vez hecho, le hacéis dos veces más hijo del infierno que vosotros”. Mateo 23:15

Ahora, veamos otros pasajes en los que Pablo habla acerca de la salvación y las obras:

“…ya que por las OBRAS DE LA LEY ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado”. Romanos 3:20

“…sabiendo que el hombre no es justificado por las OBRAS DE LA LEY, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por LAS OBRAS DE LA LEY, por cuanto por LAS OBRAS DE LA LEY nadie será justificado”. Gálatas 2:16

Así que las obras a las que Pablo se refiere -cuando dice que no salvan-, SON LAS OBRAS DE LA LEY, pero ¿Cuáles son las obras de la Ley?

LAS OBRAS DE LA LEY SON LOS RITOS, MANDAMIENTOS Y PRECEPTOS.

Pablo, al hablar de las obras de la Ley, se refiere al cumplimiento de los ritos, mandamientos y preceptos que la ley de Moisés, el Primer Pacto, manda (Levítico 10:11 / Éxodo 31:16).

Recordemos que, como ya anotamos al principio del capítulo, para nosotros la Casa de Israel, vivir bajo el Nuevo Pacto significa que la salvación es gratuita porque no requiere que paguemos por ella cumpliendo tales ritos, es decir, que para salvarse no es necesario -como erróneamente algunos pensaban en los tiempos de Pablo (Hechos 15:1 / Hechos 15:5)- que un creyente gentil para volver a ser parte del pueblo de Dios debía convertirse al judaísmo. Esto, como lo hemos venido mostrado, se debió tanto al desconocimiento de las profecías como de la Escritura en general.

El debate en los tiempos de Pablo (Hechos 15:7), se centraba en si un gentil creyente en el Mesías, podía alcanzar la salvación sin circuncidarse, es decir, sin convertirse al judaísmo cumpliendo con los ritos de la Ley (Hechos 15:10-11).

“Entonces algunos que venían de Judea enseñaban a los hermanos: Si no os circuncidáis conforme al rito de Moisés, no podéis ser salvos”. Hechos 15:1. Lo que nos lleva al siguiente punto:

LOS "JUDAIZANTES" Y LA GRACIA.

“Pues la Ley por medio de Moisés fue dada, pero la Gracia y la Verdad vinieron por medio de Jesucristo”. Juan 1:17

“Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues NO ESTÁIS BAJO LA LEY, sino bajo LA GRACIA”. Romanos 6:14

“¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe”. Romanos 3:27

Para todo el pueblo elegido (Casa de Israel y Casa de Judá) es de vital importancia conocer cuál es la Voluntad del Padre celestial en cuanto al cumplimiento de Su Ley Divina por parte de ambos linajes. Esto a fin de evitar confusiones que dañan tanto a unos como a otros.

“Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida [conversión al judaísmo], que está obligado a guardar toda la ley. De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; DE LA GRACIA HABÉIS CAÍDO”. Gálatas 5:3-4

Un error grave entre algunos de los creyentes de las iglesias fundadas por Pablo fue dejarse persuadir de convertirse al judaísmo. Hoy en día, con tanta información a nuestro alcance eso ya no debería estar sucediendo más.

“No desecho la Gracia de Dios; pues si por la Ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo”. Gálatas 2:21

Por ello la importancia de que la Casa de Israel conozca a la perfección todo lo relacionado acerca de la vida bajo la Gracia y estar firme en cuanto a que no requiere ni de la circuncisión (lo cual es una conversión al judaísmo) ni de cumplir con la Ley (Primer Pacto) en su aspecto literal, como lo hace la Casa de Judá. Y la Casa de Judá deberá abstenerse de judaizar a la Casa de Israel (Hechos 15:24) pues eso no lo quiere El Señor (Hechos 15:1-29).  Ahora lee cuidadosamente, analiza y medita en la enseñanza de Pablo ayudándote con los corchetes que he colocado:

“…el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un Nuevo Pacto, no de la letra, sino del Espíritu; porque la letra [cumplimiento literal] mata, mas el Espíritu [cumplimiento espiritual] vivifica”. 2 Corintios 3:6

“Pero ahora estamos libres de la ley [Primer Pacto], por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos [ritos y preceptos], de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu [cumplimiento espiritual, Nuevo Pacto] y no bajo el régimen viejo de la letra [cumplimiento al pie de la letra, Primer Pacto]“. Romanos 7:6

“Si en verdad cumplís la ley real [cumplimiento espiritual], conforme a la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, bien hacéis…” Santiago 2:8

LA CASA DE ISRAEL Y EL JUDAÍSMO.

Debes tener SIEMPRE bien presente que la Escritura muestra que la Casa de Israel, bajo el Nuevo Pacto que es la Gracia, YA ESTÁ CIRCUNCIDADA Y CUMPLE CABALMENTE LA LEY. Como te mostraré a continuación.

La Casa de Israel CUMPLE COMPLETAMENTE LA LEY EN SU FORMA ESPIRITUAL cuando llena del Espíritu Santo expresa el amor sobrenatural mediante buenas obras amando primeramente a Dios y enseguida a los hermanos en la fe.

“Porque TODA LA LEY en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Gálatas 5:14

“Y uno de ellos, intérprete de la ley, preguntó por tentarle, diciendo: Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende TODA LA LEY y los profetas”. Mateo 22:35-40

La Casa de Israel YA ESTÁ CIRCUNCIDADA (Filipenses 3:3 / Colosenses 2:11 / Romanos 2:28-29 / 1 Corintios 7:19) pues bajo el Nuevo Pacto ya no requiere más circuncisión que la que el Espíritu ha obrado en su corazón.

“Y CIRCUNCIDARÁ El Señor tu Dios TU CORAZÓN, Y EL CORAZÓN DE TU DESCENDENCIA, para que ames a El Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que vivas”. Deuteronomio 30:6

“En él también FUISTEIS CIRCUNCIDADOS CON CIRCUNCISIÓN NO HECHA A MANO, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo”. Colosenses 2:11

«…sino que es judío el que lo es en lo interior, Y LA CIRCUNCISIÓN ES LA DEL CORAZÓN, EN ESPÍRITU, no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios. Romanos 2:29″


Como expliqué anteriormente, con excepción de casos especiales, que seguramente los habrá, y siempre para que el mensaje llegue a todas partes (Hechos 16:3), es totalmente innecesario y fuera de la Voluntad del Padre celestial, que alguien siendo rescatado de entre los gentiles, arrepentido y convertido al Señor una vez habiéndose agregado a la Casa de Israel, luego de todo ello se convierta a la Casa de Judá (judaísmo) por medio de la circuncisión en la carne.

“¿Fue llamado alguno siendo circunciso [Casa de Judá]? Quédese circunciso. ¿Fue llamado alguno siendo incircunciso [Casa de Israel]? No se circuncide [convertirse al judaísmo]. La circuncisión nada es, y la incircuncisión nada es, sino el guardar los mandamientos de Dios [cumplimiento espiritual]. Cada uno en el estado en que fue llamado, en él se quede”. 1 Corintios 7:18-20

La encomienda para la Casa de Israel, no es efectuar rito alguno de la ley de Moisés (Hechos 15:5-21 / Gálatas 3:1-5 / Gálatas 5:1-8) o incluso anterior (como tristemente a algunos complace), sino CUMPLIR Y ENSEÑAR A CUMPLIR EL SIGNIFICADO ESPIRITUAL y esencial de todos los mandamientos de dicha Ley a cada uno de aquellos que son rescatados de entre las naciones (Mateo 24:45-51).

“Por eso, si alguien no obedece uno solo de los mandatos de Dios, aun el menos importante, será la persona menos importante en el reino de Dios. Lo mismo le sucederá al que enseñe a otros a desobedecer. Pero el que obedezca los mandamientos y enseñe a otros a obedecerlos, será muy importante en el reino de Dios”. Mateo 5:19 DHH

Así es como El Señor quiere encontrarnos cuando regrese y así es como lo va a demandar de todos nosotros (Mateo 3:12 / Gálatas 5:4). Empeñarse en otra cosa, cumpliendo con lo que NO nos corresponde, con lo que NO se nos ha mandado, es rebeldía al Altísimo (1 Samuel 15:23 / Gálatas 1:8).

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