¿Quiénes son "los escogidos de Dios?
"Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia" — Colosenses 3:12.
¿Quiénes son los "escogidos de Dios"?
La Biblia nos enseña que los tratos de Dios son con Su Pueblo santo, Israel. Pero, cuando dice Israel, ¿se refiere al país que ahora habita en la tierra de Israel? ¡No! Recordemos que Israel esta compuesto por 12 tribus, y que cuando se dividió el reino tras la muerte de Salomón, quedaron al sur la tribu de Judá, la tribu de Benjamín y la tribu de Leví (ésta última no recibió herencia en la tierra, era la tribu sacerdotal)...para los efectos quedaron dos tribus en el sur, y diez tribus en el norte. Con el tiempo, y a causa de su contínua infidelidad al Señor, las diez tribus del norte fueron conquistadas por Asiria y jamás volvieron, sino que fueron esparcidas por las nociones perdiendo su memoria y su identidad hebrea. Dios las echó de su presencia y les dio "carta de divorcio" (Jeremias 3:8)...Dice el Profeta:
"Ella concibió de nuevo y dio a luz una hija. Y Dios le dijo: 'Ponle por nombre Lo-rujama, porque no me compadeceré más de la casa de Israel, y no la soportaré más. Pero de la casa de Judá tendré misericordia y los salvaré por Jehovah su Dios. No los libraré con arco, ni con espada, ni con guerra, ni con caballos y jinetes.'
Después de destetar a Lo-rujama, concibió y dio a luz un hijo.
Y Dios le dijo: 'Ponle por nombre Lo-ammí, porque vosotros no sois mi pueblo, ni yo soy vuestro Dios" (Oseas 1:6-9). Aún así, a pesar de eso, Dios hizo la siguiente promesa:
"No obstante, el número de los hijos de Israel será como la arena del mar, que no se puede medir ni contar. Y sucederá que en lugar de lo que se les dijo: ‘Vosotros no sois mi pueblo’, se les dirá: ‘Hijos del Dios viviente.’" (Oseas 1:10).
El apostol Pablo, escribiendo a los santos escogidos en Roma, dijo:
¿Y qué hay si él hizo esto, para dar a conocer las riquezas de su gloria sobre los vasos de misericordia que había preparado de antemano para gloria, a los cuales también ha llamado, esto es, a nosotros, no sólo de entre los judíos, sino también de entre los gentiles? Como también en Oseas dice: Al que no era mi pueblo llamaré pueblo mío, y a la no amada, amada. Y será que, en el lugar donde se les dijo: 'Vosotros no sois mi pueblo,' allí serán llamados hijos del Dios viviente'" (Romanos 9:23-26).
Es decir, que Dios ha estado llamándonos, no solo de entre los Judíos (la Casa de Judá), sino tambien de entre los gentiles (las naciones) a donde fue esparcida la Casa de Israel. Entendemos que los verdaderos Creyentes, seguidores de JESUCRISTO, "el gran Pastor de las ovejas" - Hebreos 13:20 - son en realidad "las ovejas perdidas de la Casa de Israel". Veamos los siguientes versículos que dan veracidad a lo antes expresado:
"He aquí yo, yo mismo iré a buscar mis ovejas, y las reconoceré" (Ezequiel 34:11).
"'Yo, pues, os tomaré de las naciones y os reuniré de todos los países, y os traeré a vuestra propia tierra. Entonces esparciré sobre vosotros agua pura, y seréis purificados de todas vuestras impurezas. Os purificaré de todos vuestros ídolos. Os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros. Quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. Pondré mi Espíritu dentro de vosotros y haré que andéis según mis leyes, que guardéis mis decretos y que los pongáis por obra. Y habitaréis en la tierra que di a vuestros padres. Vosotros seréis mi pueblo, y yo seré vuestro Dios" (Ezequiel 36: 24-28).
"les dirás que así ha dicho el Señor Jehovah: ‘He aquí, yo tomo la vara de José (que está en la mano de Efraín) y las tribus de Israel, sus compañeros, y la pondré junto con la vara de Judá. Los haré una sola vara, y serán una sola en mi mano.’ 'Las varas sobre las cuales escribas estarán en tu mano, ante la vista de ellos. Y les dirás que así ha dicho el Señor Jehovah: ‘He aquí, yo tomaré a los hijos de Israel de entre las naciones a las cuales fueron; los reuniré de todas partes, y los traeré a su propia tierra. Haré de ellos una sola nación en la tierra, en los montes de Israel, y todos ellos tendrán un solo rey. Nunca más serán dos naciones, ni nunca más estarán divididos en dos reinos. No se volverán a contaminar con sus ídolos, ni con sus cosas detestables, ni con ninguna de sus transgresiones. Yo los salvaré de todas sus rebeliones con que han pecado, y los purificaré. Ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios" (Ezequie 37;19-23).
"—Yo no he sido enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel" (Mateo 15:24).
"—Hoy ha venido la salvación a esta casa, por cuanto él también es hijo de Abraham. Porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido" (Lucas 19:9-10).
"Yo soy el buen pastor y conozco mis ovejas, y las mías me conocen. Como el Padre me conoce, yo también conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas. 'También tengo otras ovejas que no son de este redil [Las "ovejas perdidas de la Casa de Israel"]. A ellas también me es necesario traer, y oirán mi voz. Así habrá un solo rebaño y un solo pastor" (Juan 10:14-16).
"Entonces uno de ellos, Caifás, que era sumo sacerdote en aquel año, les dijo: —Vosotros no sabéis nada; ni consideráis que os conviene que un solo hombre muera por el pueblo, y no que perezca toda la nación. Pero esto no lo dijo de sí mismo; sino que, como era el sumo sacerdote de aquel año, profetizó que Jesús había de morir por la nación; y no solamente por la nación, sino también para reunir en uno a los hijos de Dios que estaban esparcidos [las ovejas de la Casa de Israel]" (Juan 11:49-52).
"Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en la carne, erais llamados incircuncisión por los de la llamada circuncisión que es hecha con mano en la carne. Y acordaos de que en aquel tiempo estabais sin Cristo, APARTADOS DE LA CIUDADDANÍA DE ISRAEL y ajenos a los pactos de la promesa, estando sin esperanza y sin Dios en el mundo. Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos habéis sido acercados por la sangre de Cristo. Porque él es nuestra paz, quien de ambos [pueblos] hizo uno. El derribó en su carne la barrera de división, es decir, la hostilidad.... Y vino y anunció las buenas nuevas: paz para vosotros que estabais lejos y paz para los que estaban cerca, ya que por medio de él, ambos tenemos acceso al Padre en un solo Espíritu. Por lo tanto, ya no sois extranjeros ni forasteros, sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios" (Efesios 2:11-14, 17-19)
"Pero vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido, para que anunciéis las virtudes de aquel que os ha llamado de las tinieblas a su luz admirable. Vosotros en el tiempo pasado no erais pueblo [la Casa de Israel], pero ahora sois pueblo de Dios; no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia. Amados, yo os exhorto como a peregrinos y expatriados, que os abstengáis de las pasiones carnales que combaten contra el alma" (1 Pedro 2:9-11).
Podríamos seguir, pero basta con estos versículos para demostrar que NOSOTROS somos las "ovejas perdidas de la Casa de Israel", lo que no éramos Pueblo de Dios, pero que gracias al llamado divino por medio de JESUCRISTO, ahora somos parte del "ISRAEL DE DIOS".
¡Paz y bendiciones para todos!
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