SOBRE EL CANON DEL LLAMADO "NUEVO TESTAMENTO"..

 

¿Sabías que ni Jesús, ni sus apóstoles, ni la Asamblea primitiva conocieron el llamado "nuevo testamento"? Estos Documentos no surgieron sino hasta muchos años después de ellos.
 Guía de catalogación del libro antiguo | Universo Abierto
 
Historia:
 
El canon del Nuevo Testamento es el conjunto de libros que los cristianos consideran como divinamente inspirados y que constituyen el Nuevo Testamento de la Biblia cristiana. Para la mayoría, es una lista acordada de veintisiete libros que incluye los Evangelios canónicos, los Hechos, las cartas de los Apóstoles y el Apocalipsis. Los libros del canon del Nuevo Testamento fueron escritos en su mayoría en el primer siglo y acabados antes del año 150 d. C. Para los ortodoxos, el reconocimiento de estos escritos como autoritarios se formalizó en el Segundo Concilio Trullano en el 692, aunque fue casi universalmente aceptado a mediados del siglo IV.1​ El canon bíblico fue el resultado del debate y la investigación, llegando a su término final para los católicos en la definición dogmática del Concilio de Trento en el siglo XVI, cuando el canon del Antiguo Testamento fue proclamado en la Iglesia católica también.
Los escritos atribuidos a los Apóstoles circularon entre las primeras comunidades cristianas. Las epístolas paulinas circulaban, tal vez en formas recogidas, a finales del siglo I d. C.nota 1​ Justino Mártir, en la mitad del siglo II, menciona las «memorias de los apóstoles», que se leen en «el día llamado el del sol» (domingo) al lado de «los escritos de los profetas».3​ El canon de cuatro evangelios (el Tetramorfos) es confirmado por Ireneo, c. 180, que se refiere directamente al mismo.​
A principios del siglo III, Orígenes pudo haber estado usando los mismos veintisiete libros del canon del Nuevo Testamento, aunque todavía había disputas sobre la canonicidad de la Epístola a los Hebreos, Santiago, II Pedro, II Juan, III Juan, Judas y Apocalipsis,6​ conocidos como los Antilegomena. Del mismo modo, el Fragmento Muratoriano da evidencia que, quizás tan pronto como el año 200, existía un conjunto de escritos cristianos un tanto similares a los veintisiete libros del canon del Nuevo Testamento, que incluía cuatro evangelios y argumentaba en contra de las objeciones a ellos. Así, mientras que hubo un gran debate en la Iglesia Primitiva sobre el canon del Nuevo Testamento, los principales escritos habían sido aceptados por casi todos los cristianos a mediados del siglo III. ​ En su carta de Pascua de 367, Atanasio, obispo de Alejandría,​ dio una lista de los libros que se habrían convertido en los veintisiete libros canon del Nuevo Testamento, y él usó la palabra «canonizado» (griego: κανονιζόμενα, kanonizomena) con respecto a ellos.​ 
 
El primer consejo que aceptó el presente canon del Nuevo Testamento pudo haber sido el Sínodo de Hipona en África del Norte (393 d. C.); las actas de este consejo, sin embargo, se han perdido. Un breve resumen de las actas fue leído y aceptado por los Concilios de Cartago en 397 y 419.​ Estos concilios estuvieron bajo la autoridad e influencia de Agustín, que consideraba el canon como ya cerrado.​ El Concilio de Roma de Dámaso I, si el Decretum Gelasianum se asocia correctamente con este, emitió un canon bíblico idéntico al que se ha mencionado anteriormente;​ o, si no, la lista es, al menos, una compilación del siglo VI.​ Del mismo modo, la edición de la Vulgata latina de la Biblia, c. 383, fue decisiva en la fijación del canon en Occidente.​ En c. 405, Inocencio I envió una lista de los libros sagrados a un obispo galo, Exuperio de Toulouse. Los estudiosos cristianos afirman que, cuando estos obispos y concilios hablaron sobre el asunto, no fueron definiendo algo nuevo, sino que «ratificaron lo que ya se había establecido en la mente de la Iglesia».
 
Por lo tanto, algunos afirman que, desde el siglo IV, existía unanimidad en el Occidente relativo al canon del Nuevo Testamento,​ y que, en el siglo V, la Iglesia de Oriente, con algunas excepciones, había llegado a aceptar el Libro del Apocalipsis y, por lo tanto, habían llegado a una decisión unánime sobre el asunto del canon.​ No obstante, las articulaciones dogmáticas completas del canon no se hicieron hasta el Canon de Trento de 1546 del catolicismo;​ la Confesión de Fe gala de 1559 por el calvinismo; los Treinta y Nueve Artículos de 1563 de la Iglesia de Inglaterra; y el Sínodo de Jerusalén de 1672 para los griegos ortodoxos.

 Como vemos en la historia, el canon con sus "articulaciones dogmáticas completas" no se hizo oficial en la "Iglesia" (entiéndase la "santa madre iglesia católica y apostólica y romana")...y es de suponerse que haya habido algún grado de manipulación y manoseo por parte de la "todopoderosa "iglesia" durante los siglos del oscurantismo. Personalmente, yo pienso que todo lo escrito aparte de las antiguas Escrituras Hebreas, debe ser estrictamente cotejado con dichas Escrituras. Como hicieron los de Berea, que "recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras, si estas cosas eran así" (Hechos 17:11). 

El mismo apóstol Pablo le dice a su colaborador Timoteo:

"Empero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido;  Y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salud por la fe que es en Cristo Jesús.  Toda Escritura (es) inspirada divinamente y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instituir en justicia,  Para que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente instruído para toda buena obra" (1ª Timoteo 3:14-17). Evidenteente, Pablo se está refiriendo a las Escrituras Hebreas, las únicas que se conocían, el Tanak Hebreo.

Tanto Jesús, como sus Discípulos, como los Creyentes del primer siglo, no conocían el llamado "nuevo testamento", no existía, ni existían los llamados "cuatro evangelios", todas lo que se conocía de Jesús y de sus enseñanzas y dichos, fue transmitido oralmente durante aquella generación de los primeros seguidores del Mesías hasta por lo menos el año 100 D.C. De manera que, como los Bereanos, nosotros debemos constatar toda verdad presentada ante nosotros con las Escrituras Hebreas, el mal llamado "antiguo testamento", que ni es antiguo (en el sentido de edad o vejez) ni es ningún "testamentum", porque Dios no ha muerto para dejar ningún "testamento"...a lo máximo se le puede llamar "las Escrituras del antiguo Pacto", aunque hay profecías que aún pertenecen al futuro. 

De modo que, caundo veamos una afirmación sobre cualquier asunto profético y aún doctrinal que no nos haga sentido, debemos recurrir a las Santas Escrituras Hebreas para encontrarle sentido. Lo que se hizo viejo o anticuado, según Hebreos 8:13, no fueron las Santas Escrituras Hebreas, sino el primer Pacto, porque Dios había prometido un Nuevo Pacto con la Casa de Israel y con la Casa de Judá, un nuevo acuerdo o alianza basada sobre "mejores promesas", que incluyen el perdón de los pecados y todas las bendiciones del reino de Dios en la vida venidera (Jeremías 31:31-33; Hebreos 8:8-13).

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