JESÚS MURIÓ POR LAS OVEJAS PERDIDAS DE LA CASA DE ISRAEL



                                                         

                                                            ¿Por quiénes murió Jesús?

Él mismo declaró: "No he sido enviado sino a las ovejas perdidas de la Casa de Isarel" (Mateo 15:24). Y en Lucas 19:10, dice: "Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido". ¿Y qué se habia perdido que tuviera que ser buscado y salvado? La Casa de Israel. Esto no quiere decir que el resto de los hombres no tengan esperanza, o que hayan sido dejados fuera, ellos también tendrán su oportunidad, pero el llamado ahora es para "los Hijos de Dios que están dispersos"...A ellos, dice Pedro que escribió su espístola:

"Pedro, apóstol de Jesucristo: A los expatriados, de la dispersión en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, elegidos según el previo conocimiento de Dios Padre, por la obra santificadora del Espíritu, para obedecer a Jesucristo y ser rociados con su sangre: Que la gracia y la paz os sean multiplicadas" (1 Pedro 1:1-2).

Tambien Jacobo dice: "Jacobo , siervo de Dios y del Señor Jesucristo: A las doce tribus que están en la dispersión: Saludos" (Jacobo 1;1). 

Entonces, Jesús es el gran Pastor de las ovejas que vino a buscarlas y a reunficarlas en un solo Rebaño bajo un solo Pastor. Hablando a los del redil Judío (es decir, a los de la Casa de Judá) dijo: "Tengo otras ovejas que no son de este redil; a esas también me es necesario traerlas, y oirán mi voz, y serán un rebaño con un solo pastor" (Juan 10:16). 

Recordemos la profecía que dice:

"Porque os tomaré de las naciones, os recogeré de todas las tierras y os llevaré a vuestra propia tierra. Entonces os rociaré con agua limpia y quedaréis limpios; de todas vuestras inmundicias y de todos vuestros ídolos os limpiaré.  Además, os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros; quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne.  Pondré dentro de vosotros mi espíritu y haré que andéis en mis estatutos, y que cumpláis cuidadosamente mis ordenanzas" (Ezequiel 36:24-27). 

Y:

"Y vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo:   Y tú, hijo de hombre, toma una vara y escribe en ella: «Para Judá y para los hijos de Israel, sus compañeros». Toma luego otra vara y escribe en ella: «Para José, vara de Efraín, y para toda la casa de Israel, sus compañeros».  Júntalas la una con la otra en una sola vara para que sean una sola en tu mano.  Y cuando los hijos de tu pueblo te hablen, diciendo: «¿No nos explicarás qué quieres decir con esto?»,  diles: «Así dice el Señor DIOS: “He aquí, tomaré la vara de José, que está en la mano de Efraín, y las tribus de Israel, sus compañeros; las pondré con aquella, con la vara de Judá, y las haré una sola vara, y serán una en mi mano”».  Y las varas en que escribas estarán en tu mano a la vista de ellos,  y diles: «Así dice el Señor DIOS: “He aquí, tomaré a los hijos de Israel de entre las naciones adonde han ido, los recogeré de todas partes y los traeré a su propia tierra. Y haré de ellos una nación en la tierra, en los montes de Israel; un solo rey será rey de todos ellos; nunca más serán dos naciones, y nunca más serán divididos en dos reinos.  No se contaminarán más con sus ídolos, ni con sus abominaciones, ni con ninguna de sus transgresiones; sino que los libraré de todos los lugares en que pecaron y los limpiaré. Y ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios. ”Mi siervo David [el Amado] será rey sobre ellos, y todos ellos tendrán un solo pastor; andarán en mis ordenanzas y guardarán mis estatutos y los cumplirán. Y habitarán en la tierra que di a mi siervo Jacob, en la cual habitaron vuestros padres; en ella habitarán ellos y sus hijos, y los hijos de sus hijos para siempre; y mi siervo David será su príncipe para siempre. Y haré con ellos un pacto de paz; será un pacto eterno con ellos. Y los estableceré, los multiplicaré y pondré mi santuario en medio de ellos para siempre.  Mi morada estará también junto a ellos, y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Y las naciones sabrán que yo, el SEÑOR, santifico a Israel, cuando mi santuario esté en medio de ellos para siempre”». (Ezequiel 37:15-28).

Entónces todas las promesas de Dios son de redención y son para ISRAEL, el Israel de Dios. Pero el resto de los hombres tambien tienen esperanza para el futuro:

Hechos 15: 14-18:

Simón ha relatado cómo Dios al principio tuvo a bien tomar de entre los gentiles un pueblo para su nombre (Israel).  Y con esto concuerdan las palabras de los profetas, tal como está escrito: DESPUÉS DE ESTO VOLVERÉ, Y REEDIFICARÉ EL TABERNÁCULO DE DAVID QUE HA CAÍDO. Y REEDIFICARÉ SUS RUINAS, Y LO LEVANTARÉ DE NUEVO, PARA QUE EL RESTO DE LOS HOMBRES BUSQUE A JEHOVÁH, Y TODOS LOS GENTILES QUE SON LLAMADOS POR MI NOMBRE, DICE JEHOVÁH, QUE HACE SABER TODO ESTO DESDE TIEMPOS ANTIGUOS. 

Entonces el resto de los hombre, los paganos, tambien recibirán su oportunidad cuando se levante de nuevo "el tabernáculo  de David (la Casa, el Reino) que será establecido sobre la Tierra. Como leemos en Isaías 2: 1-5; y en Miqueas 4:1-4:

Y acontecerá en los postreros días, que el monte de la casa de JEHOVÁH será establecido como cabeza de los montes; se alzará sobre los collados, y confluirán a él todas las naciones. Vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, subamos al monte de JEHOVÁH, a la casa del Dios de Jacob; para que nos enseñe acerca de sus caminos, y andemos en sus sendas. Porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de JEHOVÁH.  Juzgará entre las naciones, y hará decisiones por muchos pueblos. Forjarán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en podaderas. No alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra.  Casa de Jacob, venid y caminemos a la luz de JEHOVÁH. 

Y sucederá en los últimos días que el monte de la casa de JEHOVÁH será establecido como cabeza de los montes; se elevará sobre las colinas, y afluirán a él los pueblos. Vendrán muchas naciones y dirán: Venid y subamos al monte de JEHOVÁH, a la casa del Dios de Jacob, para que Él nos instruya en sus caminos, y nosotros andemos en sus sendas. Porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra del JEHOVÁH.  Él juzgará entre muchos pueblos, y enjuiciará a naciones poderosas y lejanas; entonces forjarán sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en podaderas. No alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra.  Cada uno se sentará bajo su parra y bajo su higuera, y no habrá quien los atemorice, porque la boca de JEHOVÁH de los ejércitos ha hablado. 

¡Queda claro claro el magnífico plan de redención para Isarel y para el mundo!

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