NO EXISTE UNA IGLESIA GENTIL PARALELA AL PUEBLO DE DIOS.
En el mundo religios cristiano persiste la idea catolico-romana de que la iglesia, compuesta mayoritarimente por gentiles (entiéndase, no Judíos), existe, y que, según algunos círculos cristianos, es el pueblo de Dios y que, por ende, ha reemplazado al pueblo santo, Israel. Pero esto es una falacia cristiana, no ha habido ningún reemplazo, ni tampoco hay dos pueblos paralelos de Dios.
El apóstol Pablo, quien es proclamado como "maestro de los gentiles", lo expresa claramente al decir que Jesucristo vino y anunció la buena nueva (de la redención en su sangre) "a los que estaban cerca (es decir a los creyentes de origen Judío, (o como yo lo entiendo, a la Casa de Judá), y a los que estaban lejos" la Casa de Israel dispersa entre las naciones que somos los verdaderos creyentes cristianos que hemos sido alcanzados por la gracia del Padre en Jesucristo.
JESUCRISTO es el gran pastor de las ovejas, a quien el PADRE envió como el "buen Pastor", para buscar y salvar (rescatar) a las ovejas (NO HABLA DE CABRAS, SINO DE OVEJAS) de la Casa de Israel dispersa por muchos siglos entre la gentilidad (entiéndase, los paganos). En las palabras de Jesús con respecto al gran día de Juicio, él hace referencia a dos grupos generales:
1) Las cabras a Su izquierda. 2) las ovejas a su derecha (Según Mateo 25:32,33)
Note que dice que son "cabritos" y "ovejas"..¡Hay una enorme diferencia entre cabros y ovejas! Las ovejas son dóciles, oyen y obedecen la voz del pastor, y siguen en la dirección que el pastor les indica. Las cabras o "cabritos" son muy diferentes porque corren por donde quieren y casi nunca obedecen al llamado de los pastores...¡son dos naturalezas distintas! No se dice en el relato que hace Jesús que los "cabritos" sean contados como candidatos al reino — ya están colocados a la izquierda — las Ovejas, por lo contrario, ya están colocadas a Su derecha...¡Siempre fueron ovejas! ¡Los cabritos siempre fueron cabritos, nunca tuvieron características de ovejas.
El Juicio se hará conforme a las obras de cada grupo. Las ovejas actuaron misericordiosamente como les corresponde, los "cabritos", por otro lado, ni siquiera pensaron en hacer buenas obras a aquellos "pequeñitos"...simbolizados por las ovejas. Note que el Señor, el juez designado por Dios, dice que:
“De cierto les digo que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos más pequeños, por mí lo hicieron.” (Mateo 25:40). Al hacer bien a los de la Casa de Israel que están dispersos por las naciones, los gentiles son contados como si fueran tambien ovejas y estarán en el reino, pero todos aquellos gentiles que no hicieron el bien con esas preciosas ovejas del Señor, no entrarán en el reino. Seguramente entre los gentiles (paganos) hay personas temerosas de Dios y harán bien a sus ovejas perdidas y dispersas, pero la gran amyoría, no solo no le harán bien, sino que inclusive le harán daño.
La Cristiandad a través de los siglos no ha seguido el llamado del Señor, se ha alejado de los principios divinos del amor y la misericordia, se ha involucrado en guerras, en política mundanal, en negocios turbios con los impios entre los gentiles, demostrando con ello que no son de las ovejas, sino que son realmente "cabritos". Aunque siempre ha habido gente que ha sentido amor y compasión por las ovejas perdidas de la Casa de Israel, los "hermanos pequeñitos" del Jesucristo (pues, él es "el Primogénito (el hijo mayor) entre muchos hermanos" — Romanos 8:29).
Es de vital importancia entender quiénes somos y cómo nos comportamos delante del Señor, ya que seremos juzgados cada uno según sean nuestras obras. Nuestras buenas obras deben ser siempre "sazonadas con sal", es decir, ser sinceras, genuinas, por amor, sin que tengamos algún motivo egoista ulterior, sin esperar ser recompenzados por aquellos a quienes servimos y hacemos el bien. Entendiendo que nuestra recompensa no viene de ellos, sino del Señor. Cuando hagamos bien a alguien, tengamos presente que se lo estamos haciendo a Cristo mismo.
Volviendo a la cristiandad, salvo raras excepciones, ha seguido al mundo, ha mostrado ese espíritu, se ha conformado a este mundo y creen que por su religiosidad externa son ovejas. Ser o no oveja no lo decidimos nosotros de nuestra propia voluntad, las ovejas de la Casa de Israel ya eran ovejas, aunque extraviadas y diluidas, perdidas entre todas las naciones, pero cuando el buen Pastor las llama por nombre, ellas oyen su voz y le siguen. ¡Todos nosotros nos descarriamos como ovejas! ¡Todos nosotros somos del gran redil de ISRAEL, solo que nos hemos estraviado y perdido y nos hemos convertido en las "otras ovejas" (Juan 10:16) que no somos del redil Judío, la Casa de Judá, el "hijo mayor" de la parábola que se enojó cuando el "hijo pródigo" volvió a casa y se le hizo gran banquete por mandato del Padre (Lucas 15:20-32).
Ellos, los de la Casa de Judá, ahora no nos quieren, no soportan que nosotros regresemos a la "casa de nuestro Padre", despues de desperdiciar nuestras vidas en la gentilidad, no somos considerados como "ovejas de Su prado", porque ellos se creen ser las únicas ovejas, las genuinas, las que nunca se han contamido con esos "perros" de la gentilidad, sienten celos, y antagonizan con nosotros, porque nos ven, no como "ovejas perdidas de la Casa de Israel", pues ellos se consideran ser las úicas ovejas, el único pueblo de Dios, y nosotros, salidos de la gentilidad, no somos nada.
Pero algún dia, el Señor Jesucristo se les revelará a ellos, y ellos harán lamentación por él, como se lamenta un hombre por su hijo primogénito (Zacarias 12:10) porque Dios derramará sobre ellos "espíritu de gracia y oración". Así, TODO ISRAEL SERÁ SALVO y habrá UN SOLO REBAÑO Y UN SOLO PASTOR.
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