¿En qué consiste la salvación?

 En esto consiste la vida eterna: Que te conozcan a tí (Padre) el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú enviaste" (Juan 17:3).


La Biblia dice que Dios envió a Su Hijo al mundo para que el mundo sea salvo por medio de él, y el ángel del SEÑOR le dijo a Mariam (Maria) le pondría por nombre Jesús "porque él salvará a su pueblo de sus pecados". Entonces, ¿en qué cosiste la salvación? ¡Consiste en ser salvados del pecado! Porque en él (en Cristo) tenemos la redención en su sangre, el perdón de los pecados, según las riquezas de Su gracia" (Efesios 1:7). Somos redimidos del poder del pecado y de su consecuencia, que es la muerte, porque "la paga del pecado es muerte; pero el don de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro" (Romanos 6:23). Entonces la salvación consiste en ser liberados (una liberacón) del pecado y de su paga, que es muerte. ¿Y qué es muerte? Muerte es lo contrario a la vida, la ausencia de la vida que se nos es dada en el vientre de nuestras Madres y que termina al momento de morir, cuando se nos retira el aliento de vida.

Eclesiastes 3:17-21:

Y yo dije en mi corazón: 'Tanto al justo como al impío los juzgará Dios, porque hay un tiempo para todo lo que se quiere y para todo lo que se hace. Yo dije en mi corazón, con respecto a los hijos del hombre, que Dios los ha probado para que vean que ellos de por sí son animales. Porque lo que ocurre con los hijos del hombre y lo que ocurre con los animales es lo mismo: Como es la muerte de éstos, así es la muerte de aquéllos. Todos tienen un mismo aliento; el hombre no tiene ventaja sobre los animales, porque todo es vanidad. Todo va al mismo lugar; todo es hecho del polvo, y todo volverá al mismo polvo. ¿Quién sabe si el espíritu del hombre sube arriba, y si el espíritu del animal desciende abajo a la tierra? 

Aquí el Sabio nos muestra la realidad de las cosas, pertenecemos al reino animal. Todos morimos de la misma manera, en este respecto no hay ninguna diferencia entre animales y hombres. En el verso 21, él se hace la pregunta: "¿Quién sabe si el espíritu del hombre sube arriba, y si el espíritu del animal desciende abajo a la tierra?" Es de notar que la palabra traducida aquí como "espíritu"  es la palabra hebrea "ruach" que significa "aliento", "soplo", "respiración". Sabemos que el aliento de vida que mantiene con vida al ser humano y todo ser viviente en este palneta proviene de Dios, fue Él quien sopló en las narices del primer ser humano "aliento de vida" (Génesis 2:7). 

Vea que no dice que Dios le soplara en las narices del Adam un "alma inmortal", simplemente sopló aliento de vida y el hombre vino a ser "un alma viviente". Con la muerte, el proceso se revierte, se retira el aliento de vida, se deja de respirar y el hombre se convierte en un alma muerta. ¡Ya no está vivo!

Entonces, si Jesús vino para salvarnos de la muerte, ¿cómo lo hará si todos morimos, si somos seres condenados a muerte por Dios mismo? El vendrá por segunda vez y nos levantará, nos despertará del sueño de la muerte, del polvo de la tierra (Daniel 12:2), y nos dará vida de nuevo...Pero como dice Pablo en 1ª Corintios 15:26, "el último enemigo en ser destruido es la muerte" ...Así como lo oye, ¡Él destruirá a la muerte para siempre! Nota: Daniel 12:2 dice "muchos de los que duermen", la palabra hebrea para "muchos" e "rab", y significa multitudes. Por Jesús sabemos que esos "muchos" son "todos", todos los que duermen en los sepulcros — Juan 5:28.

"Destruirá a la muerte para siempre, y el Señor Jehovah enjugará toda lágrima de todos los rostros. Quitará la afrenta de su pueblo [entiéndase, Israel] de sobre toda la tierra, porque Jehováh ha hablado" (Isaias 25:8). 

"Y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos. No habrá más muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas ya pasaron.'  El que estaba sentado en el trono dijo: 'He aquí yo hago nuevas todas las cosas.' Y dijo: 'Escribe, porque estas palabras son fieles y verdaderas" (Apoc. 21:4-5).

La salvación del pueblo santo, Israel, consiste en ser libertados del pecado y de la muerte eterna. 

"Y todo el que vive y cree en mi no morirá (dormirá) para siempre" (Juan 11:26).

"Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los demás que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, de la misma manera Dios traerá por medio de Jesús, y con él, a los que han dormido (en el sueño de la muerte)" (1ª Tesa. 4:13,14). 

Entonces, nuestra salvación consiste en ser perdonados de nuestros pecados y limpiados por la sangre derramada de Jesucristo, y se efectuará formal y totalmente cuando él regrese para establecer su reino sobre la tierra donde obtendremos vida eterna.

"Dentro de poco no quedará el impío. Contemplarás su lugar, y no aparecerá. Pero los mansos heredarán la tierra y se deleitarán por la abundancia de paz" (Salmo 37:11; Mateo 5:5). 

"Los justos heredarán laTierra y vivirán para siempre sobre ella" (Salmo 37:29).

De modo que la salvación no consiste en ir al cielo, y mucho menos al momento de morir, sino en obtener vida eterna en el Mundo Venidero. Esa es la promesa, esa es nuestra esperanza, eso es lo que Dios ha preparado para Su Pueblo santo y para todos aquellos que en fe y obediencia se le unan y sean injertados al Olivo Santo, ISRAEL (Romanos 11:24-37).

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