LA RESTAURACIÓN DE LA CASA DE ISRAEL ES VIDA DE ENTRE LOS MUERTOS.
LA RESTAURACIÓN FINAL DE LA CASA DE ISRAEL, EL PUEBLO SANTO.
"Luego me dijo: —Oh hijo de hombre, estos huesos son toda la casa de Israel. He aquí que ellos dicen: 'Nuestros huesos se han secado. Se ha perdido nuestra esperanza. Somos del todo destruidos. Por tanto, profetiza y diles que así ha dicho el Señor Jehovah: 'He aquí, oh pueblo mío, yo abriré vuestros sepulcros. Os haré subir de vuestros sepulcros y os traeré a la tierra de Israel. Y sabréis que soy Jehovah, cuando yo abra vuestros sepulcros y os haga subir de vuestros sepulcros, oh pueblo mío" (Ezequiel 37:11-13).
Es importante entender la visión de Ezequiel de las "huesos secos" (Ezequiel 37) y sobre todo entender que la Casa de Israel no son los Judíos que ahora habitan esa tierra. Entendamos que el reino de Israel fue divido despues de la muerte del rey Salomón, tal como el Eterno le habia notificado al rey Salomón (1° Reyes 11:9-13).
Y Dios cumplió Su palabra de romper el reino de Israel en dos pedazos. Veamos el recuento bíblico:
"Aconteció en aquel tiempo que Jeroboam salió de Jerusalén, y el profeta Ajías de Silo lo encontró en el camino. Este estaba cubierto con un manto nuevo, y los dos estaban solos en el campo. Entonces Ajías tomó el manto nuevo que llevaba sobre sí, lo rasgó en doce pedazos, y dijo a Jeroboam: 'Toma para ti diez pedazos, porque así ha dicho Jehovah Dios de Israel: ‘He aquí, yo arranco el reino de la mano de Salomón, y a ti te daré diez tribus. Pero él tendrá una tribu por amor a mi siervo David y por amor a Jerusalén, la ciudad que yo he elegido de entre todas las tribus de Israel" (1° Reyes 11:29-32).
Note que el manto que traía el profeta Ajías era un manto nuevo, esto indica una nueva situación para el pueblo santo. Ajía se encuentra con Jeroboam y estando solos los dos en el campo, Ajías rompe el manto en 12 pedazos y le da 10 dedazos a Jeroboam, y esos 10 pedazos representan 10 tribus, los otros dos pedazos representan dos tribus, a saber: La tribu de Judá y la tribu de Benjamín, tambien quedaron con ellos los Levitas (de la tribu de David, que no eran contado como tribu porque no recibieron herencia en al tierra). Entonces, esas 10 tribus se llegaron a conocer como el Reino del Norte o la Casa de Israel con su capital en Samaria. Las dos tribus sureñas se llegaron a conocer como la Casa de Judá, llegando a haber dos Casas, dos reinos.
En el libro 1° de los Reyes 12:19-24, se relata la ruptura del reino:
"Así se rebeló Israel contra la casa de David, hasta el día de hoy. Aconteció que al oír todo Israel que Jeroboam había vuelto, le mandaron a llamar a la asamblea y le hicieron rey de todo Israel. No quedó quien siguiese a la casa de David, sino sólo la tribu de Judá. Entonces Roboam llegó a Jerusalén y reunió a todos los de la casa de Judá y a la tribu de Benjamín, Pero la palabra de Dios vino a Semaías, hombre de Dios, diciendo: 'Habla a Roboam hijo de Salomón, rey de Judá, y a toda la casa de Judá y de Benjamín, y al resto del pueblo, diciendo que así ha dicho Jehovah: ‘No subáis ni combatáis contra vuestros hermanos, los hijos de Israel. Volveos, cada uno a su casa, PORQUE DEPARTE MÍA HA SUCEDIDO ESTO.’' Ellos escucharon la palabra de Jehovah y desistieron de ir, conforme a la palabra de Jehovah".
Fue el propósito de Dios que hubiera aquella ruptura, que diez tribus fueran al norte y dos tribus quedaran al sur. Con el tiempo, Asiria invadió a Israel (al norte) y fueron todos llevados cautivos a Asiria, de donde jamás volverion, al contrario, desde allí fueron esparcidas por todas las naciones, perdiendo su memoria y su identidad hebrea. Por medio de Jeremías nos enteramos de que tanto Israel al norte, como Judá al sur, ambas casas se prostituyeron y se rebelaron contra Dios, sin embargo, solo a la Casa de Israel (las 10 tribus del norte) se le dio "carta de divorcio", no así a la Casa de Judá, ya que de esta habría de venir el Mesías (Genesis 49:10).
Jeremías 3:6-10:
"Jehovah me dijo en los días del rey Josías: '¿Has visto lo que ha hecho la apóstata Israel? Ella ha ido a todo monte alto; y bajo todo árbol frondoso, allí se ha prostituido. Y dije: ‘Después que ella hizo todo esto, volverá a mí.’ Pero no volvió; y lo vio su hermana, la desleal Judá. Ella vio que precisamente porque la apóstata Israel había cometido adulterio, yo la había despedido y le había dado carta de divorcio. Pero su hermana, la desleal Judá, no tuvo temor; más bien, fue y se prostituyó ella también. Y sucedió que a causa de que su prostitución le era liviana, se prostituyó con la piedra y con el árbol, y profanó la tierra. Con todo esto, su hermana, la desleal Judá, no volvió a mí con todo su corazón, sino con falsedad,' dice Jehovah".
Así las cosas, a las 10 tribus del norte esparcidas por la naciones se les llegó a conocer como "las ovejas perdidas de la Casa de Israel. Por medio del profeta Oseas, Jehováh ilustra su divorcio con la casa de Israel:
Entonces Jehovah le dijo: 'Ponle por nombre Jezreel, porque dentro de poco yo castigaré a la casa de Jehú por los hechos de sangre de Jezreel, y haré cesar el reino de la casa de Israel. Sucederá en aquel día que yo quebraré el arco de Israel en el valle de Jezreel.' Ella concibió de nuevo y dio a luz una hija. Y Dios le dijo: 'Ponle por nombre Lo-rujama, porque no me compadeceré más de la casa de Israel, y no la soportaré más. Pero de la casa de Judá tendré misericordia y los salvaré por Jehovah su Dios. No los libraré con arco, ni con espada, ni con guerra, ni con caballos y jinetes.' Después de destetar a Lo-rujama, concibió y dio a luz un hijo. Y Dios le dijo: 'Ponle por nombre Lo-ammí, porque vosotros no sois mi pueblo, ni yo soy vuestro Dios" (Oseas 1:4-9).
Sin embargo, en el versículo 10, se hace la siguiente promesa a la Casa de Israel, la que habia sido repudiada y que se le habia dicho "vosotros no osis pueblo mío, ni yo soy vuestro Dios"...leemos:
"No obstante [a pesar de todo eso], el número de los hijos de Israel será como la arena del mar, que no se puede medir ni contar. Y sucederá que en lugar de lo que se les dijo: ‘Vosotros no sois mi pueblo’, se les dirá: ‘Hijos del Dios viviente.’Los hijos de Judá y de Israel serán congregados en uno y nombrarán para sí un solo jefe. Y subirán de la tierra, porque grande será el día de Jezreel" (Oseas 1:10-11).
COMO LA ARENA DEL MAR, QUE NO S PUEDE MEDIR NI CONTAR.
Dios mismo había prometido venir a rescatar sus ovejas perdidas y desparramadas por las naciones, para tarerlas de vuelta al redil, leemos:
"Ciertamente así ha dicho el Señor Jehovah: 'He aquí, yo mismo buscaré mis ovejas y cuidaré de ellas. Como el pastor cuida de su rebaño cuando está entre las ovejas dispersas, así cuidaré de mis ovejas y las libraré en todos los lugares a donde han sido dispersadas en el día del nublado y de la oscuridad. Las sacaré de los pueblos, las reuniré de los países y las traeré a su propia tierra. Las apacentaré en los montes de Israel, en las quebradas y en todos los lugares habitados del país" (Ezequiel 34:11-13).
Siglos después aparece en escena JESUCRISTO, a quien la Biblia llama: "El gran Pastor de las Ovejas" (Hebreos 13:20)
"Y el Dios de paz, que por la sangre del pacto eterno levantó de entre los muertos a nuestro Señor Jesús, el gran Pastor de las ovejas".
Fue Jesús mismo quien, habalando a la Casa de Judá, a los Judíos de su época, dice:
"Yo soy el buen pastor; el buen pastor pone su vida por las ovejas" (Juan 10:11).
" Yo soy el buen pastor y conozco mis ovejas, y las mías me conocen. Como el Padre me conoce, yo también conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas" (Juan 10:14-15).
Y en el verso 16 dice: "También tengo otras ovejas que no son de este redil [del redil Judío, de la Casa de Judá]. A ellas también me es necesario traer, y oirán mi voz. Así habrá un solo rebaño y un solo pastor".
A estas palabras le conectamos lo relatado en Juan 11:49-52:
" Entonces uno de ellos, Caifás, que era sumo sacerdote en aquel año, les dijo: —Vosotros no sabéis nada;ni consideráis que os conviene que un solo hombre muera por el pueblo, y no que perezca toda la nación. Pero esto no lo dijo de sí mismo; sino que, como era el sumo sacerdote de aquel año, profetizó que Jesús había de morir por la nación; y no solamente por la nación, sino también para reunir en uno a los hijos de Dios que estaban esparcidos [la Casa de Israel]".
Así vemos como el gran Pastor de las Ovejas daría su vida, no solo por la nación Judía, sino que sería para reunir en uno los hijos de Dios (las otras ovejas, la ovejas perdidas de la Casa de Israel) que estaban esparcidos por todas las naciones.
El apóstol Pablo parece conactar con esto cuando nos dice:
Romaos 9:23-26:
¿Y qué hay si él hizo esto, para dar a conocer las riquezas de su gloria sobre los vasos de misericordia que había preparado de antemano para gloria, a los cuales también ha llamado, esto es, A NOSOTROS, no sólo de ENTRE los judíos, sino también de ENTRE los gentiles? Como también en Oseas dice: Al que no era mi pueblo llamaré pueblo mío, y a la no amada, amada.Y será que, en el lugar donde se les dijo: 'Vosotros no sois mi pueblo,' allí serán llamados hijos del Dios viviente" — Oseas 1:10.
¿Ven como todo armoniza? Dios dividió el reino en los dias de Salomón y luego permitió que su pueblo fuera esparcido por todas las naciones perdiéndose entre ellas, para que se multiplicara como la arena del mar en una multitud incontanble y despues tener misericordia de todos y rescatarlos por medio de Jesús, Su Ungido.
"Porque Dios encerró a todos bajo desobediencia, para tener misericordia de todos. ¡Oh la profundidad de las riquezas, y de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán incomprensibles son sus juicios e inescrutables sus caminos! Porque: ¿Quién entendió la mente de Jehováh? ¿O quién llegó a ser su consejero? ¿O quién le ha dado a él primero para que sea recompensado por él? Porque de él y por medio de él y para él son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén" (Romanos 11:32-36).
Finalmente vemos en el libro llamado Apocalipsis (Revelación), a una gran multitud cuyo número NADIE PODÍA CONTAR...
"Después de esto miré, y he aquí una gran multitud de todas las naciones y razas y pueblos y lenguas, y nadie podía contar su número. Están de pie delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y llevando palmas en sus manos. Aclaman a gran voz diciendo: '¡La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado sobre el trono, y al Cordero!'" (Apoc 7:9-10).
Esa gran multitud no es otra que toda la Casa de Israel que está esparcida entre todas las "naciones, razas, pueblos, y lenguas" que es recogida por el gran Pastor de las ovejas y salvada por medio de él.
"—Yo no he sido enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel" (Mateo 15;24).
" —Hoy ha venido la salvación a esta casa, por cuanto él también es hijo de Abraham. Porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido" (Lucas 19:10).
Todo esto resultará, como dijo Jesús, en que llegará a haber un solo rebaño y un solo pastor.
Ezequiel 37:15-28:
15 Entonces vino a mí la palabra de Jehovah, diciendo:
16 'Tú, oh hijo de hombre, toma una vara y escribe sobre ella: ‘Para Judá y los hijos de Israel, sus compañeros.’ Toma después otra vara y escribe sobre ella: ‘Para José (vara de Efraín) y toda la casa de Israel, sus compañeros.’
17 Luego únelas, la una con la otra, para que sean una sola; y serán una sola en tu mano.18 Y cuando los hijos de tu pueblo te pregunten: ‘¿No nos enseñarás qué significan para ti estas cosas?’,
19 les dirás que así ha dicho el Señor Jehovah: ‘He aquí, yo tomo la vara de José (que está en la mano de Efraín) y las tribus de Israel, sus compañeros, y la pondré junto con la vara de Judá. Los haré una sola vara, y serán una sola en mi mano.’
20 'Las varas sobre las cuales escribas estarán en tu mano, ante la vista de ellos.
21 Y les dirás que así ha dicho el Señor Jehovah: ‘He aquí, yo tomaré a los hijos de Israel de entre las naciones a las cuales fueron; los reuniré de todas partes, y los traeré a su propia tierra.
22 Haré de ellos una sola nación en la tierra, en los montes de Israel, y todos ellos tendrán un solo rey. Nunca más serán dos naciones, ni nunca más estarán divididos en dos reinos.
23 No se volverán a contaminar con sus ídolos, ni con sus cosas detestables, ni con ninguna de sus transgresiones. Yo los salvaré de todas sus rebeliones con que han pecado, y los purificaré. Ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios.
24 '‘Mi siervo David será rey sobre ellos, y habrá un solo pastor para todos ellos. Andarán según mis decretos; guardarán mis estatutos y los pondrán por obra.
25 Habitarán en la tierra que di a mi siervo, a Jacob, en la cual habitaron vuestros padres. En ella habitarán para siempre, ellos, sus hijos y los hijos de sus hijos. Y mi siervo David será su gobernante para siempre.
26 Haré con ellos un pacto de paz; será un pacto eterno con ellos. Los multiplicaré y pondré mi santuario entre ellos para siempre.
27 Mi tabernáculo estará junto a ellos; yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.
28 Y cuando mi santuario esté en medio de ellos para siempre, sabrán las naciones que yo, Jehovah, santifico a Israel.’'
Queda , pues, establecido que la restauración final de Israel, de todo Israel será como un regreso de entre los muertos, porque es Dios quien nos resucita y no rescata para ser su Pueblo único, bajo un solo pastor, Jesús el Mesías. Cuando dice en el versículo 24 que "mi siervo David será rey sobre ellos y habrá un pastor para todos ellos"...no se refiere literalmente al antiguo rey David, sino mas bien a JESUS EL MESÍAS, pues, el nombre de "David" significa "el Amado", y es a Jesús a quien Dios llama "Mi Hijo, el Amado, y se nos dice que somos aceptos en el Amado, y que hemos sido trasladados al reino de Su Amado Hijo...todo esto indica que al David que se menciona no es el antiguo rey de Israel, sino al futuro Rey de Israel.
"He aquí concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús.
Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y Jehováh Dios le dará el trono de su padre David.
Reinará sobre la casa de Jacob [Israel] para siempre, y de su reino no habrá fin" (Lucas 1:31.33).
¡Bendito sea el Dios Altísimo y Su Amado Hijo nuestro señor Jesús el Mesías, por este maravilloso plan de redención!
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