SOBRE LA INTERPRETACIÓN DE LAS ESCRITURAS.....
Jorge Rodriguez
2 Pedro 1:20
entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.
Lutero y otros reformadores son acusados de fomentar la libre interpretación de la Biblia y aunque el ex monje agustino quería decir con esto que se oponía al reclamo de Roma de ser la única autorizada para interpretarla, en realidad sus hijos evangélicos creen que caben varias vistas del texto bíblico y que eso es legítimo.
Ha resultado en una verdadera tragedia tomar sobre todo el Nuevo Testamento y darle una interpretación de acuerdo a las ideas de turno y esto a través de los siglos. Esta licencia para la interpretación que enfatizan los herederos de los reformadores del siglo XVI ha sido y es, el caldo de cultivo para una iglesia partida en mil pedazos.
Sin duda la antorcha divina no les alumbra y tropiezan en medio de las tinieblas de la Babel religiosa. Jamás entendieron que debían adherirse a la verdad que presenta Pedro, es a saber, que ninguna profecía del Antiguo Testamento, es de interpretación privada. Con esto se nos da a entender que no son las opiniones de los profetas sino que lo que está escrito es el producto de la total inspiración divina.
Los santos hombres de Dios son los profetas desde Enoc, pasando por Abraham, incluido David y los mayores y menores. A nosotros como creyentes en la inspiración verbal plenaria de las Escrituras y el NT, nos conviene meditar que así como los mismos escritores bíblicos no interpretaron a su antojo sus propias profecías, tampoco nosotros tenemos derecho de romper la unidad de las Escrituras o ignorar que todas siguen la línea del plan original.
Deberíamos simplemente seguir el hilo conductivo del tema desde el Génesis y no ser arrogantes para hacer divorciar el Nuevo Testamento del Antiguo, ni para cambiar la esperanza que los creyentes antiguos guardaron por 1300 años.
A estas alturas de la historia será bueno para nosotros discernir este versículo tan conocido pero también interpretado fuera de su contexto.
Jeremías 6:16
Así dijo Jehová:Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma. Mas dijeron:No andaremos.
Definitivamente las sendas que caminaron los patriarcas marcaron el buen camino devocional y doctrinal que debemos seguir los cristianos de hoy. Depende de nosotros elegir camino tan antiguo o escoger la libertina interpretación de la Escrituras.
2 Pedro 1:20
entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.
Lutero y otros reformadores son acusados de fomentar la libre interpretación de la Biblia y aunque el ex monje agustino quería decir con esto que se oponía al reclamo de Roma de ser la única autorizada para interpretarla, en realidad sus hijos evangélicos creen que caben varias vistas del texto bíblico y que eso es legítimo.
Ha resultado en una verdadera tragedia tomar sobre todo el Nuevo Testamento y darle una interpretación de acuerdo a las ideas de turno y esto a través de los siglos. Esta licencia para la interpretación que enfatizan los herederos de los reformadores del siglo XVI ha sido y es, el caldo de cultivo para una iglesia partida en mil pedazos.
Sin duda la antorcha divina no les alumbra y tropiezan en medio de las tinieblas de la Babel religiosa. Jamás entendieron que debían adherirse a la verdad que presenta Pedro, es a saber, que ninguna profecía del Antiguo Testamento, es de interpretación privada. Con esto se nos da a entender que no son las opiniones de los profetas sino que lo que está escrito es el producto de la total inspiración divina.
Los santos hombres de Dios son los profetas desde Enoc, pasando por Abraham, incluido David y los mayores y menores. A nosotros como creyentes en la inspiración verbal plenaria de las Escrituras y el NT, nos conviene meditar que así como los mismos escritores bíblicos no interpretaron a su antojo sus propias profecías, tampoco nosotros tenemos derecho de romper la unidad de las Escrituras o ignorar que todas siguen la línea del plan original.
Deberíamos simplemente seguir el hilo conductivo del tema desde el Génesis y no ser arrogantes para hacer divorciar el Nuevo Testamento del Antiguo, ni para cambiar la esperanza que los creyentes antiguos guardaron por 1300 años.
A estas alturas de la historia será bueno para nosotros discernir este versículo tan conocido pero también interpretado fuera de su contexto.
Jeremías 6:16
Así dijo Jehová:Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma. Mas dijeron:No andaremos.
Definitivamente las sendas que caminaron los patriarcas marcaron el buen camino devocional y doctrinal que debemos seguir los cristianos de hoy. Depende de nosotros elegir camino tan antiguo o escoger la libertina interpretación de la Escrituras.
¡Atentos a la luz de la antorcha!
2 Pedro 1:16
Porque no os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad. Pues cuando él recibió de Dios Padre honra y gloria, le fue enviada desde la magnífica gloria una voz que decía:Este es mi Hijo amado, en el cual tengo complacencia. Y nosotros oímos esta voz enviada del cielo, cuando estábamos con él en el monte santo.
Pedro, Jacobo y Juan vieron el poder y la majestad con que volverá nuestro Señor Jesús y aún oyeron las palabras del Dios y Padre enviada del cielo dando testimonio del Mesías. Y aunque era un testimonio de tres hombres fieles, Pedro exalta la superioridad de las Escrituras del Antiguo Testamento para dar un testimonio de mayor peso. Jesús había dicho a los judíos que escudriñaban las Escrituras ávidos de la inmortalidad que ellas precisamente daban testimonio de él como Mesías.
Juan 5:39
Ustedes escudriñan las Escrituras, por que les parece que en ellas tienen la vida que no acaba, pues esas mismas Escrituras dan testimonio de mí.
Pedro llama al Antiguo Testamento la palabra profética refiriéndose a la Segunda Venida del Mesías, esta venida es un hecho revelado sobre todo por los profetas que hablaban del Bendito que viene en nombre de Jehová.
Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones...
Pedro también señala que el Antiguo Testamento es como una luz que alumbra en lugar oscuro, refiriéndose a la magnífica guía y excelente ayuda que recibimos de la Escritura en medio de la confusión de este mundo en sus filosofías y huecas sutilezas. Los escritos del Nuevo Testamento poseen esa bendita antorcha porque los apóstoles y discípulos basan sus enseñanzas en el Antiguo Testamento, apelando constantemente al "escrito está".
Nuestro Mesías y los apóstoles predicaron el evangelio que se hallaba en los Profetas. Los de Berea, compararon la doctrina de Pablo con la doctrina judía y hallaron total coincidencia. Pablo recomienda a Agripa creer en los Profetas. Apolos era poderoso en la doctrina de las Escrituras. De modo que podemos asegurar que la doctrina de los apóstoles se basaba en esa luz que no permite el error.
Si bien es cierto los fariseos con su legalismo, los saduceos con su política y los esenios con su misticismo eran tres sectas del judaísmo en 1300 años, esto no tiene ni punto de comparación con las más de tres mil iglesias y sectas vario pintas de hoy.
La razón de ser de las sectas es que cada una de ellas tiene su sistema de interpretación del Nuevo Testamento. Cada uno interpreta lo que bien le parece, pero no abrazan la recomendación de Pedro para estar atentos al Antiguo Testamento para que sea la clave interpretativa del Nuevo.
Siguen el despropósito de Martín Lutero y por eso no les amanece el día y el lucero de la mañana no se deja ver porque permanecen en las tinieblas.
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