LA CASA SOBRE LA ROCA: ENTENDIMIENTO ESPIRITUAL DE LA PARÁBOLA.


Todas las enseñanzas del Señor Jesucristo (Juan 16:29) están expresadas de manera tal que 

deban resolverse como se resuelve un acertijo: examinando cuidadosamente cada uno de los 

elementos que le componen.


Tras estos pequeños misterios, hay verdaderos tesoros (Mateo 13:44-47), cosas escondidas, 

reservadas para sus hijos (1 Corintios 2:9) de un valor incalculable, pues una vez 

reveladas nos guían en nuestro camino de retorno al Padre.


Por supuesto, el caso de la parábola de la casa sobre la Roca no es diferente, también es 

una enseñanza envuelta en un pequeño misterio, pues no está hablando de una casa común, 

sino de una muy específica la cual deberemos identificar.



En esta parábola el Señor hace diferencia entre dos tipos de personas que escuchan sus 

Palabras:


Primero están quienes son obedientes y HACEN lo que Él dice:


“A cualquiera que me oye estas palabras, Y LAS PONE EN PRÁCTICA, lo compararé a un hombre 

prudente, que edificó su casa sobre la roca. Cayó la lluvia, vinieron los ríos, y soplaron 

los vientos, y azotaron aquella casa, pero esta no se vino abajo, porque estaba fundada 

sobre la roca.”. Mateo 7:24-25 RVC


El segundo grupo lo componen quienes escuchan lo que Él enseña, pero NO HACEN lo que Él 

manda:


“Por otro lado, a cualquiera que me oye estas palabras Y NO LAS PONE EN PRÁCTICA, lo 

compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena. Cayó la lluvia, 

vinieron los ríos, y soplaron los vientos, y azotaron aquella casa, y esta se vino abajo, 

y su ruina fue estrepitosa”. Mateo 7:26-27 RVC


Enseguida notaremos también que esta enseñanza hace referencia a dos tipos de terreno en 

los que se puede edificar: la roca y la arena, los cuales encontramos en cualquier costa. 

Así, la casa a la que nuestro Señor alude se parece mucho a las que son construidas frente 

al mar, pero como ya dijimos, no es una casa cualquiera, sino UN FARO.


¿Cuál es la función de un faro?


La función primordial de un faro es alumbrar a las embarcaciones que pasan cerca para que 

en las noches o durante las tormentas aquellas sepan dónde está la costa y no se estrellen 

contra los arrecifes o encallen en la playa.

Así pues, igual que un faro, nuestras vidas tienen la función de alumbrar el camino de los 

demás hacia la vida eterna y evitar así, que no encallen en el pecado:


“Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y 

glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”. Mateo 5: 16


Luego entonces la casa que debemos edificar sobre la roca es un faro que debe alumbrar a 

los hombres, pero ¿Cuál será la roca sobre la cual debemos edificar?


“La Roca es Jesucristo y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la 

roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo”. 1 Corintios 10:4


“Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo”. 

1 Corintios 3:11


La Palabra nos muestra que Jesucristo es la Roca y también que Él es la Palabra de Dios 

(Juan 1:1) por medio del cual fueron creadas todas las cosas (Génesis 1:3 / Juan 1:3 

/ Juan 1:10 / 1 Corintios 8:6 / Colosenses 1:15-17 / Hebreos 1:1-2).


Solo fundamentando nuestra vida en la Palabra de Dios resistiremos el azote del mal 

simbolizado por la tormenta (Mateo 8:24-26 / Marcos 4: 37-40 ).

De tal forma que, así como un faro, cuyos cimientos se construyen excavando en las rocas 

precisamente para evitar que las fuertes tormentas lo echen abajo, nuestras vidas –útiles 

para alumbrar a los hombres–, deben estar firmemente fundamentadas en la Palabra de Dios, 

pues de lo contrario tarde o temprano se vendrán abajo al no soportar la embestida de las 

tormentas, que son las pruebas y tentaciones de esta vida. Y si no soportan las pruebas de 

esta vida, tampoco soportarán el Juicio en la otra.


El costo terrenal de fundamentar nuestra vida en la Palabra.


Construir una casa sobre la roca ni es barato ni es fácil. Primero se debe taladrar en la 

roca para hacer una excavación lo suficientemente profunda para que los cimientos sustenten

 la edificación que ha de resistir los embates de las tormentas.


Eso es exactamente lo que hacemos cuando edificamos cada aspecto de nuestra vida en la 

Palabra de Dios, la Roca firme.


De la misma manera, cuando edificamos nuestra vida OBEDECIENDO LA PALABRA DE DIOS, muy 

probablemente –en estrictos términos terrenales– nos resultará muy costoso:


“El que ama su vida, la perderá; pero el que aborrece su vida en este mundo, la guardará 

para vida eterna”. Juan 16:25 RVC


Todas las Palabras de Nuestro Señor Jesucristo han sido dadas para recordarnos que nuestro 

destino es la siguiente vida y nada de este mundo debe interferir en nuestro camino de 

regreso al Padre Celestial.


Las necesarias pruebas a nuestra fe.


Las pruebas y tentaciones necesariamente tienen que venir. Al señor le sucedieron 

(Mateo 4:1) por tanto a quienes le siguen también les ocurrirán:


“Esto les causa gran regocijo, aun cuando les sea necesario soportar por algún tiempo 

diversas pruebas y aflicciones; pero cuando la fe de ustedes sea puesta a prueba, como el 

oro, habrá de manifestarse en alabanza, gloria y honra el día que Jesucristo se revele. 

El oro es perecedero y, sin embargo, se prueba en el fuego; ¡y la fe de ustedes es mucho 

más preciosa que el oro!” 1 Pedro 1:6-7 RVC

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