El mito de las "moradas celestiales", tambien conocido como "mansiones celestiales" se cae si entendemos que ni Jesús ni Sus Discípulos ni ninguno de sus seguidores vivirán ni reinarán en el cielo, sino en la tierra.
"Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad" (Mateo 5:5).
"Porque los malhechores serán destruidos, pero los que esperan en Jehovah heredarán la tierra. Dentro de poco no quedará el impío. Contemplarás su lugar, y no aparecerá. Pero los mansos heredarán la tierra y se deleitarán por la abundancia de paz" (Salmo 37:9-11).
"Los justos heredarán la tierra y vivirán para siempre sobre ella" (Salmo 37:29).
"Ellos entonaban un cántico nuevo, diciendo: '¡Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos! Porque tú fuiste inmolado y con tu sangre has redimido para Dios gente de toda raza, lengua, pueblo y nación. Tú los has constituido en un reino y sacerdotes para nuestro Dios, y reinarán sobre la tierra" (Apoc. 5: 9,10).
Entonces no hay un cielo prometido para nadie, porque ni el mismo Jesús permanecerá en el cielo para siempre.
"Por tanto, arrepentíos y convertíos para que sean borrados vuestros pecados; de modo que de la presencia de Jehováh vengan tiempos de refrigerio y que él envíe al Cristo, a Jesús, quien os fue previamente designado. A él, además, el cielo le debía recibir HASTA los tiempos de la restauración de todas las cosas, de las cuales habló Dios por boca de sus santos profetas desde tiempos antiguos".
De manera que Jesús será de nuevo enviado a la tierra en "los tiempos de la restauración de todas las cosas"...¡TODAS LAS COSAS SERÁN RESTAURADAS POR JESUS CRISTO! Contrario a lo que algunos enseñan hoy día y falsamente, la restauración de todas las cosas no se está haciendo en éste tiempo, ni en estos últimos días, sino que será efectuada cuando Jesús el Mesías regrese.
Apocalipsis (Revelación) 21: 3-5:
"Oí una gran voz que procedía del trono diciendo: 'He aquí el tabernáculo de Dios está con los hombres, y él habitará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios.
Y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos. No habrá más muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor [estas cosas suceden en la tierra]; porque las primeras cosas ya pasaron. El que estaba sentado en el trono dijo: 'He aquí yo hago nuevas todas las cosas. Y dijo: 'Escribe, porque estas palabras son fieles y verdaderas" .
6 Sobre este monte [Reino] Jehovah de los Ejércitos hará a todos los pueblos un banquete de manjares, un banquete de vinos añejos, manjares suculentos y refinados vinos añejos.
7 Entonces sobre este monte destruirá la cubierta con que están cubiertos todos los pueblos, y el velo que está puesto sobre todas las naciones.
8 Destruirá a la muerte para siempre, y el Señor Jehovah enjugará toda lágrima de todos los rostros. Quitará la afrenta de su pueblo [Israel] de sobre toda la tierra, porque Jehovah ha hablado.
9 Se dirá en aquel día: '¡He aquí, éste es nuestro Dios! En él hemos esperado, y él nos salvará: ¡Este es Jehovah! En él hemos esperado. ¡Gocémonos y alegrémonos en su salvación".
Entonces, nuestra esperanza no es ir al cielo ni estar allá tocando arpas y con alitas en las espaldas danzando sobre las nubes y viviendo en mansiones, en ciudades con calles de oro y mares de cristal, no, nuestra esperanza es estar disfrutando de vida eterna aquí en la tierra restaurada, donde ya no habrá mas muerte, ni mas llanto, ni mas clamor, ni dolor. Todas esta cosas que trajo como consecuencias el pecado serán cosas ya puestas en el olvido, ¡no serán más!
¡Y HABRÁN NACIONES EN LA TIERRA!
1 Acontecerá en los últimos días que el monte [REINO] DE LA CASA DE JEHOVÁH (la Casa de mi Padre) será establecido como cabeza de los montes, y será elevado más que las colinas; y correrán a él los pueblos.
2 Muchas naciones vendrán y dirán: 'Venid, subamos al monte de Jehovah y A LA CASA DEL DIOS DE JACOB [ISRAEL], para que él nos enseñe sus caminos, y nosotros caminemos por sus sendas. Porque de zión saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehovah.
3 Él juzgará entre muchos pueblos y arbitrará entre naciones poderosas, hasta las más distantes. Y convertirán sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en podaderas. No alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra (como ahora).
4 Cada uno se sentará debajo de su vid y debajo de su higuera. Y no habrá quien los amedrente, porque la boca de Jehovah de los Ejércitos ha hablado.
Aquí, pues, no hay lugar para mitos, la "Casa de mi Padre" no es el cielo, sino el Reino de Dios que será establecido sobre la tierra, cuyo centro de gobierno será en Jerusalem, "la Ciudad del gran Rey", y el gran Rey será Jesús, el Mesías bendito de Israel.
Así como este, hay otros muchos mitos que trataré de ir derribando con la Palabra de Dios, la cual es la última autoridad sobre todo asunto espiritual y toda enseñanza. Solo la Escritura nos da respuestas lógicas y reales dejando al descubierto los mitos religiosos inventados por hombres. Cuando Jesús hablaba de "la Casa de mi Padre" se estaba refiriendo al reino de Dios, ese era el tema principal de su predicación y enseñanza...le prometió a sus 12 discípulos que en ese reino iba a haber un lugar preparado para ellos, y ese lugar o lugares serán las posiciones que ellos ocuparán en ese reino.
En una ocasión, se acercó la madre de los hijos de Zebedeo pidiéndole a Jesús que, en su reino, sentara a sus dos hijos, uno a su derecha y el otro a su izquierda, Jesús le respondió:
" —No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo he de beber? Ellos le dijeron: —Podemos.
Les dijo: —A la verdad, beberéis de mi copa; pero el sentarse a mi
derecha o a mi izquierda no es mío concederlo, sino que es para quienes
lo ha preparado mi Padre" (Mateo 20:20-24).
Fueron esos lugares los que él se fue a preparar, y cuando vuelva, ya estará todo preparado para que los doce se sienten sobre doce tronos a gobernar a las tribus de Israel. ¡Quién estará a su derecha y quién a su izquierda? ¡Ya se verá! Hay mucho mas que se puede argumentar sobre este tema, pero por ahora lo dejaremos hasta aquí.
Shalom (Paz)!
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